Seguramente no tenemos que ir a buscar afuera lo que tenemos adentro, tenemos el acervo del pensamiento democrático revolucionario anticolonial, antiimperialista y popular de Bolívar, la utopía socialista de Simón Rodríguez próxima al socialismo científico, asimismo, la lucha por la tierra y hombres libres zamorana, la tradición comunal indigenista, y no faltaba mas, las ideas cimarronas, los cumbes africanos, donde reina la igualdad y la libertad, nada nos falta si interpretamos a bien nuestras raíces histórica que la mentalidad colonial nos ha hecho desviar de nuestra dirección histórica en el largo camino de la evolución humana.
Sin embargo; en el mundo contemporáneo, el zigzagueo histórico nos ha planteado retos, el retornar a las fuentes de la vida digna libre y digna, el capitalismo y sus modos de democracia viciadas de dominación encubierta ha hecho creer, simplemente que la libertad es solo ejercer el voto, nada que se acerque a los valores cooperativos y solidarios entre los seres humanos, en la que los hombres solo creen en el progreso de unos y la muerte de otros, una democracia de hambrientos y desempleados, a ver con naturalidad esta perversidad social, el sálvese quien pueda, cuando la vida comunal originaria no fue así, fue solidaria ante la naturaleza, la tierra, para sobrevivir socialmente, cada individuo cuenta para que otros sean libres.
En el capitalismo el trabajador se seca, el trabajo es duro, rutinario, hasta que el cuerpo envejece, se encorva, no aguanta mas el duro peso de las debilidades, mientras que la mujer sufre otro tanto o más, si es del hogar, se hace sumisa, aplanada por la obediencia, por el marido que descarga su ira contra el patrón castigándola a ella, que ya tiene bastante trabajo con los hijos e hijas en el hogar, de manera que el trabajador "tiene el corazón y la piel endurecidos por la lucha por la existencia", esa situación es lo que alimenta el odio de clase, el que disimula la burguesía, para luego acusarlos de violentos cuando protestan, cuando ya no aguantan la presión del tormento de la mala paga.
Ahora si miramos el pasado, cuando los terratenientes y feudos, aquellos que desposeyeron de la tierra a campesinos, indígenas, luchadores por la independencia, cuando los liberaron quedando sin mas que sus manos para seguir trabajando, sin instrumentos de trabajo, y los comparamos con los de hoy, "los burgueses malditos de ahora" (Zola, E., 1979: 42), estos son peores que los de ayer, siquiera aquellos aseguraban la comida, pero los de ahora ni siquiera hacen eso, se quedan con todo al repartir la riqueza, la renta nacional, seguro que ni llega al 50%, a duras penas llegará al 20%, en plena revolución bolivariana como afrenta a los pobres, que el gobierno no ha sabido regular el mercado.
La burguesía de hoy vive de la miseria de los pobres, no hay leyes que limiten la ganancia y si la hay la burlan, la omiten, y esta situación no es buena para nadie, es la guerra, el principio de la lucha de todos contra todos, hay mucho daño, por un lado un agricultura que no produce alimentos para la sociedad, solo para el mercado, dirigidos a quienes puedan comprar, ahora en situación de pandemia, del covid 19, de cuarentena, cuando la economía debería de responderle, cuando la riqueza social debería darles apoyo, sucede que no encuentra respuesta, productos caros, inaccesibles, un estado obrero que por mucho esfuerzo que trate de proteger sus paliativos son ineficaces.
No se explica que en situación de una catástrofe natural, cuando la burguesía debería ser solidaria con la humanidad, desprenderse del egoísmo, de pagar aparte del salario, ofrecer una bolsa plena de alimentos a sus trabajadores, es cuando mas se ensaña en plena crisis, más se aprovecha de esa guerra económica del capital contra el trabajo, haciendo desdichado al trabajador a costa de la dicha del empresario, mas se empeña en acumular ganancia.
Hoy el trabajador igual como ayer campesino, no tiene derechos, el capital le arrebata el derecho a la vida, a los instrumentos de trabajo, los medios de vida, impide que se organice de otro modo para convivir, mata el derecho a la vida, mata el derecho social al trabajo, somete al hambre y el desempleo, se aprovecha de las leyes del mercado, de la oferta y demanda, jugando con ellas, con esas "leyes imbéciles tiránicas" del comercio. Si alguien quiere saber de la violencia de siglos, la violencia acumulada en la historia, el porque del odio social de clase a la situación que vive el trabajador de la ciudad o del campo, es bueno recordar las causas históricas.
