Increíble, pero cierto, aunque algo intrigante ese darse cuenta momentáneo, tan disimulado antes, y ahora exponerlo Michelle Bachelet en este diciembre de 2020. Por lo que parece ser que metió la lupa de la decencia de su razón, atascada de incongruencias hacia ese país -uno de los más inhumanos y desiguales del mundo- que ella ahora ve quizás con algo de malicia para denunciar al mundo que allá, en ese país hay masacres y cientos de asesinatos selectivos, por los que hay que decir: ¡Ay Gabo! Tu país está hediondo de injusticias nada justificables como sucede en general en Venezuela por las medidas coercitivas del imperio, de las que escapa y no puede echar manos a su favor, el envalentonado Iván Duque, bien arrimado y apoyado por Trump como su hijo putativo, bien comprometido en violentar los derechos humanos de su pueblo y actuar en colaboración desmedidamente al lado de la oposición venezolana en sus desmanes de terrorismo contra el gobierno nacional de acá, poniendo en peligro nuestra institucionalidad democrática.
Misia Bachelet, un día antes, había manifestado estar "consternada" por la ejecución del líder opositor iraní Zam, por el que llegó a decir que, la pena de muerte es "simplemente inconciliable con la dignidad humana", sin haber sido posible saber si soltó alguna lágrima de sus ojos, para mayor provecho de su ácida crítica. Que ella de Chile y de su gobierno no dice nada como si nada sucediera en su país, ni parece ser que no se acuerda que allá hubo un dictador bien sanguinario, llamado Augusto Pinochet y todavía hay mucho rastro de crueldad en sus leyes dentro del gobierno actual de Sebastián Piñera.
La Alta comisionada de las Naciones Unidas, este 15 de diciembre ha denunciado que, cientos de colombianos han muerto este año en la misma Colombia en masacres o como víctimas de asesinatos selectivos de líderes sociales y de exguerrilleros y, de lo que va de este año 2020, la oficina de la ONU en Colombia para los derechos humanos ha registrado 66 masacres, en las que 255 ciudadanos fueron asesinadas en 18 apartamentos de ese país, información que ha podido ser verificada. Y también se tiene a mano la información sobre el asesinato de 120 defensores de los derechos humanos y, se agregan a esas cifras además, los 244 excombatientes de las Farc, quienes han sido asesinados a partir de la firma del acuerdo de paz que fue en noviembre de 2016, lo que ha sido constatado por la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
Desde Ginebra, Marta Hurtado, como portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, ha dicho que: "Los números que mencionamos son los que han sido reportados, pero tememos que sea mayores porque la pandemia ha obstaculizado nuestros esfuerzos por documentar y verificar los asesinatos". Es decir, que según ella, pueden ser muchos más como asesinatos en masa dentro de ese país vecino que a su gobierno no preocupa.
Mientras que, Bachelet declaró a través de un comunicado, lo siguiente: "Pido a las autoridades colombianas que tomen medidas más sólidas y mucho más efectivas para proteger a la población de esta horrenda violencia". Por lo que hay que esperar por la reacción del gobierno de Iván Duque, tan agresivo contra nuestro país y bien alejado de la paz de Colombia, donde la violencia está a la orden de cada día del sálvese el que pueda, la que tratan de trasladarla a Venezuela con sus escuadrones y grupos de la muerte.
Desde la ONU se cree que por décadas del conflicto interno que los colombianos tienen y, aún con el acuerdo de paz, la violencia en ese país "se ha normalizado", por lo que Marta Hurtado explicó que las áreas afectadas por la oleadas de asesinatos son, de difícil acceso y prácticamente no hay presencia del Estado y además, según la portavoz: "No hay seguridad, no hay policía, ni presencia del gobierno en términos de servicios públicos, con falta de colegios y de centros de salud. Por ello pedimos al gobierno que despliegue plenamente su presencia en esas áreas". Y eso jamás será atendido por Iván Duque, porque él está más preocupado y entretenido de recibir "personalidades" como Leopoldo López, Juan Guaidó y de encajar y llenar de violencia a Venezuela y a su país lo tiene en el abandono total, siguiendo los mismos pasos del ahora expresidente Uribe.
Por lo que Bachelet se afincó cuando dijo que ahora: "es deber del Estado estar presente en todo el país", no solo para actuar contra los responsables de la violencia, sino también para garantizar los servicios esenciales y la protección de la población y tal situación de mortandad se ha dado más en este año 2020 por la pandemia que ha ayudado a que los líderes sociales sean asesinados en sus casas de forma más fácil.
Algo es algo y Bachelet ha puesto finalmente su granito de arena para que Colombia sea vista en el mundo tal cual es el gobierno de Iván Duque que se ha dedicado más a colaborar con la desestabilización de nuestro país que a tratar de imponer la paz en el suyo como Estado forajido que es, donde nadie está a salvo y año tras año ese país está más involucrado en la producción de drogas como daño inmediato para otras naciones del Continente que Bachelet calla al no tocarlo como detrimento de los derechos humanos.