Mis disculpas (carta a todos los lectores)

Necesito apaciguar mi consciencia.

Gracias por escucharme.

Gracias por su paciencia.


Toda mi vida desde que empecé a trabajar como empleado a los 13 años de edad haciendo contabilidad para una pequeña empresa de ocho empleados, aprendí de los dueños de las empresa por las cuales trabajaba que en cualquier negocio, o en cualquier relación empresarial, o relación empresa-cliente, una de las cosas más importantes es de siempre responder a todos dentro de las siguientes 24 horas.

De esa manera uno se destaca entre los muchos mediocres que dejan pasar el tiempo a su conveniencia, a menudo ignorando a la otra persona (cliente, etc.), especialmente cuando más se necesitaría ofrecerles atención, lo que hace que poco a poco esos mediocres van perdiendo clientes y adquiriendo la mala reputación de ser unos irresponsables, egoístas, y desinteresados, malos para los negocias, particularmente en comparación con quienes responden oportunamente.

El hecho de que --- con pocas excepciones --- siempre he respondido a todos dentro de las siguientes 24 horas, además de ser honesto y de no mentir, ha hecho que siempre he tenido éxito en mis asuntos, aun con todos mis errores y equivocaciones. Creo que no existe nadie que me conozca que no tenga confianza en mí, y de eso, soy muy orgulloso.

Sin embargo, desde abril del 2020 he tenido demasiados problemas (para mí un problema no es negativo, es un reto) montados unos sobre otros y acumulándose desde entonces, tanto que no he podido responderles a todos mis lectores y lectoras dentro de las 24 horas, y tanto así que hace más de 10 meses que no he respondido a algunos lectores y lectoras (ver más abajo).

Ahora, por naturaleza, no soy así como son las personas que hoy dirigen el Estado venezolano, quienes le echan la culpa siempre a los demás por sus fallas, entonces por eso les pido disculpas públicas a todos los lectores y lectoras a quienes todavía no les he respondido, entre ellos, Julio, Leandro, JC, Enrique, Mauro, Domingo, José, Alfredo, Patricio, y los más recientes (que me han escrito).

Pido disculpas.

No tengo excusas, pero si tengo una historia que contarles, si quisieran escucharla. Es como una película de aventura y espionaje. Espero que les sea interesante:

1- En noviembre del 2019 tuve un muy grave ataque de mi enfermedad, Porfiria Aguda Intermitente (la enfermedad de los vampiros), la cual me puso en cama durante casi 3 meses seguidos, pero mi nivel de energía no había bajado tanto todavía (como se encuentra hoy), entonces aunque estaba en cama casi todo el tiempo, podía normalmente responderles a mis lectores y lectoras. Me encontraba entonces en una condición donde se me hacía muy difícil moverme y tenía mucho dolor (parálisis parcial, neuropatía, calambres, neblina y confusión mental, etc.), pero, como soy bastante terco, seguí respondiéndoles a todos, oportunamente, pero no siempre dentro de 24 horas debido a que a veces sencillamente no podía hacerlo, físicamente.

2- Llegando al mes de febrero del 2020, tres meses después de mi grave ataque, pensé haberme recuperado suficiente para seguir con mis aspiraciones de trabajar y estudiar 16 horas por día como lo he hecho toda mi vida, pero no fue así, de hecho, tuve otro gran ataque a finales de febrero (2020), y dos más en marzo (2020) que casi me mataron. Perdí mucho peso y quedé otra vez casi totalmente paralizado, sin embargo, seguí escribiendo cuando podía, y seguí respondiéndoles a mis lectores cuando podía aunque me demoraba mucho más cada vez, y eso fue cuando todo empezó a acumularse (marzo del 2020).

3- Ese mismo mes de marzo del 2020, como dije arriba, casi me morí, pero mi esposa me salvó, y poco a poco en abril empecé a escribir otra vez y seguí con mi deber de responderles a los lectores y lectoras que me habían escrito antes, pero esta vez escribiéndoles, "disculpe por el atraso en responderle." Estaba atrasado, y me iba a atrasar aun más, pero no lo sabía entonces.