Relata Zola que: "El pobrehombre se sublevaba. Tenía detrás de si siglos de miedo y resignación, la espalda endurecidas por los golpes, el corazón destrozado que no sentía ya la bajeza. Siempre de siglo en siglo, estalla la misma exasperación, y los labradores cuando ya no les queda más que morir, se arman con las hoces y sus horquillas para revolverse contra las injusticias, que les matan. Estos fueron los heroicos cristianos de las antiguas Galias, esos los pastores de los tiempos de las Cruzadas, esos los descamisados que en épocas menos remota persiguieron sin piedad a los nobles y a los soldados del rey. Después de cuatrocientos años, el grito de dolor y de rabia de la gente del campo oíase por las campiñas devastadas y hacía temblar a los amos en el interior de sus castillos fortificados" (Zola, E. 1979: 53).
Este es claro ejemplo porque los pueblos se rebelan contra la autoridad, cuando la desconocen, cuando ellos pierden legitimidad, cuando la resignación a la explotación se trueca en rabia, cuando pierde la paciencia, se exaspera, cuando ya no le queda otra cosa que luchar o morir, harto de injusticias, de corrupción e impuestos, un dolor acumulado que la gente acumula, hasta que encuentra un buen negocio, el rebelarse, acabar con la resignación. ¿Puede ser esto real en Venezuela, si desconocemos las necesidades del pueblo, si el socialismo bolivariano mal interpreta las necesidades populares ocurrir cuando la burocracia exhibe un nivel de vida muy superior al pueblo, cuando sus servidores públicos diputados nacionales, regionales y locales acumulan ganancias mientras el pueblo solo recoge migajas de la renta?.
Es posible. La gente piensa con la IV República, la burguesía se enriquecía, pero dicen al menos comían, trabajaban y al menos podían comprar una nevera, cocina, lavadora, carro, vestido, viajaban, se divertían, el que podía y que no la aguantaba, pero al menos solo comía, eso le bastaba resignadamente, pero ahora con la revolución bolivariana, en su segunda etapa, con la gestión de Maduro, nada de eso, el dinero es una quimera, no hay efectivo, no hay gasolina, no hay trabajo, por muchas dificultades del trabajo, no llegas alcanzar para comprar una canasta mínima de alimento, menos para equipos electrodomésticos, entonces una parte del pueblo añora el pasado, se sumerge en ese sueño del pasado, cuando era rico y no lo sabía, despilfarraba a diestra y siniestra.
Ahora que cambios se ha producido, mientras una revolución no de respuestas a las necesidades del pueblo, éste de seguro no le responde, son muchos los años de martirio de abstinencia, el régimen anterior, el capitalismo le ha trastornado su conciencia, nunca pensó en el modelo rentista, las ventajas de vivir sin trabajar, y de comer de las rentas del petróleo, de engordar a los capitales, de hacer cada vez mas desigual la repartición de la riqueza de la nación hasta reventarlo tarde o temprano, acumularse riqueza y pobreza cada año, esa era la democracia social y económica, la política era mero espejismo lectoral.
Pero con la revolución bolivariana, pasa otra cosa, consciente de que abandonamos el campo para ocuparnos del petróleo, abandonamos la fuente de alimentos para la sociedad, el estado se ocupó de la industria petrolera, mientras que el pueblo muere de hambre en la ciudad, mientras tanto, concentrada la ciudad y despoblado el campo, sintiendo los ciudadanos "…vanidad y el gusto del falso bienestar….devorado del rencor contra la Tierra….el remedio sería tener otras escuelas, una enseñanza practica, cursos graduados de agricultura….la salvación está en las escuelas, si todavía hay tiempo. (Ibíd., 95).
Cuanto tiempo hemos perdido por no comenzar con la revolución agrícola, por sostener escuelas de agriculturas en el campo, incluso en las ciudades, producir alimentos para todos, hambre cero, frente a los bloqueos y sanciones mas producción de alimentos para alimentar a la sociedad, pero el asunto de la tierra en materia de expropiaciones ha debido de ventilarse solo correspondiéndonos bajo "la guía del interés público, el interés común", expropiar para satisfacer las necesidades comunes, el trabajo común, la tierra común, la producción común. El trabajo social y el producto social común.
"¡Hay que volver a la revolución!. Se nos ha robado en el reparto; los burgueses lo han tomado todo" (Ibíd., p. 147). Ya no hay libertad, solo el capital la tiene, el dispone que hacer, como vivir, donde vivir; igualdad, tampoco la vive el trabajador, ya no tiene derechos, el mercado le arrebata el derecho a vivir, no puede comprar una vivienda, a educarse, no tiene educación de calidad, la pública no esta lo suficientemente dotada y equipada, sus trabajadores mal remunerados, mal asistido socialmente, salud, no tiene porque tener seguro, aparte de que se lo han quitado, la salud pública no brinda un servicio de calidad, su personal es mal remunerado, y que, puede decir esta revolución americana de fraternidad. El hombre que tiene dinero vale mas que otro, puede resolver mas que otro, incluso tiene derecho a la justicia mas que los otros que no tienen dinero.
