A eso hemos llegado con estas últimas elecciones internas dentro del Psuv para escoger los posibles candidatos, unos para gobernadores y otros para alcaldes.
Pero la llama de la intromisión se prendió a fuego lento por la impaciencia de Diosdado de imponer con toda la autoridad que no le ha dado nadie, sino que él se tomó como si en verdad hubiera sido mejor imponer desde arriba, lo acostumbrado, que actuar en la forma aleatoria propuesta, aunque siempre a favor de la mayoría que está en el poder, buscando seguir en el poder con más poder hasta el cansancio de no quiero más y a disfrutar del usufructo se ha dicho, porque el que se mete a político como el flojo que es, quiere morir como político enchufado o no, que no sabe hacer otra cosa, sino quizás administrar lo ajeno a su propio albedrío y decidir su futuro con sus masas bien aleccionadas, lo demás es fácil, es decir, "crea fama y échate a dormir".
Y, ahora viene Diosdado a lo Gonzalo Barrios, como secretario oportuno que fue del CEN de AD, y mete la pata que pone a arder en discordia, lo que fue una pequeña victoria-fiesta que el pueblo chavista disfrutó como su regalo el ocho de agosto que le mandó Chávez.
Y eso que Diosdado es el vicepresidente de Psuv, y cómo sería si fuera el presidente. Vaya usted a saber que, con unas matemáticas bien chimbas, le busca la cuadratura al círculo de su imaginación de por aquí se va para Roma y con toda la hegemonía de su cargo impone in situ "ganar las primarias en el Psuv no significa ser el candidato". ¿Entonces Diosdado, qué mamadera de gallo es esa? O es o no es, cuál es la cuestión.
Entonces Diosdado, en qué país estamos, tú cómo que estás pelao, o te copiaste lo que hacen en otro país -¿acaso, más democrático que el nuestro?- que sí se puede hacer y así siguen, donde la mayoría no implanta candidatos y menos a presidente.
Diosdado tiene que hacer si es que se quiere acercar al modelo de Gonzalo Barrios es, echar sus partiditas de dominó todos los domingos con la prensa presente para que vean como tranca el juego dentro del Psuv sin que nadie se queje, que por lo menos Maduro no ha soltado ni pío y Cilia tampoco y, sino lo paran se pierde el juego y él seguirá siendo el mandamás, tal cual, actuaba su paisano Luis Alfaro Ucero que, quiere mandar a los que ganaron las primarias con menos del 50 por ciento palcarajo.
Y después por supuesto vendrán los reacomodos y tararí y tarará este cuento se ha acabado y seguiremos como diga Diosdado, sumando, restando, sin saber si está dividiendo o dándole rienda suelta a la apatía y más como están las vainas en este país, por lo menos él imponerse por encima de los electores que comprensiblemente hablaron y, entre ellos los Chávez, porque los Chávez abundan.
Anjá, entre ¿Maduro y Diosdado, quién manda más? Chávez que es el pueblo .