El Gobierno nacional anunciaba la continuación del diálogo con la oposición venezolana mediante los auspicios del gobierno del Reino de Noruega. Los encuentros entre los sectores políticos venezolanos tuvieron lugar en Barbados y significan para la República Bolivariana la posibilidad de una distinción política a la crisis inducida . La mediación de Noruega apuntaba a establecer acuerdos entre las partes, frente a los desafíos surgidos a partir de los laboratorios de guerra del Pentágono y de la Casa Blanca contra nuestro país. Sin duda alguna un gran reto frente al enemigo del planeta. Previo a este importante paso, Venezuela hizo enormes esfuerzos por el diálogo en República Dominicana en diciembre de 2017 y enero de 2018. Entonces, la oposición asistió sin el respaldo de partidos de ultraderecha que luego participarán en Noruega. Sin embargo, la mayoría de las fuerzas políticas de la oposición estuvieron en República Dominicana y establecieron un pre-acuerdo que luego no firmaron. Diversos fueron los mediadores para el momento, entre ellos el ex jefe del gobierno español Rodríguez Zapatero, quien dio fe de la coincidencia de la oposición venezolana con el chavismo en la realización de elecciones presidenciales y en la generación de garantías electorales. Como ha sido la tónica imperialista al final de la jornada, la oposición decidió no firmar el acuerdo para decepción incluso de los mediadores que participaron en la cita por invitación de los adversarios. El Gobierno Bolivariano denunció ante el mundo que el diálogo en República Dominicana fue implosionado por la acción específica y órdenes del hoy ex secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, dirigidas a Julio Borges, todo ello con la intención de agudizar y prolongar el desarrollo de una crisis integral en Venezuela.
Acuerdos cumplidos dentro del pacto
El gobierno del presidente Nicolás Maduro, empeñado en dar muestras de buena fe para avanzar en la resolución de los problemas que aquejan a los venezolanos, cumplió con los acuerdos de República Dominicana. En primera instancia y de acuerdo al marco jurídico venezolano, liberó a personas que habían participado en el ciclo de violencia de 2014 y 2017, y generó garantías para las elecciones presidenciales. Esta gestión se dio en mayo de 2018, con una parte de la oposición participando bajo el auspicio del político opositor Henri Falcón, quien había solicitado en concordancia con la parte del Ejecutivo la observación de la Unión Europea y las Naciones Unidas. No logró el cometido, pues ambas instancias no acudieron. El gobierno de los Estados Unidos, en una grosera acción de desconocer la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la autodeterminación del pueblo que eligió libre y democráticamente a Nicolás Maduro como presidente de la nación a través del voto, atizó su embestida acelerando el bloqueo económico, comercial y financiero contra nuestra nación. A esto se sumó un hecho inédito que hoy es replicado en Latinoamérica -caso Bolivia- con el aval a la autojuramentación de un presidente paralelo para agudizar un conflicto creado por ellos para intervenir en Venezuela. Esto último, hoy es para los intereses del gobierno de los Estados Unidos un factor influyente que les ha permitido, a través de un personaje auto juramentado de la extrema derecha venezolana, como lo ha sido Juan Guiadó de Voluntad Popular, crear una guerra de intereses y favorecer el pillaje y el saqueo de nuestras riquezas naturales y financieras en el exterior, como es el caso de la filial petrolera Citgo, para favorecer a nuevas cúpulas de la burguesía, expresadas en partidos políticos de rancia y violenta procedencia. Con este poder ficticio otorgado por el imperio estadounidense a un autojuramentado y de facto presidente, Washington ha manifestado su odio fascista contra el pueblo de Venezuela, no solo con el saqueo de las riquezas sino con el terrorismo financiado con recursos de la nación norteamericana y con planes golpistas, como lo fue la llamada "Operación Libertad" a finales del mes de abril, que fracasó en su intento de alzamiento militar gracias a la lealtad patriota de la honorable Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb). De ello sólo quedó en el imaginario colectivo una solitaria estampa de Juan Guaidó y de Leopoldo López en un puente al este de Caracas, que delineó la crónica de la derrota y declive de la agenda violenta.
Con una permanente amenaza bélica, asfixia económica y los intentos de injerencia hacia la Fanb, el gobierno de Estados Unidos protagonizó un ataque a las instituciones venezolanas. A pesar de sus múltiples esfuerzos, los resultados han sido negativos, tanto para Estados Unidos como para sus gestores locales, que han debido saborear la derrota, pues ha sido el diálogo como iniciativa de paz lo que se ha impuesto en todos los escenarios y hoy contabiliza victorias tempranas. Un supuesto gobierno paralelo que sin éxito ha querido ejercer en Venezuela, a lo que se suma un menguado apoyo popular que hoy exhibe la oposición y que contaba con una narrativa mediática de países para mostrar una falsa vigorosidad, que en la realidad está extinguida y que recibe las más duras críticas de la oposición nacionalista y de los cerebros de la guerra imperial.
El centro del ataque siempre ha sido el diálogo
Estados Unidos apunta a desmantelar y desgastar la estructura hoy fortalecida del Diálogo Nacional, con diversos argumentos ya referidos y bajo la premisa de la renuncia del gobierno legítimamente constituido en Venezuela y que lidera Nicolás Maduro Moros. El Norte en su incesante lucha por entregarle el poder de Venezuela a un sector de la ultraderecha que satisfaga sus caprichos históricos de hegemonía y dominación de la Doctrina Monroe, no cesa en atacar el diálogo, por lo que el gobierno venezolano ha hecho lo propio, denunciando ante el mundo las intenciones de destruir la única vía pacífica con la que cuenta Venezuela para enfrentar al enemigo del planeta. La agenda de guerra imperial choca contra la disposición soberana y digna del diálogo y Venezuela levanta las banderas de la paz y el entendimiento conducidas por el presidente Nicolás Maduro. El debate permanente de las ideas marca el rumbo de la consolidación de nuestra independencia y de la construcción de un modelo, el Socialismo del Siglo XXI, que enfrenta al Tigre de Papel, para dejar en los anales de la historia que es con la palabra, la idea y el sentimiento patrio que se consigue la paz duradera.
