El odio es un medio, una herramienta a todo lo que representa el chavismo, por parte la oposición terrorista venezolana, es el cordón que amarra a las clases dominantes durante la IV República, desplazadas del poder por el Chavismo, nunca han podido darle expresión práctica a tal sentimiento, desarrollando conceptualmente una estrategia política que por rutas constitucionales les permita aspirar a la conquista del Gobierno. El oposicionista ha mantenido una constante debilidad frente al Chavismo. Que se basa en un hecho que no es creíble y de una deficiente organización de sus seguidores, falta de un proyecto País, que sirva de contrapeso a la tesis Chavistas denominada socialismo del siglo XXI. Ha marcado la diferencia que ha permitido que la oposición se mantenga fuera del poder por más de 22 años. Otro elemento que opera en contra de la oposición terrorista venezolana, es la profunda división en su seno, fundamentalmente bien acentuada desde el año 2019.
Esa falta de organicidad, más allá de la obsesión por llegar al Palacio de Miraflores a cualquier costo, además de la desbordada ambición de su dirigencia, entre otras causas, les ha impedido convertirse en verdadera alternativa de poder, a pesar del incondicional respaldo de la derecha internacional, con el apoyo grosero de las corporaciones mediáticas, de la Casa Blanca, la Unión Europea y Canadá. El mejor momento para las oposiciones desde hace 22 años fue cuando consiguieron mayor coherencia interna y poder de convocatoria, fue el que desembocó en los hechos de abril del 2002, cuando inclusive asaltaron el Gobierno de Miraflores por escasas horas. El pueblo que sí estaba verdaderamente unido, en apenas unas horas después, identificado y solidario con el Comandante Chávez recupero el poder.
El mismo año 2002, las oposiciones intentaron recuperarse el poder con el "goteo" de militares en la plaza Altamira, y el paro terrorista de la industria petrolera, nuevamente las oposiciones lograron unirse para las elecciones parlamentarias del 2015, cuando cabalgaron sobre la brutal guerra económica desatada por el imperialismo estadounidense, la burguesía parasitaria, los comerciantes y, por supuesto, los mercenarios de la comunicación, para obtener una mayoría circunstancial en la Asamblea Nacional. Que demostró la incapacidad de las oposiciones para gobernar.
La división en el seno de los oposicionistas, ha aumentado recientemente en relación a lo ocurrido con la entrega irresponsable de Monómeros a Colombia, simplemente es un ejemplo de cómo puede llegar a comportarse un grupo de "políticos" que, sometidos a los mandatos de potencias extranjeras, con un desmedido y enfermizo amor por los dólares, También ha divido a la derecha la lucha por intereses personales, que ha generado un distanciamiento entre la torpe dirección y sus seguidores. La coyuntura electoral de las megaselecciones, los ha dividido más.
División histórica de la oposición terrorista venezolana, hecho que será ratificado en las megaselecciones acordadas para el 21 de noviembre. La candidatura del exparlamentario Luis Florido de Un Nuevo Tiempo a la Gobernación del Estado Lara, tiene divididos a los opositores en la región. En este sentido, el partido Primero Justicia informó que no participará en la campaña electoral de los comicios del 21 de noviembre, hasta tanto el llamado G4 rectifique lo que consideran una "imposición". A través de un comunicado, el partido exigió al G4 integrado por el mismo Primero Justicia, Acción Democrática, UN Nuevo Tiempo y Voluntad Popular tomar "acciones inmediatas" y cumplir con lo acordado. Es decir, que el dirigente Alfonso Marquina sería el aspirante a la Alcaldía de Iribarren (Barquisimeto) y la exrectora del CNE, Sabella Mejías, sería la candidata a la Gobernación larense. La división de la oposición terrorista venezolana se mantiene