-Especial alusión a lo dicho a la Prof Lopez Maya-

“…Y el que tenga oidos que oiga” Frase a recordar al Presidente

Cualquier revolucionario, que por naturaleza debe se crítico, pudo haber respondido así: “El que tenga ojos que vea… y el que tenga oídos que oiga” cuando el Presidente Chávez ripostó “…esa señora tiene que ponerse lentes”.

Y es qué, sin conocer de trato a la profesora Margarita Lopez Maya, se nota, a través de sus presentaciones (invitada por el mismo alto gobierno) y de sus artículos publicados, una personalidad que inspira respeto, una preparación profesional de alta calidad, con conocimientos y especializaciones que se adentran en los temas que escribe, que hace uso de la objetividad y sin desplantes en sus respuestas –inclusive ante alusiones fuertes hacia ella-, transmite ideas de avanzada en lo social con sus proyecciones cuidadosamente calculadas hacia lo político y a diferencia de otros autodenominados revolucionarios no es usuaria de la lisonja y mucho menos tiene imagen de buscadora de altos cargos.

Con esos rasgos , esta eminente historiadora y socióloga expone ideas que apuntan más hacia el mejor camino que pueda tomar el proceso de cambios que este país requiere y dirige sus ojos hacia donde pudiesen ocurrir errores.

¡ Que bueno que un Presidente y un equipo de gobierno –y en este caso revolucionario- contasen con críticos así!.

Habría que escuchar bien y hacer un alto para analizar y profundizar en lo que se le dice y, si se encuentran fundamentos, hacer una pausa , reflexionar y revisar lo que hubiese que hacer..

Ya hace tiempo que no se escucha ni parece practicarse lo de “El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga”. Ese fue uno de los errores de gobiernos de la IV República y, su puesta en práctica empujó el liderazgo que hoy ostenta el Presidente Hugo Chávez, permításeme que se le recuerde. Pero, más importante que eso, es que una revolución tome un camino que no es por no abrir bien los ojos o agudizar los oídos, para oír o ver más allá de los que al lado quieren hacer ver.

Walter Martínez lanzó una advertencia y no sólo no fue bien escuchado, sino que no se le ha podido seguir viendo en su prestigioso noticiero internacional que le daba relevancia al proceso, aún cuando luego aparecieron “corruptos de gorra roja” como él advertía.

Más antes, el exrector Luís Fuenmayor , uno de los investigadores científicos más ducho en la cuestión universitaria, consustanciado con este proceso, tuvo que salir del cargo donde daba brillantez al CNU-OPSU, todo por adelantar una investigación sobre corrupción en una institución universitaria ubicada en los llanos y más nunca se supo que pasó con las presuntas evidencias archivadas en ese alto organismo dependiente del MES. Y Fuenmayor sigue , intentando ser oído, manifestando sus ideas sobre los cambios que necesita la Educación Superior y el país en su contexto.

Y, todavía más atrás deja de ser Ministro otro destacado universitario, el Ing. Carlos Genatios y, aún lo sentimos, de buena fe, en la prensa dando explicaciones sobre lo que debió terminar de hacerse respecto al desastre climático ocurrido en el litoral varguense.

No debería uno esperar que opiniones de este tipo sean excluidas de la mesa de discusión y mucho menos que sus expositores fuesen execrados por quienes conducen este proceso.

Este autor osó escribir, a fines de la época anterior y a inicios de ésta, en apoyo a los planteamientos iniciales de cambios bolivarianos, ahora, del mismo modo, se atreve a rescatar de la memoria aquellas célebres frases que tanto fueron de ayuda para impulsarlos, con la alta preocupación de que no lleguen a ser desviados.

Las revoluciones o los procesos de cambio, ya con suficiente poder, sobremanera cuando se le ha considerado pacífica, deben cuidarse de los revolucionarios que acceden a él con ideas extremas, ya que la forma de ser del común de la gente no cambia de la noche a la mañana y porque los polos extremos, en la política como en la Física, tienden más bien a aproximarse. Con un timón así, los procesos tienden a desbocarse y llegan a derrumbarse. Pero, peor todavía son las ansias de poder de los que no son auténticos revolucionarios y con la cultura petrolero-dependiente que hemos padecido y padecemos, deben haber bastante.

Con más razón, entonces, ”…….El que tenga oídos que oiga”.


* Dr. Jesús Rodríguez Silva
Médico. Profesor Universitario.



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Jesús Rodríguez Silva*

Médico y Profesor Universitario.


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