Conocer la vida del Padre de la Patria es apasionante, transitar por cada una de sus etapas es imposible dejar de apreciar la magnitud de titán del gran prócer venezolano.
Cuando releo los libros que moran como gigantes dormidos en mi biblioteca; fuentes de consulta permanente para mis escritos y lecturas; como “Leyendas del Tiempo Heroico” de Manuel J. Calle, “Crónicas Razonadas de la Guerra de Bolívar” de Vicente Lecuna, “Venezuela Heroica” de Juan Vicente González, “ El Superhombre” de J.A. Cova, “Simón Bolívar, Más Allá del Mito” de Guillermo Ruiz Rivas, “Bolívar” de Indalecio Lievano Aguirre, “El Libertador” de Augusto Mijares, “Simón, Vida de Bolívar” de José Ignacio García Hamilton, “Bolívar” de Alfonso Rumazo González, para citar algunos encontramos lo que ocurrió para julio el año 17 cuando el Libertador había salido con el ejército patriota para situar la ciudad de Angostura.
Bolívar se entera que Brion se acercaba con su flota y decide con un grupo reducido de oficiales del Estado Mayor, entre ellos los Generales Arismendi, León Torres, Soublette, Lara, Briceño Méndez y otros, a partir en una lancha a recibirlo, es descubierto por un destacamento español que lo intentan interceptar. tiroteándolos
Los patriotas abandonan la lancha sumergiéndose en el agua turbulenta del Orinoco. Recordemos que el caraqueño era un gran nadador.
Nadan atravesando parte del río y se ocultan en unos cañaverales de una laguna, perseguidos por las tropas españolas que baten el terreno para encontrar a los fugitivos.
Entendiendo el riesgo que corren y que no pueden caer prisioneros los patriotas esperan puñal en la mano con solamente las cabezas fuera del agua, están dispuestos a vender muy caras sus vidas o a suicidarse para no caer prisioneros, ya que no es un secreto lo que le pasaría al jefe de los insurgentes si cayera en manos del enemigo.
Llega la noche y protegidos por la oscuridad, con las tropas españolas recorriendo el lugar buscándoles en una persecución total, sumergiéndose Bolívar y sus hombres por momentos para despistar a las tropas realistas, con las armas en la mano.
Cuando por el momento se aleja el enemigo, El Libertador comienza con locuacidad a hablar de que no detendría sus acciones hasta liberar a Nueva Granada y el Perú en donde llevaría triunfante la bandera de la libertad, sus hombres pensaron que había enloquecido completamente.
La brillante pluma de Juan Vicente González en el libro ya mencionado narra:
“Dentro de pocos días rendiremos a Angostura, y entonces iremos a liberar a la Nueva Granada, y arrojando a los enemigos del resto de Venezuela, constituiremos a Colombia. Enarbolaremos después el pabellón tricolor sobre el Chimborazo, e iremos a completar nuestra obra de libertar a la América del Sur y asegurar su independencia, llevando nuestros pendones victoriosos al Perú: el Perú será libre!”
¿Quien en ese en ese tipo de situación planea acciones de ese tipo? ¿Quién a punto de morir, se convierte en un visionario para vislumbrar el futuro con tanta precisión?
Solamente un genio como Bolívar podía visibilizar el futuro y con su determinación a prueba del acero, vencer cualquier obstáculo que lo evitaría llegar a la meta, que no sería otra que la libertad de su Patria.
Pero la confusión aborda a sus hombres y un oficial llamado Martel le comenta al Gral. Briceño llorando que como todo ya está perdido, como se ve; rodeados de enemigos; el Libertador sueña con el Perú.
Briceño trata de restarle importancia al hecho diciendo que Simón chancea. Pero Bolívar sabía que Brion se acercaba contando en su flota con cinco flecheras, tres goletas y cinco bergantines que producirían temor en el enemigo.
A los dos meses, Bolívar, ya era dueño de Angosturas y dos años siguientes toma Nueva Granada, siendo vencedor de Boyacá.
Pasarían cuatro años más para que Venezuela caiga rendida por su espada igual que cinco años después liberta a Quito, transcurriendo siete años para que la banderas victoriosas de la libertad ondeen en el Cuzco, derrotando por completo al León Ibérico.
Pero todo esto lo había soñado despierto aquel Genio de América quien nunca fue vencido por sus derrotas y por eso lo llamo el General Morillo que era más temido vencido que vencedor.