4- Durante ese mes de abril del 2020, cerca del final, y después de haber retomado la escritura con más regularidad, fui repentinamente amenazado de ser desaparecido por una persona asociada a quienes hoy manejan el Estado venezolano. Eso me dio otro ataque muy grave (el estrés me causa ataques, entre otras cosas), y desde entonces he tenido por lo menos 20 ataques más, pero pequeños. Esta amenaza de ser desaparecido me causó mucho más estrés de lo normal porque me preocupaba mucho que el actual Estado venezolano --- conocido ahora por secuestrar y torturar hasta la muerte a oponentes y disidentes --- podría amedrentar o secuestrar y torturar a mis familiares o a los lectores y lectoras que comunicaban conmigo regularmente al hackear el correo que usaba entonces (oscarheck111@yahoo.com), a través del cual podrían comunicar con ellos fingiendo de ser yo, engañarlos, encontrar donde viven ellos, y así secuestrarlos para tratar de encontrarme a mí. Debido a este estrés, todo ese tiempo entre abril del 2020 y marzo del 2021 (hace poco), durante ese año completo, mi saludo fue decayéndose hasta que en abril del 2021 empecé un tratamiento desarrollado por mi esposa y yo (no existe cura para mi enfermedad), lo cual --- por fin --- parece estar funcionando bastante bien, sin embargo, se demorará muchos meses más para que el tratamiento tenga un efecto más permanente y a largo plazo. Como parte del tratamiento debo re-entrenar mis neuronas y mi cuerpo para que interpreten y reaccionen a mi condición (mi enfermedad) de manera diferente, es algo muy parecido a cuando un paralítico re-aprende a caminar, entonces, por allí voy ahora (julio 2021).

NOTA IMPORTANTE: Es importante notar que esa amenaza que tuve en abril del 2020 ocurrió justo después de que otro escritor muy leído de Aporrea, Javier Santana, fuese secuestrado, encarcelado sin juicio (durante varios meses), y torturado por el actual Estado venezolano. Él es epiléptico, y pudo haber muerto en la cárcel, fue muy maltratado por el Estado venezolano, perdió 25 kilos, y no le dieron los medicamentos que necesitaba. (¡Malditos! ¡Salvajes! ¡Cavernícolas!) Yo no quería vivir esa experiencia ya que con mi enfermedad, y sin medicamentos, yo ciertamente hubiera muerto en esa cárcel bajo el mando del actual cavernícola Estado venezolano, yo no quería morir todavía. Por eso decidí de tener mucho cuidado (ver más abajo).

Ver (la historia de Javier Vivas Santana):

Javier Vivas Santana confirma que ya está en libertad. "Perdí 25 kg y jamás recibí medicinas para mi epilepsia"

https://www.aporrea.org/ddhh/a300227.html
https://www.aporrea.org/ddhh/n358485.html

5- A partir de finales del mes de abril del 2020, después de haber sido amenazado y mientras vivía con la constante preocupación de ser desaparecido, decidí de parar de usar el correo electrónico que había estado usando desde el 2002 (oscarheck111@yahoo.com) … por miedo de que sea hackeado por el actual Estado venezolano y utilizado en mi contra o en contra de mis familiares y lectores y lectoras. Es por eso que durante un tiempo no pude ni quise responderle a nadie, no tenía cómo hacerlo sin poner a todos en peligro. También paré de escribir en Aporrea con el fin de tratar de minimizar los riesgos, y mientras pensaba en qué hacer, y con la preciosa ayuda de un gran colaborador en el extranjero, abrí un blog en el extranjero temporalmente, registrado en el extranjero, para que así el actual Estado venezolano no pueda rastrearme. Que yo sepa, el actual Estado venezolano no tiene nada de jurisdicción en el extranjero, ni tampoco tiene la capacidad técnica ni la inteligencia para llevar a cabo espionaje en el extranjero, además de ser altamente irrespetado y despreciado en ese ámbito de actividad a nivel mundial (en mi apreciación, y en base a mis experiencias). Después, en agosto del 2020, y otra vez con la ayuda de otro buen amigo en el extranjero, abrí mi propio sitio web, también registrado desde el extranjero, bajo otro nombre, con una nueva dirección email (la actual). Todo eso se demoró unos 5 a 6 meses. Después de eso empecé otra vez a escribir regularmente en Aporrea, eso fue a partir de septiembre y octubre del 2020, pero lo hice poco a poco, siempre pendiente de los riesgos. Durante este periodo le respondí a varios lectores y lectoras, pero no a todos, ya que temía por su seguridad.

