Cáscara Amarga 568

Las primeras horas hieren y la última mata

Las primeras horas hieren y la última mata, tal era el decir de Rosa María, algo asina, esto es y es decir, el comienzo y el fin, el principio y el fin, la vida y la muerte, el alfa y el omega, la inmortalidad y la mortalidad, la existencia primaria y la muerte última, la vida y la nada, el olvido y la memoria, el vacío y el agujero. Y, al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, el golpe cesarvallejoiano profundo, en que hay golpes en la vida tan fuertes, como el el cri cri de las margaritas garcialorcaianas abismales, que hundíase como forma significativa conmovedora, que penetraba iglesias monasterios cementerios y abría toneles armados sepulcrales esqueléticos huesos flautistas. Y, era el poeta Pavese Cesare que cantábale a Federico, y decíale, del, de él, de Cesare Pavese: ¡Poeta que no le cantara a la muerte no era poeta! Y, el cri cri de las margaritas de Federico entre Atenas y Esparta espuerta puerta puerca parca. Y, el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre las cinco en punto de la tarde y la muerte que puso huevos en la herida. Y, el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre las cinco en punto de la tarde y la blanca sábana impulsiva sonora sepulcral. Y, el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre las cinco en punto de la tarde y el ataúd con ruedas. Y, entre las cinco en punto de la tarde y el sudor de nieve en trompa de lirio. Y, entre las cinco en punto de la tarde y las heridas últimas mortales que quemaban como soles. Y, el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre las cinco en punto de la tarde en todos los relojes y el canto de Rosa María en que las primeras horas hieren y la última mata.

Con digresión y sin digresión, las primeras horas hieren y la última mata, en el canto de Rosa María. Y, al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, asina asín ansí así, el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca, y, la reflexiva rubendarioiana profunda, entre la vida y la muerte, entre la sabana y el cielo, entre el fuego y el fontanero, entre el suelo y la cama, entre la cama y la sábana, y, Rubén Darío se escondía debajo de la sábana entre la cama y el cielo, entre la vida y la muerte. La reflexiva rubendarioiana profunda y el cri cri de las margaritas garcialorcaianas abismales, medios maleoianos profundos Maleo 2001. Y, Rosa María, emprendedora mata cochinos sabatinos, nos decía, en su jodedera, ella: ¡Tu papá mató cochino! ¡Le tuvo miedo al rabo! ¡Se metió abajo la cama! Y, Rosa María, con las palmas de las manos, que las sacudía fronteras a los ojos de niño de parque párvulo infantil, y, si parpadeaban, era señal de que le tuvo miedo al rabo, y, endespués, todo aquello era algazara alboroto jolgorio risotadas. Y, hoy, veo a Rubén Darío, en el canto de Rosa María, El canto errante, Rubén Darío, metiéndose debajo de la sábana entre la sábana y la cama, entre la cama y el cielo, entre el suelo y la sábana, entre la sabana y el cielo. La reflexiva rubendarioiana profunda entre la vida y la muerte. Y, el poeta Pavese Cesare que cantábale a Federico, y decíale, del, de él, de Cesare Pavese: ¡Poeta que no le cantara a la muerte no era poeta!, y, el cri cri de las margaritas de Federico entre Atenas y Esparta. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre la espuerta puerta puerca parca y las cinco en punto de la tarde. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre Hemingway y Rubén Darío, entre el cantor de la muerte y el espectro de la muerte. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca del hoy es siempre todavía y el doctor Einstein no lo sabía, de la perogrullada primera vez de Perogrullo, de la sombría penumbra whitmaniana, de la que han de surgir el mañana síntesis mendiga cíclica resolutiva mejor pretendida vida y el preterido testimonial de tumbas y templos confesionales indiciarios presumidos. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre el clamor y el silencio, entre la resonancia y el olvido. Entre nalgas el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca compinche y cómplice del ojo de don Francisco. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre dos universos como los de doña Maleo y don Pancho. Entre una fresca rosa del alba y una concupiscente noche de Santiago. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre el dulce crepúsculo y las cinco en punto de la tarde. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca es medio maleoiano profundo, es la perogrullada primera vez de Perogrullo, es la reflexiva rubendarioiana profunda. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca es la eterna noria notoria, la sombría penumbra whitmaniana entre el que me matas y el que no me matas, entre símbolo y objeto, entre el universo y las palabras, entre lo eterno y lo efímero, entre el cielo y el suelo, entre el cielo abajo y la tierra encima, entre mil noches mortales y mil noches vitales, entre lo fúnebre y lo favorable del poeta Fáver Páez. Y, como tiénese dicho, el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca tal era el decir de Rosa María, que las primeras horas hieren y la última mata.

