Cáscara Amarga 562

El poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo

El poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo, asina lo cantaba en Las flores del mal, el poeta Charles Baudelaire, del, de él, que inspirábase dejando caer el canto al pájaro gigante: El poeta es como ese príncipe del nublado/ que puede huir las flechas y el rayo frecuentar; / en el suelo, entre ataques y mofa desterrado, / sus alas de gigante le impiden caminar. Agora ahora hogaño, asina, el poema El albatros. Albatros, interesantes aves maravillosas longevas de gran envergadura con su güevo de medio kilo y de responsabilidad compartida, anidan en islas aisladas. Albatros, viajero alado, sobre todo en el océano Pacífico y en el océano Índico. Aves marinas de grandes dimensiones, pico pipa, grandes pájaros de los mares, reyes entre el suelo y el cielo entre que se sostienen con envergadura de grandes alas blancas planeadoras, y, y sin aletear vuelan cientos de milla, un cuerpo perfecto como de la golondrina en sostenido largo tiempo, en equilibrio dinámico dialéctico difuso parecido al sube y baja del parque párvulo infantil en ascenso y descenso, como si fuera el descendemos y no descendemos de Heráclito en el quiasmo río efesoíta. Y, su punto crucial decisivo sensorio está en el olfato. Y, endenantes manca ala, tanto como el manco de Lepanto, y, endespués renco, tanto como el inválido renco de San Carlos. Dicen por ahí por ahí, que el manco de Lepanto y el renco de San Carlos, fueran expulsados de la política de Aristóteles, quien prohibía la cría de hijos y el resguardo de seres con graves defectos físicos, que no era la mancura y la rencura enfermedades graves, sino adquiridas accidentalmente, sin cura, como sí, la de Stephen Hawking, que no tuvo cura, físico teórico astrofísico cosmólogo moderno expulsado de la política de Aristóteles, y que ni siquiera en el velatorio, porque a su velatorio no fuera cura, ya que el pensador era ateo, y, a más y a más, porque y para que él, Stephen Hawking, que no supiera nunca del universo contractivo maleoiano de luz tragada, y, hablaba de agujeros negros como si los agujeros negros y cuásares, fueran del universo expansivo einsteiniano de luz curvada. Y, como tiénese dicho, que el poeta profundo príncipe del nublado, ha de estar entre el suelo y el cielo, asina cantábalo en Las flores del mal, el poeta Charles Baudelaire. Y, ha de tenerse en cuenta a la filosofía de las 4E de Maleo, la filosofía del entendimiento y la estética ética espiritual, en que el entendimiento y la estética, la estética y la espiritualidad, el entendimiento y la espiritualidad, son casos correlativos límite contradictorio caliginoso, que han de tener al través y en de por medio por el camino comino budaiano de en medio al medio maleoiano profundo, al medio albatros abismal, de donde han de surgir, como si fuera la sombría penumbra whitmaniana, de donde han emanado emanan emanarán nuevos conocimientos aeronáuticos poéticos espirituales valorativos, poniendo al Verbo entre y en de por medio al y en equilibrio dinámico dialéctico difuso en que el Ser Supremo no es extremista sino sanpabloiano y eisenbergiano entre la certidumbre y la incertidumbre, entre la determinación y la indeterminación, entre lo visible y lo invisible, y, extremista fuera Aristóteles que creía solo y sólo en el tercio excluso, y, jamás de los jamases en el tercio incluso, que fuera arrumbado y arrinconado por mas y por más de 3 mil años, hasta el derrumbe de las Torres Gemelas Neoyorquinas, el 11/09/2001, con el nefando parlamento arbolario de George W Bush, sobre las ruinas del World Trade Center, del, de él, de don Bush: O estás conmigo o estás con mi enemigo. Y, lo demás es carpintería en aserruchado aserradero aserrín carpintero de casi todas las Cáscara Amargas de este cura ignaro raro cleuasmo asno, que margulle en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano. En tanto que entre el suelo y el cielo ha de estar el albatros que es como si fuera la representación a imagen y semejanza de Dios entre la tierra y el cielo. El albatros, símbolo de la poesía, el príncipe del nublado. Y, a mas y a más, empero y pero, aun y aún, solo y sólo, quizás y sin quizás, y, como tiénese dicho, el albatros, poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo.

Con digresión y sin digresión, el poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo, asina lo cantaba en Las flores del mal, el poeta Charles Baudelaire, y asina hase quedado, la palabra del poeta abisal es la voz del Verbo entre el suelo y el cielo, entre los valores teóricos y los valores prácticos, entre los valores cuantitativos y los valores cualitativos, entre los valores teológicos y los valores cardinales, entre los valores jerarquizados y los valores polarizados de la filosofía de las 4E de Maleo 2001. Y, en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, el medio albatros abismal. El albatros es la estética ética espiritualidad y el entendimiento. La ciencia teórica aeronáutica y la poesía moral religiosa práctica, ha de tener al albatros como guía y como fin, como medio y como propósito, y, hemos de volver a los casos correlativos límite contradictorias caliginosos de Maleo 2001, de equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético, porque, mas y más, científicos, poetas, políticos y religiosos se han de cazar, mas y más, con miel que con vinagre, en el medio maleoiano profundo, en el medio albatros abismal, el poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo.

Con divagancia y sin divagancia, el poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo, el medio albatros abismal, el medio maleoiano profundo en las mesas misas musas nalgas consentidas comprometidas consuetudinarias, ahí, ha de estar el Verbo, ahí ha de estar el albatros príncipe del nublado entre el suelo y el cielo, entre el entendimiento y la estética ética espiritual, en la filosofía de las 4E de Maleo 2001, filosofía que margulle en la catedral catacresis y en el templo oxímoron cleuasmo quiasmo río de Heráclito, en que un rio no es dos veces el mismo río y el mismo río las dos veces. Y, como tiénese dicho que el poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo, el medio albatros abismal, eso es el albatros, y, la crisis mundial han de ir a él, ha de ir de muslos a las mesas musas nalgas posaderas consentidas comprometidas consuetudinarias de rusos y ucranianos, la poesía de don Francisco de Quevedo, marcada por el medio albatros abismal, ojo del ano de las asentaderas de don Pancho. Y, que no de otra suerte que como cuando, como tiénese dicho, el medio albatros abismal, el medio maleoiano profundo en las mesas misas musas nalgas consentidas comprometidas consuetudinarias, ahí, ha de estar el Verbo, entre nalgas el ojo profundo del mundo de don Francisco, el poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo.

Si el poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo en que ha de estar el Verbo. Entonces sea dicho que el poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo es el medio maleoiano profundo de la filosofía de las 4E de Maleo 2001. Ergo vergo sea dicho que el entendimiento y la estética ética espiritual ha de tener al albatros, el medio maleoiano profundo en las mesas misas musas nalgas consentidas comprometidas consuetudinarias, que ahí, ha de estar el Verbo, que ahí entre nalgas en el ojo profundo del mundo de don Francisco, ha de tenerlo don Pancho, al albatros, como al poeta profundo príncipe del nublado entre el suelo y el cielo.



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Miguel Homero Balza Lima


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