El primer mandatario se apuntó importantes victorias con la Diplomacia Bolivariana de Paz dentro y fuera de la nación, con los actores políticos, sociales y económicos del país. Representantes de partidos políticos de oposición protagonizaron una importante etapa del diálogo y se construyeron seis hitos históricos en el mes de octubre pasado, a fin de avanzar en el debate y la negociación en diversos acuerdos de interés para la nación. En una cronología reciente, se evidencian los frutos de este importante esfuerzo del mandatario nacional. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó como "exitosos" los recién iniciados diálogos con la oposición venezolana en México, país mediador en la crisis junto a Noruega. Las dos partes involucradas confirmaron mediante un comunicado que retomarán la ronda de conversaciones entre el 3 y 6 de septiembre.
"Creo que ya son exitosos. Los diálogos de paz entre Venezuela y los sectores extremistas de la derecha han arrancado con buen pie, ya son exitosos, tengo en mis manos el documento original de México y siento que tiene vida propia", aseguró el mandatario venezolano este lunes mientras mostraba el memorando de inicio de las negociaciones.
Superar la aguda crisis política y económica de Venezuela, que ha causado la huida de millones de personas del país suramericano, es el principal objetivo de las negociaciones, de acuerdo con la oposición venezolana, liderada por Juan Guaidó, quien en 2019 se autoproclamó presidente interino de la nación.
El Memorándum de Entendimiento firmado por el Gobierno Bolivariano de Venezuela y la Plataforma Unitaria de la Oposición, un documento exitoso para el país porque coloca los tres puntos exigidos por nosotros, con toda su contundencia. Irá a la AN para su discusión y aprobación. pic.twitter.com/Kas13Mk54M
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) August 16, 2021
Las dos partes centrarán sus discusiones alrededor de una agenda que incluye varios puntos. Entre estos, la definición de garantías electorales, un cronograma para nuevos comicios con observadores internacionales, el respeto al Estado constitucional, la convivencia política y social, la renuncia a la violencia, la reparación a las víctimas de la misma y la protección de la economía y la población.
La coalición opositora también pide que la ayuda humanitaria, incluidas las vacunas contra el Covid-19, ingrese a Venezuela y exige la liberación de decenas de simpatizantes políticos opositores a quienes considera presos políticos, además de que partidos no afines al oficialismo tengan garantías de participar de manera justa en las elecciones regionales de noviembre.
Las sanciones internacionales, punto innegociable para el Gobierno
Pero para que las conversaciones lleguen a un posible acuerdo, Maduro también exige que sean levantadas las sanciones impuestas a funcionarios de su Gobierno y a sus instituciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.
Estas sanciones han sido impuestas en los últimos años en medio de presiones internacionales para que Maduro renuncie al cargo, por considerar que su Gobierno y su mandato no son legítimos, luego de las denuncias de fraude en los comicios de 2018 en los que Maduro resultó reelegido.
De hecho, el chavismo subrayó el levantamiento de todas las medidas económicas de presión internacional, como la columna vertebral del proceso de negociaciones con la oposición. "Sanciones levantadas o nada", dijo la delegación oficialista.
Venezuela busca un diálogo directo con Estados Unidos
Para perseguir su objetivo central, los representantes de Maduro no se enfocarán sólo en conversar con sus adversarios políticos venezolanos. A través del diálogo con la oposición, Caracas busca una plataforma para negociar de forma directa con Washington. Así lo informó Maduro.
El sucesor de Hugo Chávez afirmó que espera que "se puedan abrir vías de contacto, diálogo y negociación con el Gobierno de Estados Unidos".
Las sanciones que han golpeado al Gobierno, así como la comercialización del crudo venezolano son, según Maduro, responsables de la crisis económica de la nación caribeña.
En sus aspiraciones, a las que Washington aún no ha respondido, Maduro planteó incluso el retorno de los encargados de negocios. "Es lo mínimo en un mundo civilizado del siglo XXI, lo mínimo es que se tengan relaciones diplomáticas, así sean tirantes y de tensión", indicó.
El mandatario dejó claro que está abierto al diálogo con EE. UU. siempre y cuando ese Gobierno ceda en lo que calificó como "su arrogancia, su odio y su desprecio".
Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Canadá confian en que el nuevo diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana produzca "acuerdos duraderos", y recordaron que están dispuestos a revisar sus sanciones a Caracas si hay "avances significativos" en las negociaciones.
En un comunicado conjunto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken; el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell; y el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Marc Garneau; dieron la bienvenida a las negociaciones iniciadas este viernes en la capital de México.
"Urgimos a todas las partes a implicarse (en el diálogo) de buena fe para alcanzar acuerdos duraderos que conduzcan a una solución exhaustiva a la crisis venezolana", indicaron los tres diplomáticos.
Confiaron en que el proceso permite "restaurar las instituciones democráticas del país" y conseguir que "todos los venezolanos puedan expresarse políticamente mediante elecciones libres y justas" a nivel "local, parlamentario y presidencial".
Además, reiteraron su "voluntad de revisar" sus respectivas "políticas de sanciones" a Venezuela.