En el trajinar diario de mis escrituras para los medios, escribiendo hasta dos y tres artículos diarios, revisando una novela que llevo dos años preparándola; atendiendo trabajos para varios sitios web, a la vez que llevando parte de la dirección del portal ensartaos, suelen escapárseme en ellos algunos gazapos que me escuecen alma, bien, bien lamentables.
Son jugadas o trastadas de la mente cuando hay nombres en el tapete de las cuestiones que uno está tratando, que cual malditos diablillos se nos cuelan y nos hacen unas terribles malas pasadas. En mi artículo "Cáiganse!: La verdadera y purita historia del conquistador genocida Francisco Fajardo...", cuando hablé del gobernador de Mérida, debí escribir Alexis Ramírez, y se me fue el trastocado de "Rafael" a quien he atacado varias veces por este portal de Aporrea. Un muy lamentable error, teniendo en cuenta que Alexis Ramírez es mi amigo, a quien respeto y considero un político leal y profundamente chavistas (y por ende también madurista), para que no vayan a mal interpretar los eternos intrigantes por allí... Me afectó mucho, cuando veo un mensaje que me envía Alexis a mi celular diciéndome que me he pelado. Bueno, desde aquí le envío mis públicas disculpas por tan desagradable como brutal pelón, del todo involuntario.
Igualmente, debo aclarar, que en mi artículo sobre la señora Gaby Arellano, "No lo podrán creer!: la doctora Gaby Arellano no tiene quien la reciba, pero…", se me fue otro gazapo, también lamentable: al referirme a Diógenes Escalante (quien fuera embajador de Venezuela en Estados Unidos en la época del presidente Isaías Medina Angarita) y cometí el error de escribir "Diógenes Andrade", quien es un personaje de la política regional del estado Mérida (a quien he criticado en varios de mis artículos, y sin duda cual diablillo maligno también se me coló en mis trabajos, jugándome esa otra trastada).
Alguien por allí me mandó un mensaje diciéndome que yo no sabía nada de historia por haber cometido esa equivocación, la de confundir "Escalante" con "Andrade".
Pues, me afectan estas cosas porque uno en realidad carece de correctores, y procura ser en sus trabajos lo más correcto y cogerente posible. En ocasiones mi esposa me ayuda, y me ha salvado de muchas de estas barrabasadas, pero ella no tiene siempre tiempo para mis ocupaciones.
Quede así, pues, aclarado, estos dos puntos. Ahora en posible trataré de ser mucho más cuidadoso.