El 21 de octubre de 1997, el comandante Chávez creó el MVR a los fines de tener una tarjeta política partidista, para participar en los comicios presidenciales del año 1998. Hasta el año 2006, el partido más votado en el país hasta su disolución, que da paso al PSUV, donde centraremos nuestro artículo de opinión.
Debemos recordar que el PSUV nace en el 2007 como otra idea política extraordinaria de esas que tenía el comandante supremo de la revolución con la intención de fusionar a todos los partidos de izquierda en un solo, pero poderoso partido. Fundamentado en la unidad.
Al llamado acudieron muchos; militantes y dirigentes de otros partidos, otros que no querían perder sus cargos y se sintieron obligados, los que buscaban algo más allá de, los saltimbanquis, que al sumar a estos tres, afortunadamente no eran muchos, pero hicieron daño y, por supuesto, quienes siempre creímos en el liderazgo del comandante Chávez desde lo partidista.
Luego se prendió la licuadora política (como dice el Comando Sergio) y comienzan a salir algunos bichos de esos que mencionábamos, así como los enchufados, los electoreros, que son aquellos que son militantes cuando vienen los tiempos electorales pero después se desligan del partido y así, poco a poco se ha auto depurado nuestro PSUV.
El comandante plantea varios elementos con el PSUV en aras de consolidarlo como una maquinaria social y política y, avanzar en la profundizacion de la revolución, entre ellos;
El PSUV debe ser un partido movimiento, que se compenetre con los problemas de la gente, que sea una gran maquinaria para ganar elecciones y mantener los espacios de poder, un partido que sea corriente de alto voltaje para evaluar al gobierno, sin rencillas ni enfrentamientos, aunque dejó claro, que podíamos ser, irreverente en la discusión, pero leal en la acción, parafraseando a Antonio Aponte.
Ahora bien, este partido ha sido tan benévolo que permite que los advenedizos lleguen lejos, que hagan daño, que dividan, ojo; comparto con los que se van sumando en su militancia desde abajo, pero aterrizar de cajón, sin haber construido, deja un sabor amargo en nuestra militancia histórica, en los genuinos, en los de siempre, que además se sienten mancillados y socavados en los cimientos políticos que ellos mismos construyeron y que pretenden sepultarlos en nombre del partido, en el basurero de la historia política, ah pero luego queremos buscarlos en coyunturas.
El otro elemento que nos debe convocar en el fortalecimiento del PSUV, es la unidad. El comandante Chávez hablaba de la acción unitaria, de la diversidad y la unidad, de la riqueza creativa pero en unidad, cosa que se torna compleja a veces, dados los egoísmos y el sectarismo intrínseco de una minoría.
Estamos condenados a sostener la unidad en el PSUV por la revolución de Chávez, que lideriza Nicolás Maduro y poder avanzar, con el único proyecto que nos hará libres e independientes.
A LO INTERNO: Mapurite sabe a quién pea!