Guaidó tan sensible como un "pandelaño" margariteño

Por lo general ese árbol se conoce como árbol del pan o frutipan y en muchas regiones como pan de año que, su producto crece como una esfera sin mucho diámetro que aparenta unas ganas ocultas para que lo coman como fruto tropical y, para salir de él le dicen a la ligera  en Margarita "pandelaño" como adulancia palabrera margariteña, muy común en el municipio Arismendi, donde el árbol crece y se desarrolla a su antojo y a partir de los seis años comienza a parir y sigue mirando hacía arriba, porque sus enemigos no dejan de estar pendiente de él hasta que finalmente llega al mercado quizás con el fin de matarle el hambre a sus distinguidos comensales, sancochado, horneado, asado o endulzado, lo que no hizo ni hará Guaidó el autonombrado presidente interino de la República que pensó que era su porvenir hasta que los gobernantes de los Estados Unidos lo quisieran y, vean ustedes que casi lo logra con un cinismo de carisma que algo más de 60 naciones lo aceptaron como presidente constitucional a como fuera y él se lo creyó y, Maduro pasó a ser un "dictador" y su gobierno "inconstitucional" hasta la fecha y, sin ver para arriba como lo hace el "pandelaño", Guaidó no creció, más bien se pasmó o lo pasmaron otras razones que lo sembraron mal.

Lo cierto es que, Guaidó existe y él y quienes lo apoyan no dejan de pensar mientras, que Maduro no es el presidente de Venezuela, y en ese caso, entonces cabe siguiéndole los pasos de su florecimiento sin ningún producto que llevar al mercado que él tampoco es presidente, aunque lo cree, no lo demuestra, haya robado o no, compañías, oro, dólares y negocios y haya nombrado sus delegados de su AN, además canciller, diplomáticos, gerentes, etc, etc, ..., pero de que subsiste, subsiste, y con toda la arrogancia de un presidente de la oposición que ganó en primera vuelta de su pasión con una ternura nada pasajera, sino más bien teatral, también se dirigió a darle su mensaje de Navidades al pueblo venezolano o, quizás a reconfortarnos de su brioso egoísmo de ser un segundón sin sosiego ninguno, ataviado de una dignidad nada precisa, se expresó, no como se expresa el pandelaño margariteño cuando sale al descubierto, pero él es él y él sigue apoyado, pero no por el pueblo venezolano y si se le recuerda es como el provocador que es, que no deja ningún beneficio a no ser de su existencia de ánimos filarmónicos en escena de creer que los venezolanos somos unos lánguidos pendejos y además, pobres de memoria por lo que acertadamente se fascinó en pensar que dudamos y si dudamos pensamos y como tal él con Descartes no descarta que existimos y que, tenemos un solo presidente y quién es ese presidente, pues es él, por lo que más inteligente que Guaidó ninguno.

Y qué nos dice él para fortalecer nuestros ánimos perdidos por estar como estamos quizás, ensartados de tantos problemas y crisis juntos que él nada tiene que ver con eso, seguro dijo, paso y allá voy y, lo  verosímil que se lo creyó cuando envió su mensaje de Navidad con su elegancia emotiva que hasta alguna lágrima de tristeza arrastraría dentro y fuera de la pandilla de su entorno con:

A través de su cuenta en Twitter, Guaidó dijo que, pese a los tiempos difíciles, esta época es un momento de unión y esperanza. -Muy bien dicho, no hay aplausos, eso se sabe.
“La Navidad es un momento para la unión de los seres queridos y para ser una revisión de cómo se han hecho las cosas durante el año”. -Verdad que sí y, que no, y las hallacas y el pan de jamón y los villancicos, y el ron, y la esperanza siempre adelante.

Aseguró que este año ha estado lleno de retos y dificultades para todos los venezolanos. Insistió en que el gobierno de Nicolás Maduro sigue engañando a los ciudadanos, pero que las familias venezolanas saben lo que sucede. -Y dale con Maduro. Y él que hizo y qué no hizo. No dijo nada -¡mentiroso!

“Hoy tenemos un país más desigual, con privilegios para una pequeña élite, cada vez más pequeña y envilecida. Hacer hallacas, preparar la cena, comprar estrenos, suela algo cuesta arriba, conlleva muchos sacrificios o es casi nostálgica la idea”, aseguró. -Si hubiera salido a caminar calles y avenidas, hubiera dicho lo contrario y le hubiera quedado más dulce decir, por mi culpa, por mi única culpa..., contribuí a estar así.

Sin embargo, resaltó que los ciudadanos saben seguir adelante con optimismo, trabajo y dedicación. -Seguro que piensa que está viviendo en otro país, ¡boludo!

Además, recordó que hay más de seis millones de ellos que se encuentran fuera del país, por lo que pasaron las navidades con sus familias a distancia. -Será que él incitó a que se fueran, muchos han regresado.

“De primera mano puedo decir que ese ha sido el rol que hemos asumido desde el Gobierno Interino, el de sobrevivir. De salir adelante hasta lograr lo que Venezuela realmente quiere y necesita, un cambio democrático y constitucional. Un cambio hacia la democracia porque solo en democracia podemos vivir bien, con progreso, para el reencuentro de nuestra gente”, acotó.-¿Quiénes? Te aseguro que los pobres no. Claro que queremos un cambio, pero sin la injerencia de nadie que así es que caminan las democracias con libertad, sin chantajes ni medidas económicas que nos impongan otros, ni guerras, ni bloqueos de ninguna clase y que tú Guaidó apoyaste y apoyas.

Por tal razón, aseveró que continuarán con la lucha y el liderazgo, fundamentados en la Constitución. “De mi parte, seguirán contando conmigo en cuerpo y alma hasta lograr que en esa Venezuela brille de nuevo la alegría, el reencuentro, la abundancia, en cada uno de nuestros hogares y así poder decir todos juntos, muy pronto y con fuerza ¡Feliz Navidad Venezuela!”, concluyó. -Mierda, que cinismo tan torpe. Consignas y más consignas, seguro que, Julio Borges y Leopoldo López la están pasando mal como luchadores sin abundancia de nada -vaya contertulio.

Vamos a concluir afirmando que Guaidó es un verdadero sinvergüenza, un vende patria como el líder de la oposición que pretende ser, y como incitador de las causas injustas, aunque se vista de cordero, es un agente del imperio y como tal agoniza con los disparates que ha promovido y que trata de ver hacia arriba, pero jamás como nuestro "pandelaño" que no injuria y nos da con su sabor compacto, el placer de ser margariteños en Navidad como durante el resto de nuestros días de sol y salitre con playas ardiendo de atracción plausibles a nuestra salud y conveniencia.
 



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Esteban Rojas


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