Quizás ya muchos olvidaron el “jardín aéreo” que en el marco del “Plan Caracas, Juntos todo es Posible”, de hace dos años, el gobierno nacional intentó instalar en la Avenida Francisco de Miranda, en el tramo correspondiente al territorio del Municipio Chacao. Poco tiempo duraron estos materos con flores que antes de morir por desatención, mientras otros fueron sustraídos, para terminar siendo retirados en su totalidad y dejar como un fallido recuerdo este proyecto paisajístico que no pocos recursos debió significarle a los diezmados fondos del Estado, en esta época de crisis económica y escasez.
Ese fracasado proyecto vino a mi mente cuando comencé a ver las palmas que están implantando en la Autopista Gran Cacique Guaicaipuro, antigua Fajardo. Se me hizo inevitable rememorar el jardín de flores en plena avenida de Chacao y el despilfarro de recursos económicos que ello supuso.
En este caso, el de las palmas que se están instalando en la Autopista, se enmarca en el “Plan Caracas Patriota, Bella y Segura” que fue implementado por el Gobierno Nacional a los fines de embellecer la ciudad para la celebración de los 200 años de la Batalla de Carabobo.
Así, en pocas semanas, comenzamos a ver en la ciudad espacios públicos iluminados, plazas refaccionadas y áreas embellecidas. Al nivel del Autopista, que atraviesa la ciudad y la conecta con el principal puerto del país, vemos murales con petroglifos y las mencionadas palmeras que se están implantando.
Para quienes en principio somos amigos de la flora y vemos con buenos ojos cualquier política que tenga que ver con revalorizar la naturaleza la implantación de palmeras en el Autopista debía ser motivo de celebración.
La cuestión es que si quien o quienes siguen asesorando al gobierno en materia paisajista son los mismos que planificaron el “jardín aéreo” de la Avenida Miranda, lo más probable es que también termine en fracaso la implantación de las palmeras.
Se nos hace inevitable pensar lo que muchos, que detrás de estos “proyectos fallidos”, siempre habrá quienes terminan sacando “tajadas” a costa de los erarios públicos.
Particularmente considero acertada la decisión del embellecimiento de la ciudad capital y la política sostenida de mantenerla en las mejores condiciones posibles que debe ponerse en práctica en adelante, pero (nunca falta un pero) es importante que en nombre de esto no se despilfarren recursos, tan escasos en estos días y tan necesarios, en proyectos que como el del “jardín aéreo” de la Avenida Francisco de Miranda, hasta el más ignorante en materia de paisajismo urbano pudo ser capaz de antemano que estaba condenado a fracasar.
Aún recordamos con pesar el “ecocidio” de los sauces llorones de la Plaza Las Tres Gracias, sobre todo teniendo presente la impunidad de que gozan quienes deberían haber sido debidamente imputados por el Ministerio Público.
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