La sagrada que siembra el silencio

Cuando uno entra en la Historia de nuestra Patria y recorremos la etapa del Gobierno de Juan Vicente Gómez (1908-1935) nos encontramos con la policía gomecista, que sembró el terror en los rincones más apartados de la geografía venezolana.

El venezolano con su típico humor negro llamaría a esta policía a caballo con ironía "Sagrada" porque sembraban el silencio por el miedo que producía.

El hombre de La Mulera; Juan Vicente Gómez, para el año de 1905, de flamante Vicepresidente y encaminado a convertirse en amo absoluto del poder; es informado por su ordenanza y hombre de confianza Eloy Tarazona la poca aceptación de los caraqueños a los andinos y las burlas que se producían contra ellos hasta de los mismos elementos de la policía.

Tarazona es encomendado por Gómez para conformar un cuerpo de seguridad de confianza conformado exclusivamente por gente del estado Táchira, del Cedral, Tirio, el Paramito.

Manda al Presidente del Estado que colabore con Tarazona en esta nueva orden. El hombre de confianza del futuro "hombre fuerte" realiza un viaje de Curazao, Maracaibo, abordando un barco en Encontrado sobre el río Catatumbo que lo conduzca al Táchira.

Allí se encontrará con un emisario del Presidente del Estado que lo llevara a San Antonio y sobre Capacho y El Zumbador Tarazona buscará los mejores candidatos para esta policía.

Al mes el Eloy; como lo llamaba el de La Mulera; ha escogido 100 hombres y desde el ferrocarril, a Encontrados, Maracaibo a Caracas.

Pasarían unos meses para que una noche, entre las ocho y diez de la noche, una patrulla montada de policías recorre las parroquias de San Juan y San José.

En caballos de gran alzada, con fusiles máuseres, revólveres calibre 38 y largos machetes sorprenden los trasnochadores, en patrullas de cinco hombres van avanzando.

Sufren la represión más feroz los parranderos pasados de tragos que se encuentran en la calle. En los años siguientes serán el cuerpo re0resivo del régimen, pasando de 100 efectivos a más de 300 hombres.

El ruido de los cascos de la nueva policía gomecista hará temblar a los caraqueños y entre 1906 a 1908 prácticamente Tarazona será el Ministro policial del régimen.

Los caraqueños continuaran con las burlas y un día en un homenaje a Bolívar al burlarse del Presidente y su gabinete, sufrirán con esta policía una cruenta represión, con cepo incluido y un claro ejemplo es la detención de un grupo de alborotadores en la esquina de Capuchinos, con resultado de un muerto y seis meses presos.

Este hecho produce en los caraqueños terror cada vez que oyen los cascos de la "Sagrada" la policía gomecista que siembra el silencio.



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José Rosario Araujo


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