A lo corto de estas líneas sin sentido, obviamente dictadas, hago esfuerzo quizá truncado en procura de profundizar acerca del caminar histórico de Venezuela Bolivariana actualmente, en específico desde enero a julio pero todavía no he podido vincular el presente con sus raíces porque a lo mejor me falta combustible y conocimiento también, ando falto de noticias, como en el aire pese a que soy un pataenelsuelo al que le es ajeno el estéril ejercicio académico aquí en la escuelita, la institutriz que me asiste no me ha leído la cartilla todavía pero va a hacerlo pese a que ella sabe que loro nuevo no aprende a deletrear.
Tengo ahora un par de semanas por delante para intentar meter baza en el foro de aporrea, si es que aporrea me lo permite puesto que soy disidente de su línea editorial: -¡plooomooocontramaduro, compadre, comadre, eso es plomo! - Pero tengo confianza en aporrea, mucha confianza (se atribuye al ultraderechista otrora Canciller alemán Konrad Adenauer, palabras más palabras menos: “el que se niega a cambiar de opinión niega la posibilidad de hacerlo mejor”) y quien quita un golpe en lo oscuro.
Por cierto, he tratado de ponerme en lugar de sesudo analista de tantos que copan el referido importante foro, aporrea, pero fracaso, ¡no es fácil ser sesudo!, así que prefiero participar aunque sea de relleno.
Las palabras también constituyen parte de la realidad, lo empírico no me toma a rajatabla, no me lleva de la mano de manera exclusiva, sé que la práctica rompe la gramática pero le doy importancia a todas las opiniones vengan de donde vengan, el diálogo es un ejercicio liberador, dialogando siempre se encuentra un caminito hacia la paz, hay personas que con sólo sus ideas bien puestas y mejor expuestas aportan mucho más que quienes somos esencialmente empíricos.
Pero la teoría carece de objetivo si no está relacionada con la práctica.
oceanoatlanticoguillermo@gmail.com
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