6- Al mismo tiempo, perdí dos laptops (y mucha información también) quemados debido a los constantes apagones y las continuadas fallas eléctricas que ocurren aquí en Venezuela desde hace años y casi a nivel nacional. Antes, cuando no ocurrían esos apagones y fallas continuas en el sistema eléctrico, mis laptops duraban entre 4 y 5 años, pero hoy me duran solo entre 1 y 2 años. Eso es terrible, además de ser muy costoso. El hecho de haber perdido dos laptops en tan poco tiempo agregó significativamente a los problemas ya acumulados (y acumulándose) que tenía, y esto hizo que sea aun más difícil para mí de responderles a todos mis lectores y lectoras.

7- Ahora, para que sepan, desde abril del 2021, o sea, desde hace solo 3 meses, pareciera que mi salud está finalmente mejorando (poco a poco) con mi nuevo tratamiento. Sin embargo, mi nivel de energía sigue por debajo del 10% de lo que fue antes de noviembre del 2019, o sea, todavía no estoy en condiciones para poder rápidamente responder a todos, y menos todavía, dentro de 24 horas. Me da pena decirlo, pero no tengo otra opción, por ahora, la combinación de mi mala salud, la falta de energía (en mi cuerpo), la falta de electricidad (el otro tipo de energía que necesito para poder funcionar bien), y el constante potencial de peligro a mi vida, a mis familiares, y a mis lectores y lectoras, no me ayuda en nada. Además, tenemos el peor internet del mundo (lado a lado con Afganistán, ver link que sigue), lo cual complica el asunto muchísimo. Podría intentar de responderles entre la media noche y las 6 AM cuando el internet funciona un poquito mejor, y lo he intentado, pero mi cuerpo ya no da para eso, no por ahora de todas maneras, no hasta que me recupere, espero (¿o será que me estoy poniendo viejo? ¡oh no!).

De todas maneras, espero poder responderles a todos antes de morir.

Ver (internet): https://www.speedtest.net/global-index

CONCLUSIÓN

Como pudieron ver arriba, mi vida últimamente ha sido bastante conmovida, como en una de esas películas de aventura y espionaje, ¿verdad?

Tengo una vida muy interesante, siempre fue interesante, y sigue siendo interesante, para mí de todas maneras.

Bueno …

La cosa es que …

Y por eso quería apaciguar mi consciencia …

Todavía vivo con la inquietud de ser desaparecido por el actual Estado venezolano y con la preocupación de que pudieran amedrentar a mi familia y a mis lectores y lectoras (algunos saben del peligro, pero no pude advertirles a todos).

El estrés que todo esto me ha causado, es monumental, y por ende debo pasar (todavía) mucho tiempo en cama, calmándome, meditando, relajando mi cuerpo, etc., porque este tipo de estrés me puede matar, literalmente, y no quiero morir todavía. (El estrés, entre otros factores, básicamente envenena mi sangre, la cual circula por mi cuerpo y cerebro envenenando todo, es muy peligroso.)

Entonces …

Quiero otra vez disculparme con todos los lectores y las lectoras a quienes no les he respondido todavía, lo haré, en algún momento, aunque no les puedo prometer cuando ya que no sé si moriré antes de poder hacerlo, pero cuando encuentre la energía para responderles sin miedo de meterlos a ustedes en problemas, lo haré, por supuesto solo lo haré si en aquel momento también tengo electricidad, internet, y un laptop. El que tengo ahora es muy viejo, lento, y la pantalla está quebrada, lo cual complica aun más la cosa, por ahora.

Bueno …

Esta situación no cambiará mucho hasta que quienes gobiernan hoy renuncien a sus puestos y se vayan al ____________ (o a donde sea).

Y …

Para los nuevos lectores y lectoras que me escriben …

También haré lo posible para responderles lo más rápido posible, pero no les puedo prometer nada tampoco, por ahora.

Gracias a todos por su paciencia.

Gracias por escucharme.

Mis disculpas.

oscar@oscarheck.com

 

 



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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