Con divagancia y sin divagancia, las primeras horas hieren y la última mata, tal era el decir de Rosa María. Y, entre las primeras horas que hieren y la última que mata, ha de estar el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca, entre el clamor y el silencio, entre la resonancia y el olvido. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca, que es el ojo de don Francisco entre nalgas de las mesas las misas y las musas rusas ucranianas. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca, que es el dulce crepúsculo a las cinco en punto de la tarde entre la fresca aurora del gallo primo cantarino y la concupiscente noche de Santiago garcialorcaiana. El alado aleteo alevilla profundo, proverbial dicho chino al otro lado del mundo, de la curiosidad del matemático meteorólogo Edward Lorenz, y, fruto terminal del efecto mariposa abismal, es tanto como el medio maleoiano profundo Maleo 2001, tanto como la perogrullada primera vez prima de Perogrullo, tanto como la reflexiva rubendarioiana profunda, tanto como el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre el universo expansivo einsteiniano de luz curvada, y al otro lado del mundo, el universo contractivo maleoiano de luz tragada. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca entre la materia y la energía, entre el campo electromagnético y el campo gravitacional, entre la teoría especial de la relatividad einsteiniana y la teoría general de la relatividad einsteiniana. El cri cri de las margaritas de Federico García Lorca, que faltárale al doctor Einstein y no al curita jesuita Teilhar de Chardin, en la teoría central universal unificada reflexiva en el trecho estrecho arrecho del dicho y del hecho. Y, como tiénese dicho, que el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca, es de la teoría de la complementariedad de Niels Bohr de Werner Heisenberg y del apóstol San Pablo, entre la onda y la partícula, entre lo visible y lo invisible, entre la certidumbre y la incertidumbre, entre la determinación y la indeterminación, entre la esperanza y la quimera, y, entre todos los valores antagónicos axiológicos de la moral y de la ética, y, de todos los aspectos armónicos límbico antagónicos ambiguos de la forma ser y no ser, y, al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca tanto como si fuera tal el decir de Rosa María entre las primeras horas que hieren y la última que mata.

Si las primeras horas hieren y la última mata es tal el decir de Rosa María. Entonces sea dicho que entre las primeras horas que hieren y la última que mata ha de estar el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca. Ergo vergo sea dicho que las primeras horas hieren y la última mata es el decir de Rosa María, que ha de existir y existe la similaricadencia tautológica repetitiva paradigmática platónico de las primeras horas que hieren y la última que mata con todos los casos correlativos límite contradictorios Maleo 2001, y, al través y en de por medio por la calle de en medio el medio maleoiano profundo, que es el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca, que margulle inmarcesible margarita en la catedral catacresis y en el templo oxímoron cleuasmo quiasmo río de Heráclito entre las plurales palabras pareadas paradójicas del ser y no ser. Ergo vergo sea dicho que las plurales palabras pareadas paradójicas de la forma ser y no ser de la enciclopedia védica upanishad sánscrita de la modernidad ilustrada originaria del quiasmo río heraclitoiano, que el cri cri de las margaritas de Federico García Lorca, margulle con Rosa María, la emprendedora sabatina mata cochino de la calle Alegría, que lo proverbial de la vida y la muerte, ha de ser tanto como el comienzo y el fin, el alfa y el omega, la inmortalidad y la mortalidad, la existencia primaria y la mortalidad última, la vida y la muerte, el olvido y la memoria, el vacío y el agujero, asina asín ansí así las primeras horas que hieren y la última que mata.


 



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Miguel Homero Balza Lima


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