Creo en el poder de los partidos políticos y, en las unidades administrativas del Estado. Ese poder depende de su primera línea y la calidad organizativa de sus burocracias. Donde un programa de asistencia social se puede quebrantar por las discrepancias, por lo tanto, soy fiel en un presidente de la república, lo demás es un cuerpo corporativo con personas afectadas que en un momento dado resultan inoperativos por la cogestión de cargos.
Algunos olvidan que hay un presidente en Venezuela y resulta difícil revocarlo, pero la charlatanería es muy fácil de ser reflejada y quienes la promueven no saben patear calle.
A mi no me van a intimidar por decir la verdad y hablo de democracia. El asunto no esta en presidencia de la república ni en Miraflores. La incapacidad es manifiesta en gobernadores y alcaldes, donde le sumamos un parlamento incapaz de ejercer sus funciones públicas.
Ni los antiguos políticos son competentes. Ahora la guerra en cualquiera de sus términos se esconde en el significado de la realidad. Hay miedo, América Latina está siendo gobernada por aficionados y de un paso a tu cara hablan de reformas, como la de Saren que es una locura, cobrando en Petros que es un bitcoin, un negocio para millonarios. Se olvidan del salario mínimo de los venezolanos.
Dios exige trabajo, el cual debe ser racional. No laborar por laborar. Aquí, el ciudadano dice ser socialista, pero eso no existe en Venezuela. A nadie le gusta cumplir con su profesión en Venezuela.
La historia probara nuestra embriaguez personal. Es la fuerza de una personalidad política, tenemos que dejar las ansias de poder y ser servidores.
El mundo es esencial y, cada ciudadano supone su libertad en él. Entonces, tengamos coherencia al hablar del presidente de la república. Somos ideas y pensamiento, vayamos a descubrir nuestra realidad.
Cuando aquí se empezó hablar de comunismo, se formo un gran movimiento de opinión, eso fue en 1834, ¿Cuántos años han pasado? No nos quejemos. Así que nadie es libre y, los primeros en apoyar el comunismo fueron los oligarcas y burgueses de Venezuela, por lo tanto, deben callarse la boca. Esa oposición lisonjera es parte del gobierno y son los que oprimen al pueblo.
Aquí, quien manda es Diosdado Cabello Rondón, quien tiene el control político, empresarial y de los militares afectos a Cuba e Irán que sueñan alguna vez visitar el Palacio Legislativo de La Moncloa en España. Estamos sujeto a un mundo bien conocido y, tenemos que saber manejar los códigos de la historia. Desde Felipe Larrazábal hasta el actual presidente Nicolás Maduro Moros.
La historia es un contenido. Maneja la frivolidad del chismorreo como la caracterización de la política comercial.
Esta América Latina, es un proyecto político e ideológico que consolida procesos de cambios y de integración regional. Así que el socialismo es parte de su historia y, decir lo contrario es ignorar sus contenidos políticos.
Aquí, no ha terminado, apenas comienza, es Venezuela y, los significados son comunes a su gente. Aquí, la ignorancia ideológica abraza al venezolano. Hay dominaciones ocultas, son los valores del mercado.
Es un palco de competencia entre lo político y comercial. El dólar y el bolívar. Así que, la única región donde el desarrollo del capitalismo se encuentra en apogeo es Venezuela. Ni en los Estados Unidos de Norteamérica.