Sospecho que la revolución bolivariana tiene mucho por hacer, se ha quedado en muchos discursos sobre todo en materia de justicia, hace falta menos palabras y mas hechos, hace falta que cada individuo índice Zola, "… que cada cual debe tener su parte en la Libertad, igualdad y en la fraternidad" (Ibíd., p. 229). Romper con la farsa "¿…..que los burgueses nos domine otra vez?"¡No, no; se obligará al pueblo a ser feliz a pesar suyo…!". Así debe ser la revolución, la hacemos o no la hacemos, no hay opción, en Venezuela se ha vacilado, obnubilada por la renta petrolera, por ese espejismo de felicidad, y que vemos hoy, el posible derrumbe, la amenaza de caerse todo por causa de bloqueos y sanciones, económicas y financieras, por vacilaciones, ante el pueblo, de que "sea el amo" y no la burocracia, que nuestro siglo acabe con ese sistema egoísta.
Y esto tiene que suceder así; "…..como forzosamente tiene caer la piedra lanzada al aire, ….!Basta ya de curas, de cosas de otro mundo, basta ya de Dios! ¡No hay nada mas que necesidad que tenemos de ser dichosos" ¡Ha llegado la hora de que nos demos la mejor vida trabajando lo menos posible!. Las maquinas trabajan para nosotros, la jornada de simple vigilancia no será mas de cuatro horas….y por todas partes placeres y alegría; ¡Si! Carnes, vino, mujeres tres veces mas de lo que podemos disfrutar hoy porque estaremos mas fuerte. ¡No hay mas pobres, ni enfermos, a causa de la mejor organización, de la vida menos dura, buenos hospitales, buenas casas de retiro! ¡Un verdadero paraíso! ¡Toda la ciencia consistiría en pasarla bien! ¡Una verdadera alegría de vivir!. Esto es el socialismo mal comprendido e interpretado por los burgueses, que a fuerza de su maldad crean escenarios artificiales, bloqueados como Irán, Cuba, Corea, Venezuela para ahogar a los pueblos, crear penurias para que no alcancemos los mismos derechos que la burguesía aspira para si, el derecho al ocio, a la alegría y la felicidad.
Para concluir, debemos caer la piedra pesada, la roca de un sistema que se mantiene con la violencia y la represión fascista, con el odio, necesariamente tiene que caer esa roca sacralizada por la iglesia, por curas y pastores, no hay alternativa la vida y la alegría o la muerte, aspirando a una mejor vida, al buen vivir para todos, nos demos esa oportunidad de vivir a lo humano en armonía con la naturaleza y la sociedad, subordinando el progreso técnico a tal meta, creando el ocio, la jornada de cuatro horas, en educación, salud, y en general en todos los espacios de actividad humana para crear espacios de alegría, de comunicación, de diálogos entre los hombres para compartir el tiempo de vida, gracias a la disminución del tiempo social de trabajo necesario, dando la alegría humana, comiendo, bebiendo, danzando, compartiendo con los amigos, los hijos, simplemente porque no habrá pobreza y tristezas sociales alguna que lo impida.
Que en el socialismo del siglo XXI no habrán problemas humanos, problemas sociales, pues si lo habrán, es parte de la diferencias humanas, pero no serán problemas de clases, de lucha por la existencia, los problemas tales como enfermedades entre otros los resolverán la organización de la sociedad creada a tales fines, tales como hospitales, clínicas, casas de diversión, esparcimiento, guarderías infantiles, de retiro, no habrán problemas sociales que no se pueda resolver a expensa de un fondo social, la ciencia en tal sentido estará para resolver los problemas humanos, los problemas sociales, los problemas ecológicos, a tales fines deben abocarse las universidades, los centros tecnológicos y científicos.
El todo del socialismo es la felicidad humana, no es difícil comprender esta necesidad, pero para los burgueses al parecer es difícil de aceptar una sociedad no de igualitarista sino de iguales, en ello empeñan su fuerza de la maldad para impedir la equidad, quieren seguir la burguesía mundial con la explotación, el robo, la envidia, el saqueo, el parasitismo social, creando escenarios de muerte, de represión, de fracasos del socialismo, zancadillas, guerras hibridas, en una palabra crear penurias a los países para que no se levanten, no resuciten, por ello es el bloqueo, las sanciones, no quieren que sean los pueblos los que decidan sus destinos, sean soberanos, libres y ejerzan el derecho a la autodeterminación. Por todo esto; el imperio, sus sistema mundial el capitalismo imperialista no quieren que otro modo de sociedad mas societal, mas humano, mas cooperativo, mas fraterno de a luz, nazca, crezca, se fortalezca y se consolide el himno de la alegría del triunfo de la humanidad.
Fuentes:
1.-Acosta; A. (2020). El socialismo misterioso del siglo XXI y la revolución venezolana mal comprendida e interpretada, parte I, II y III, publicados en Aporrea.
2.-Zola, Emilio. (1979). La Tierra. Editorial Antalbe, Barcelona, España.
3.-Zola, Emilio. (1995). Germinal. Ediciones Olimpia, CEE.