Descontento y elecciones

El malestar y el descontento crece en la población como consecuencia del casi nulo poder adquisitivo en cuanto a comprar alimentos, medicinas y otros bienes y servicios, a lo cual se une a la ineficiente prestación de los servicios públicos básicos además de la escasez de gasolina. El presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, reconoce está situación y la precarización del salario, los despidos injustificados y el aumento de conflicto laborales. Pero parece no existir solución a esta situación que se torna crítica.

Es muy cierto que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el imperialismo yanqui impide la compra de alimentos, medicinas y otros bienes y servicios, así como el robo descarado de nuestros recursos, como el oro y divisas depositadas en la banca privada y pública en el exterior, además de la confiscación de la empresa Sitgo en Estados Unidos, y Manómero en Colombia, con la complicidad de los apátridas de la oposición venezolana.

Cierto, todo muy cierto que merece la condena mundial. Pero aquí a lo interno vemos cómo se desata la especulación y el acaparamiento producto del ataque a nuestra moneda que conduce a la inflación inducida y a la hiperinflación, lo que lleva a nuestra maltrecha economía a la estanflación. Poco o nada se ha hecho para frenar este crimen contra el pueblo. Sí, se reconoce la situación pero no hay resultados positivos a la vista y su usted crítica ya sabe que le dirán opositor y agente de la CIA, como aseguró un dirigente obrero.

La realidad es que los precios de alimentos y medicinas aumentan en la medida que le fijan precio al dólar criminal, mientras que comerciantes en general incrementan los precios . Mientras tanto ese pueblo al que piden paciencia y lo marean constantemente con el bloqueo no le dan solución posible.

Si no funciona el servicio de agua potable, el gas, la telefonía fija o celular es el bloqueo, pero muchos de esos servicios no arrancan porque la deficiencia e ineficacia de quienes lo operan. Esto también lo ha reconocido el Alto Gobierno.

Toda esta situación se mezcla con la corona virus que le hace peso al proceso electoral del 6D. Hay que darte respuestas positivas al pueblo trabajador para impedir la abstención y lo más peligroso al voto castigo. Cierto es que no existe una ley que no valide el triunfo electoral si no vota la mayoría de los electores ni pierde legitimidad el acto de votación, pero el peligro acecha con un imperio criminal y sus secuaces de la Unión Europea presto, como ya lo han manifestado, a desconocer el triunfo revolucionario y a chantajear y manipular con una invasión mercenaria y de gobiernos subalternos a USA.



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Alcides Castillo

Periodista-Politólogo-Especialista en Sistemas y Procesos Electorales

 acastillo472@hotmail.com

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