Que decir de José Vicente Rangel Vale que no se haya dicho ya. Fue un en hombre ejemplar que durante la cuarta república asumió con valentía y entereza la defensa de los derechos humanos de los políticos de izquierda, cuando en nuestro país se aplicaba verdadero terrorismo de Estado a quienes con ideas de izquierda enfrentaron a un Estado represor.
Con su inteligencia y sus cualidades bien pudo haberse cuadrado con la burguesía cuartorepublicana y ejercer el oficio de periodista defendiendo el sistema imperante, habría llegado lejos y quizás habría sido glorificado por la derecha mundial, pero no, José Vicente permaneció en la trinchera de quienes luchaban por la conquista de un país donde se superarán las desigualdades de la cuarta república.
Supo ver tempranamente en Hugo Chávez Frías, al líder predestinado a acabar con la falsa democracia cuarta republicana y no dudó en acompañarle, tantas veces como Chávez se lo demandó.
Personalmente tengo fresca en mi memoria la valiente posición de José Vicente en los aciagos días de abril del 2002, cuando le expresó al Comandante Chávez que prefería morir bombardeado en Miraflores, defendiendo sus ideales, que huir cobardemente mientras los golpistas derrocaban al gobierno.
Fue un hombre leal que Chávez tuvo siempre en alta estima y en quien confió siempre sin dudar nunca de su consejo sincero. Fue probado en mil batallas y en todas demostró que estaba hecho para las grandes causas.
Hay muchos valores que caracterizaron a Rangel Vale durante su vida, pero diría que fue la coherencia de su pensamiento con su actuación lo que más resalta en la vida de este destacado periodista y defensor de derechos humanos venezolano.
Mire que defender los derechos humanos en la cuarta república no era el "juego de niños" que ha puesto de moda el imperio en estos tiempos. Fueron años realmente duros, claro los actores políticos a quienes se vulneraban sus derechos defendían la opción de las mayorías. Mientras la "clase media" beneficiaria de rentismo petrolero desigual y excluyente, miraba a los lados y solo se preocupaba por las visitas a Disney y el tá barato dame dos.
Fueron estos los tiempos en que José Vicente le echó bolas, como decimos en criollo, denunciando las desapariciones, los asesinatos, las muertes y los crímenes que desde el Estado cometían los defensores del status quo.
Gloria a José Vicente Rangel, su nombre permanecerá inmortalizado para la posteridad.