Rescatemos al rescatador Chávez, ¡no a las veleidades capitalistas!

Apostar por el capitalismo en un mundo amenazado y retrasado por él, donde una minoría vive como sátrapas persas y la mayoría muere de necesidades es propio de una mente colonizada, lo que intenta hacer el madurismo hoy es reproducir en chiquito la injusticia planetaria. La emergencia de una nueva burguesía, de nuevos ricos maduristas no es democracia, es una vergüenza. Con Chávez quisimos igualar la sociedad y estos escaladores sociales nos robaron la esperanza de hacer los cambios, esquilmando el socialismo de su sentido verdadero.

El socialismo, los socialistas nos debemos diferenciar con claridad del gobierno y de su antiimperialismo retórico, el cual va y viene según como se mueve la política imperial conectada al país. Enfrentar políticamente al imperialismo es enfrentar al capitalismo, es el capitalismo el que impide el desarrollo humano de los pueblos, de las sociedades. Una sociedad con esclavos no es una sociedad desarrollada, por más vueltas que den los millonarios en el espacio, por más que crezca la fortuna de Musk, cada lujo que disfruta un rico se paga en desequilibrio ambiental. Desarrollo tecnológico con propósitos mezquinos no es desarrollo humano. Mientras siga creciendo la franja de miseria en el mundo, y en nuestro país, el muro que divide la sociedad en ricos y pobres será cada vez más alto.

Para hacer de Venezuela un paraíso turístico al estilo capitalista se debe corromper nuestra sociedad y corromper el ambiente, además de contener y esconder la miseria tras un muro. Las veleidades capitalistas del gobierno de Maduro, con la complicidad de la otra derecha, van a dañar nuestra sociedad, además de destruir la naturaleza; criar un pueblo indiferente, resignado, compitiendo unos con otros por escalar socialmente, sin posibilidades reales de alcanzar el éxito que cada quién se imagina en ilusiones fatuas, y otra mayoría trabajando o luchando sólo por sobrevivir a las enfermedades y la desnutrición.

Un pueblo débil puede desaparecer de un día para otro en manos del capitalismo y de los capitalistas. Es fácil exterminar un pueblo y más fácil un país, la historia está llena de casos, algunos insólitos, como lo fue la gloriosa Cartago, ni hablar de los pueblos nativos de América. Que desaparezca Venezuela no sería nada sorprendente, para la felicidad y gusto de muchos codiciosos sin almas y los imperios, sin espíritu, estómagos con patas. Venezuela será tan solo un recuerdo si su gente no despierta de la ilusión personal del éxito, intentando competir o sobrevivir dentro de un inmenso mercado; una sociedad esclavizada y colonizada hasta lo más hondo de su ser, sin alma.

Venezuela es su gente, y será pueblo si cada quien actúa como sociedad y para la sociedad, si su dignidad se desplaza a lo social y lo común, si no se queda en lo personal. Nuestra gloria debe ser de pueblo y de todos aquellos que lo enaltecen, que lo cultivan, lo alimentan, lo hacen crecer física y moralmente. Necesitamos fortalecernos como pueblo (hacernos Patria de nuevo), y para eso independizarnos de las veleidades disolventes del capitalismo, unirnos en el socialismo. Es absurdo que mientras allá afuera el mundo se descompone por el capitalismo ("Para pasar de una economía desarrollada de quema sistemática de hidrocarburos a otra basada en energías alternativas sería necesario un cambio social, económico, político y cultural casi imposible dentro del sistema capitalista" dice LBG, que reproduce lo que dicen ambientalistas como Al Gore, y David Attenborough….) aquí lo más inteligente que hace el gobierno es instalar de nuevo el capitalismo como solución a los problemas que ocasiona el mismo capitalismo, como si del capitalismo pudiera nacer socialismo, o justicia social. Después del capitalismo viene la nada humana, la desaparición de la especie y la destrucción de buena parte de la vida natural, (mientras Bezos y Musk orbitan la tierra o se pierden en el espacio).

Chávez fue esperanza para la humanidad. Su mérito está en haber rescatado del olvido al socialismo como salvación, como la solución a los problemas fundamentales de la humanidad, que son problemas espirituales traducidos en problemas materiales, el hambre, el clima, las guerras y migraciones. Chávez rescató el prestigio del socialismo y de los socialistas y los colocó de nuevo en el interés mundial. Sin Chávez, el madurismo que lo traicionó no existiría ahora. Nuestro deber como socialistas es rescatar al rescatador, a Chávez, volver a retomar su camino, su plan socialista, darles esperanzas al mundo con la solución socialista.

El fracaso de los países llamados socialistas no es fracaso del socialismo, es un triunfo del espíritu capitalista, de las veleidades capitalistas, el cansancio moral de los líderes, el triunfo de una debilidad; del egoísmo sobre el amor y la solidaridad humanos, del pragmatismo sobre el trabajo revolucionario. El desastre madurista no es un fracaso del socialismo es el fracaso del capitalismo impuesto por maduro sobre los logros de Chávez, un triunfo del virus de la flojera, un agotamiento moral de sus líderes; en el capitalismo la carga del trabajo la llevan los pendejos. El socialismo yace vivo en el plan de la patria escrito por Chávez. Volver a Chávez es la solución para nuestro pueblo y esperanza para el mundo, como lo fue una vez, hace diez años.

VOLVAMOS A CHÁVEZ



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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