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Caudillos o dirigentes, juegos partidistas fabulan al pueblo hacia una depresión

El problema político nuestro es generacional y, el mal uso del lenguaje por parte del cuerpo militar. Desde la época de José Rafael Pocaterra se viene hablando de revolución en Venezuela. El gran dilema ha sido la dirección moral y actitud de los dirigentes que liderizan los partidos políticos y que creen dueños de los mismos, los cuales han tenido un perfil estalinista para adueñarse de cada acontecer en su universo interno.

Es una rivalidad pasada y cercana.

Todo lo anterior indica que no hemos crecido ideológicamente y las adversidades internas es una constante en cada actividad proselitista. La oposición siempre ha colaborado con el oficialismo, sobre todo el partido Acción Democrática, cuya militancia refleja todo su cuadro político como jefes de calle en el repartimiento de las bolsas CLAPS., lo que indica que la oposición es ocasional y solo le interesa las bonificaciones que le ofrece el gobierno a través del carnet de la patria. Siempre afectos al poder político presente y, las razones las hay por el miedo que se refleja en el rostro de cada ciudadano y el efecto del Caracazo no se ha presentado junto a su gran trauma.

La reflexión filosófica es necesaria en la ética contemporánea y, no tenerla como un fenómeno tardío. La política la hay en un campo civil y militar. Las últimas declaraciones del General Vladimir Padrino López causan estupor en la base política de la izquierda venezolana y algunos núcleos opositores que desean ir a elecciones y han mantenido un dialogo abierto con nuestro presidente, Nicolás Maduro Moros., por lo tanto, un país debe movilizarse bajo estigmatizaciones territoriales para dominar su energía y darle un nivel de bienestar y felicidad a su pueblo, para esta felicidad no debe existir el miedo, menos desconfianza.

Todos los dirigentes políticos son lisonjeros y, no han cumplido sus tareas políticas y, el pueblo ya padece de hambruna, no tiene agua, menos gas doméstico.

Es una confusión desbordada que vienen inundando a Venezuela, es una oleada política que quiere acabar con la moral del país, comenzando con los bodegueros que sin patente municipal cobran precios excesibles.

Deseamos saber que hacen las juntas comunales y la Municipalidad.

Por estas simples razones, en Latinoamérica hay desconcierto, como desconocimiento absoluto de unas reglas de decencia y de consecuencia militante, Es una realidad, una condición mental paupérrima.

¿Venezuela, ha sido gobernada por caudillos? ¿Dónde estaban ¿. ¿Cuántos eran?

No había tales caudillos, todos eran militares, desde los castristas hasta el gomecismo y, todos se arrodillaban ante el benemérito. Y lo demás eran giros literarios y búlicos. Vamos a decir un letrismo. Luego, al fina provino la democracia, todos ya estaban infectados por el comunismo hasta Carlos Andrés, gran amigo de Fidel Alejandro Castro Ruz., finalizando este historial en Los Andes., sin olvidar a Don Rómulo Betancourt.

Todo data desde 1889, lo demás es componendas hasta el presente. Pero, en 1822 se descubrió la ignorancia del venezolano que desconocía su propia realidad y, se complacían con los bocadillos cucuteños. Todo era cuestión de caudillos, así se hacían llamar. Los mismos, respondían a otros caudillos, con sus síntomas fatales de poder en cuanto a la opinión pública. En verdad, en el exterior muchos eran jefes y manejaban dólares, sus residencias eran pensiones y pequeños hoteles, se llevaban unas cuantas pepitas de oro. Por esta simple razón, Latinoamérica gira en otros caminos de frustración patriótica. Se dicen decentes para regir la república.

Antes, las dos únicas vías eran Castro y Juan Vicente Gómez. Los verdaderos Golpes de Estado fue contra Rómulo Gallegos y la caída de Pérez Jiménez. Los otros fueron asonadas y revueltas. El Porteñazo constituyó una batalla entre militares.

Lo más increíble es que los militares en Venezuela siempre han estado en el poder y los civiles son responsables directos de esta verdad literal. A su retiro, a la vez, se han ido incorporando a cargos burocráticos del Estado, luego de haber cumplido con sus deberes militares. De modo, que no tenemos ni enemigos en el exterior, menos un movimiento opositor en el país.

El concepto civil o civilista de la oposición, fue, ha sido y es el gran responsable de la prolongación de Gómez en el poder, de Chávez y ahora de Nicolás Maduro, lo demás es observar alboradas azules absurdas. Entonces en el Valle de La Muerte conviven quienes se fueron al exterior, lo que están en destierro y otros, se quedaron en su paisajismo.

Hay quienes le gusta vivir penurias y por años.

A nuestra juventud se les engaño y, sus protagonistas, lo que motivaron estas expectativas, gozan de las mieles del oficialismo en el exterior y, están libres con sus dólares, porque, son parte de este juego de palabras, incluido Juan Guaido. Estos grupos, han traído malestar a nuestra sociedad civil.

Es menester tener clara la conciencia y, acorde con las circunstancias lograr un cambio en bien del país. En consecuencia, es el momento en pensar a lo venezolano, emocional y dejar el lenguaje soez que utilizamos a diario por las redes sociales.

Estamos en una decadencia, donde la egolatría y la superchería, el exhibicionismo juegan con la fe y esperanza, quebrantándola cronología que llevaba la patria para su total transformación económica.

Lo que indica que la democracia siempre ha sido socialista y de vez en cuando sobresale un ídolo rodeado de pinillas. Por ahora, llevamos cincuenta años de esta época. El elemento civil es una superchería nacional. En cada liderato surgen novatos o chivatos que sueñan con el exhibicionismo, porque desean ser los primeros violines Por ello, todo comienza muy bien y termina muy mal.

En el fondo a todos les gusta ser presidente de la república, pero, siguen ignorando que Nicolás Maduro Moros sigue siendo nuestro presidente y, esta bien fundamentado en el Palacio de Misia Jacinta.

Lo demás, es hablar entre sí y caernos a engaños mutuos.

¿Es que los venezolanos somos inocentes y tarados?

Esto de la democracia y el pueblo es otra superchería, más somos advenedizos, tenemos cuatro españoles que nos asesoran y gobiernan porque marcan las matrices de gobierno, son ellos, José Luis Rodríguez Zapatero, Pablo Iglesias, Bonilla, Juan Carlos Monedero y Pedro Sánchez.

Los humildes, la sociedad civil trabajadora siempre será pobre y nos basta una bolsa de comida repartida por los adecos, mediante la figura de jefes de calle en el CLAP. Así que somos gobernados por demócratas socialistas que llevan desde 1889 implementando una revolución en Venezuela y, nosotros sufragando por ellos, otros se abstienen para darle prioridad y legalidad a su mandato.

Así que, nuestra historia política exige una requisitoria.

Hay que entender la historia política de los pueblos desde una visión retrospectiva con el fin de abrirnos pasos u espacios en la metafísica u ontología de nuestras relaciones sociales para abrir entre nuestros ojos, el campo de los consolidados. Hagamos o construyamos teorías que alimenten nuestros valores universales.

Necesitamos calidad de vida, pero se necesita buenos alcaldes, gobernantes y diputados. El siglo XX, es el mejor testigo del desarrollo en las comunidades, que esa constelación de aforismos positivos nos llevó por el tutelaje de los mismos dirigentes a una depresión y a previsiones no esperadas.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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