La fuerza moral del chavismo; la Ley de hidrocarburos; la paz boba

Ceder a las presiones del imperio es ir hacia atrás. En nuestro caso retroceder no es una táctica de guerra, ha sido olvidarse de la estrategia final que es el socialismo (o vencer al capitalismo). Cuando Chávez estaba vivo, hace 7 u 8 años atrás, era inconcebible lo que hoy llama la cámara petrolera "mantener un diálogo abierto" con el gobierno, para privatizar la industria, casi que instalar un superintendente dentro del ministerio diciéndole al gobierno lo qué puede y lo qué no puede hacer http://www.aporrea.org/energia/n365166,html . ¡Hasta ahí hemos llegado! Sin embargo pareciera que todavía le resulta muy fuerte al gobierno darle la cara al chavismo con la noticia de la privatización definitiva de Petróleos de Venezuela, inclusive modificando la Ley orgánica de hidrocarburos en favor de los privados. Pero los "inversionistas" privados, temiendo la volubilidad del gobierno de Maduro, desde ya los están haciendo presión (lobby) para que se modifique la ley, y diciendo hasta cómo hay que hacerlo.

Las sanciones para Maduro y su gobierno, el bloqueo a Venezuela, en fin, la presión económica, ha significado ceder espacios vitales de nuestra soberanía, fundamentalmente en nuestra legislación más avanzada, en lo poco de socialismo que nos queda escrito en nuestras leyes y en la constitución. Una situación prevista en toda revolución socialista: sanciones, bloqueos, sabotajes, conspiraciones, la ha usado Maduro para justificar la restauración del pasado que quiso cambiar Chávez, para apagar el entusiasmo por el cambio revolucionario del chavismo; estrellar la esperanza de la gente contra el muro de fatalismo; decirle al chavismo que no nos queda otra camino que modificar la Ley de hidrocarburos, entregar PDVSA, vender el país por pedazos aquí, y alquilarlo por allá, "porque si no, NUNCA HABRÁ PAZ". La paz parece ser el gran chantaje de los medrosos en el poder.

Pero la paz es la excusa de los cobardes. Por evitar golpes se apela a la paz. Peor aún, ¡por no poder generar violencia!, por no saber activar la reacción violenta a la violencia del capitalismo; por no querer hacer daño al capitalismo, tenemos que aceptar que el único mundo posible es vivir en paz, es decir, sometidos al infierno de explotación e injusticia del capitalismo, a la violencia del capitalismo. El miedo de estos líderes pusilánimes no es por causa de que seamos un país sancionado o bloqueado; el verdadero miedo es el de acabar con la propiedad privada de los medios de producción, capitalista, es "tocar" al sistema capitalista, confiscar empresas, tierras, organizarse para producir para el bienestar de toda la sociedad…, y no para los ricachones de siempre. Ese es el verdadero temor. La paz (la de los bobos, el "dejarnos joder") ha sido una verdadera maldición para la revolución bolivariana.

¡Cómo se puede seguir engañando al chavismo con el cuento de la producción!, ¡por qué es tan importante la producción dentro de un pueblo que no es libre, que sigue atado a un sistema que lo esclaviza en la desigualdad, las necesidades, el hambre y la ignorancia! ¡Quién puede decir que ahora vivimos mejor que antes!, ¡o que somos más dignos, MÁS SOBERANOS!... ¡Quién puede decir que nos resistimos al bloqueo! Ningún pueblo que resiste a un bloqueo pierde su soberanía, todo lo contrario, más bien la mantiene a raya del capricho de pocos. Debemos producir para toda la sociedad, no para los ricos o intentar competir con países ricos; es esta la mentira de Farías y ese grupito de irresponsables, el sueño absurdo de la "Venezuela potencia capitalista".

Superar el rentismo petrolero es también superar el capitalismo. Somos un país colonizado, dependemos de bloqueos y sanciones, el imperio CAPITALISTA nos tuerce el brazo y obedecemos ¿Cómo es posible superar el rentismo en estas condiciones de dependencia del capitalismo, de los capitalistas parásitos, rémoras que chupan sangre y petrodólares? En la complacencia, la lógica del capitalismo se nos impuso por encima de los deseos. El discursito de la "paz social", el falso "socialismo en lo social" de Maduro no son más que chantajes y palabras vacías. No existe "paz social" sino angustia y desesperación contenidos, somos un pueblo emboscado, y el chavismo está emboscado: por un lado, un gobierno que no se define, débil, mojigato, servil y por el otro, una derecha que quiere ser colonizada, que tiene amos en el norte y no le importa la gente, el país, la soberanía, ¡un coño!, sino la ganancia, el dinero fácil, conservar sus vidas fatuas y perfumadas y sus privilegios.

Si queremos resistir debemos luchar, admitiendo que tenemos un enemigo político y moral claro, el capitalismo, más allá de las veleidades burguesas, del sueño pequeñoburgués de "superarse en la vida", no obstante sin que nos importe el resto, el destino del "otro". El capitalismo decide, hace de nosotros lo que él quiere porque no somos un país de espíritu libre, porque nos gobierna el dólar y la anarquía, estamos dentro de una guerra social de "todos contra todos" por el dólar; con líderes oportunistas que se visten de empresarios, con otros oportunistas que se disfrazan de políticos; abogados, gestores, traficantes; perdimos el sentido de patria cuando nos olvidamos de la solidaridad humana (pero el fiscal salva a los animalitos de la calle, ¡eso sí tiene él!). Toda esperanza quedó en los discursos, la televisión sigue siendo la caja Pandora regando los males; cada venezolano es una oportunidad de hacerse de una víctima, de una trampa, de aprovecharse de algo y de alguien, pensando de forma mezquina, con el egoísmo ilegítimo de la gente innoble…, mientras, los mensajes oficiales muestran al país de Narnia, ese que no existe.

Lo sorprendente del madurismo es que ha generado más incertidumbre en la economía capitalista –la que ellos quieren estimular – y en la gente – que se fue o se quiere ir –, que la confusión que ha provocado la derecha con sus mentiras y calumnias, teniendo en cuenta el control del gobierno de casi todos los medios de información a nivel nacional, las cadenas, las censuras en el Internet, etc. ¡Es increíble que sea el mismo gobierno el que publicite las "bondades" del capitalismo en contra del capitalismo!

La fuerza moral del chavismo debe detener la reinstalación del pasado, ahora con un rostro más cruento, más colonial y tiránico. El resultado de estas elecciones será una muestra de cuánto hemos retrocedido hacia el pasado en todos los sentidos. Las elecciones nos dirán cuánto se ha corrompido el espíritu socialista del partido de gobierno y del polo patriótico en general, cuánto ha virado hacia la derecha y cuánto ha concedido el madurismo a la burguesía lumpen que pretende gobernar a este país, con estas leyes de la claudicación: la ley de inversiones extranjeras productivas, la ley antibloqueo, y la ley orgánica de las ZEE. Parece que sólo así, sufriendo en desengaño, el chavismo podrá despertar de esta pesadilla y ver todo lo que perdimos todos estos años de perplejidad y miedo. Hay que aprovechar la fuerza chavista, que es la misma de donde se apoya el madurismo, para derrotar a éste su hipocresía, su farsa. Debemos agrupar de un mismo lado al enemigo. Concentrarlo en una misma acera para poder golpear con fuerza moral y con valentía, sin miedo a la contundencia física y política, la que sea necesaria para reconquistar el poder y avanzar paso a paso y sin pausa en contra de la lógica del capital, tal y como lo expresara Chávez en su Plan de la Patria.

¡CHÁVEZ VIVE!...



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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