La actitud rastrera y de vasallaje del gobierno colombiano, dirigida por el Presidente Iván Duque Márquez y su partido Centro Democrático con su agresión al pueblo cubano y a su gobierno revolucionario, a los fines de cumplir las órdenes de Donald Trump a través de su secretario de estado, Mike Pompeo. Iván Duque Márquez estaba obligado a justificar el mandato de Donald Trump que incluyó en su amañada lista de países afines al terrorismo. De Colombia hacia Cuba solo puede haber agradecimiento. No solo fue artífice del acuerdo de Paz de 2016, que el presente gobierno ha terminado de hacer trizas permitiendo el genocidio cotidiano de líderes sociales y excombatientes, si no que sirvió en repetidas oportunidades como mediador y garante de procesos de diálogos con los grupos rebeldes. Que corta memoria tienen los uribistas enceguecidos entre sus ambiciones electorales y su zalamería con el trumpismo decadente, que no quieren recordar que durante el gobierno de Uribe Vélez, Cuba prestó su territorio para un largo proceso de conversaciones. Con el ELN que no se llegó a feliz término, aún pendiente.
EEUU y Colombia no tienen autoridad moral, para acusar a Cuba de nada. Hoy cuando en medio de la crisis global agudizada por la pandemia. Cuba sirve de esperanza para la humanidad, exportando vida con sus brigadas médicas y construyendo soluciones sufren los estragos catastróficos, no solo del virus sino de la devastación económica del neoliberalismo. La gran potencia deja morir de Covid a 1172 ciudadanos por cada millón de habitantes, mientras que en Cuba solo mueren 14 por millón pese a las limitaciones impuestas por el criminal bloqueo. En Colombia de forma irresponsable el gobierno de Iván Duque da versiones encontradas sobre la vacunación y prolonga la crisis sanitaria en medio de opacos contratos privados, en medio de la depresión económica más grande del presente siglo.
Paremos la agresión imperial contra Venezuela, Diferentes grupos políticos y sociales, han condenado, la fallida incursión de actos terrorista contra el país caribeño perpetrada por la Administración del presidente Donald Trump, con la complicidad del gobernante de Colombia, Iván Duque, a fin de derrocar al presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro. Las acciones terrorista siempre han sido frustrado gracias a la actuación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Desde Madrid, capital española, la Plataforma Bolivariana de Solidaridad con Venezuela, denunció “rotundamente” la fallida incursión naval contra Venezuela y rechazaron cualquier provocación e intervención armada en territorio venezolano, por mercenarios armados en Colombia. Insisten en que el objetivo era generar un estallido social y justificar así un golpe de Estado interno o una intervención militar, Se trata de un ataque concertado contra la Revolución Bolivariana por parte del imperialismo norteamericano con participación de los Gobiernos lacayos de Colombia y Brasil; una acción más condenable aún si cabe por haber sido perpetrada en medio de la pandemia del coronavirus.
Rechacemos con todas nuestras fuerzas y cuestionemos con toda nuestra conciencia de clase, la actitud de Washington y Bogotá que, en vez de luchar contra la pandemia del coronavirus en sus territorios, se dedican a intentar derrocar Gobiernos pacíficos como el de Venezuela, que lleva un combate implacable contra la enfermedad y a favor del pueblo venezolano,. En la misma dirección de paremos la agresión contra Venezuela. El diputado del partido español Izquierda Unida (IU) Enrique Santiago también expresó su solidaridad con el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro y llamo a respetar la tregua propuesta por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para luchar contra la crisis de la COVID-19. El Consejo Mundial de la Paz condenó los actos injerencistas de Washington contra Venezuela y rechazó las acusaciones de EEUU, que vinculan al primer mandatario del país suramericano con el tráfico de drogas. En Francia, el Círculo Bolivariano de París criticó a los países que justifican bloqueos, terrorismo y actos de violencia, para propiciar un cambio de régimen y asesinar a dirigentes venezolanos. Rechazamos el silencio mediático y diplomático, ante todos estos actos ilegales que la República Bolivariana de Venezuela ha vivido y vive en estos momentos.
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