Las piezas del tablero de ajedrez político ya están en movimiento, tal cual lo contempla la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que prevé el mandato o periodo del poder Legislativo Nacional, será de cinco (5) años, artículo 192 CRBV y que su primer año de gestión inicia el 5 de enero, artículo 219 CRBV. Como se puede entender es un mandato taxativo, que no tiene apertura de continuidad administrativa.
Visto el marco legal del proceso electoral que corresponde para este año 2020, no existe posibilidad alguna de convocarle fuera del lapso que la Ley madre de la República indica, ya que el buscar vericuetos falaces sería tanto como caer en un estado de ilegalidad y contrario del espíritu democrático de la Nación Venezolana.
Por eso, particularmente soy de los que me interrogo, no se entiende cómo quienes dicen estar luchando por la democracia, cuándo ésta se hace real, reaccionan en la práctica contra élla, es decir, se colocan de espalda y en contra que sea el propio pueblo quien decida y elija libremente sus poderes, y en el caso que nos corresponde, lo hagan con El Poder Legislativo Nacional, que conocemos como Asamblea Nacional, Artículo 186 CRBV.
Otra postura anti democrática que llama a preocupación, es aquella, que reiteradamente, algunos factores venían proyectando como exigencia y que tenía como objetivo el cambio del Poder Electoral (léase Consejo Nacional Electoral); pero resulta que ahora cuando han sido designadas nuevas autoridades del CNE por el Tribunal Supremo de Justicia, en razón a que la mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional en desacato, llevaron su irresponsabilidad hasta la denominada "Omisión Legislativa"; y ahora salen argumentando que es una de las razones por las que no irían a participar en el acto eleccionario que está convocado por el poder legítimo para el venidero 6 de diciembre.
Conducta que desdice de la lógica política, pero al mismo tiempo devela que esos grupos que desde ya han manifestado estar en desacuerdo y llaman a no participar, es decir, no inscribirse ni ir a votar, estaban jugando a que no se cumpliera con el mandato constitucional de la renovación del Poder Legislativo Nacional; de ahí quizás, su argumento ante jurídico, "de la auto denominada continuidad administrativa" ; malabarismo que les permitirían seguir cumpliendo el guion que su jefe políticos de la Casa Blanca, que no es otro que anarquizar aun más el cuadro político económico de la República Bolivariana de Venezuela, lo que avalaría al hegemón gringo una salida no democrática.
En todo caso Importante destacar que la Mesa de Diálogo, instalada en el cuatro trimestre del año pasado, conformada por el gobierno y múltiples factores de las derechas, han logrado dar pasos que hoy permite afirmar que se está dando un salto de progresividad en lo político y por ende en lo democrático, en razón a que el CNE en sus últimas resoluciones ha acogido el espíritu y mandato constitucional "la representación proporcional de las minorías"; ampliando de manera notoria cantidad de representantes del pueblo, lo que por lo visto ha creado buena acogida, esto cuando observamos inscripción de partidos y agrupaciones políticas de vieja data como AD, Copei y algunos derivados como Primero Justicia, Voluntad Popular y otras de recién aparición, sin dejar de destacar el PSUV y en su conjunto el Polo Patriótico, lo que garantiza que habrá excelente participación del pueblo en la selección a través del voto universal, directo, personalizado y secreto de los nuevos diputados quienes se instalarán y elegirán la Junta Directiva de la Asamblea Nacional el 5 de enero de 2021, para bienestar y paz de Venezuela.