Las nacionalizaciones, anunciadas por el Presidente, en estos días, son medidas que se veían venir, que el pueblo estaba esperando y que han dado origen a un llantén de quienes ven alejarse privilegios, que aun conservan y de los cuales han hecho uso y abuso.
Son medidas que tienen el objetivo de que el estado rescate empresas estratégicas como las comunicaciones y la energía.
El estado venezolano, así, devuelve al pueblo estas empresas, en mala hora entregadas a trasnacionales, a las que como sabemos lo que les importa es la ganancia, sin tomar en cuenta al ser humano como ente social pensante, y alfa y omega de toda organización llámese como se llame.
Se había tardado más bien esta decisión de un Gobierno de corte socialista como este que se supone debe deslastrase de todo lo que huela a capitalismo, que ya bastante daño le ha hecho a nuestro pueblo del cual se han venido lucrando.
Son empresas estratégicas que en algún momento de conflagración social, por ejemplo un golpe de estado serían blancos y objetivos preciados para quienes pretendan subvertir el orden. No olvidemos lo que ya le hicieron a la principal industria del país cuando el paro petrolero que resulto en grandes pérdidas económicas para la nación y de vidas como una de sus consecuencias.
No olvidemos tampoco que la lucha es contra un enemigo muy poderoso que tiene record en preparar, financiar y montar golpes de estado contra gobiernos que no se le arrodillen y complazcan en todas sus pretensiones; ya el nuestro vivió esa amarga experiencia por lo que nos toca tomar medidas preventivas, que además de ser de tipo económico también lo son política de estado para proteger intereses supremos y a los trabajadores que en ellas laboran y han laborado y que tienen tiempo luchando por el justo pago de sus prestaciones.-
Entre llanto y llanto, lo que llaman ellos oposición, con gritos destemplados, han dicho que las empresas en manos del Gobierno van a venirse a pique, van a ser convertidas en cenáculos de la Revolución para aumentar la Burocracia. Nunca han estado más equivocados, si no recordemos lo que pasó con VIASA, ahora convertida en CONVIASA, cada día mejorando para beneficio de sus usuarios, igualmente SITGO que en manos del punto fijismo no produjo ni un dólar para la nación, ambas empresas son ejemplo de que el estado sí puede administrar bien y entregar cuentas claras al soberano.
La NUEVA ERA, que anunció el presidente en su campaña de reelección tiene entre sus proyectos de inmediata aplicación, una inexorable lucha contra la corrupción, que tendrá consecuencias extremas para quienes se atrevan a caer en la tentación de meter sus manos en los dineros del Estado para enriquecerse.
Ahora, en este Socialismo del Siglo XXI hay un órgano que se encargará de detectar, denunciar y exigir castigos ejemplares contra quienes delincan contra la cosa pública, ese órgano en primera instancia no es otro que el mismo pueblo.-
Además se inicia un nuevo estilo de gobierno que viene dado por lo que el Presidente llama “Gabinetes Patrulleros” o itinerantes, lo que acabará de plano con ese distanciamiento detestable que siempre ha habido entre gobernados y gobernantes, lo cual traerá seguramente entre otras ventajas, la de que habrá mayor control en los entes que administren recursos, a fin de que lo hagan bien, porque habrá sobre ellos ojos y voluntades pendientes para que no se desvíen recursos, ni se caiga en la tentación de robar los dineros que no le pertenecen, para evitar que las comisiones por contratos resulten en desmejoramiento de las obras, cuestión esta que es muy frecuente todavía en este gobierno, como secuela y herencia maldita de una anticultura, que se arraigó durante la IV República y que lamentablemente aun existe, pero que hay que erradicar a cualquier costo.-
La nacionalizaciones que ha anunciado el gobierno no han de preocupar a nadie y menos a los trabajadores de estas empresas, pues no es estilo de este gobierno mandar a la calle a padres de familia, que estén dispuestos a cerrar filas con la honestidad, con la responsabilidad y conciencia de que lo que hagan será en beneficio del país que a ellos también les pertenece; más bien ellos deben desde ahora ponerse mosca, y vigilar que los que nunca faltan, destruyan, dañen o saboteen equipos, sistemas y documentos que puedan representar en el futuro obstáculos para una buena gestión en la empresas que se vayan a nacionalizar.-