Cáscara Amarga 628

Materia y energía una sarta de absurdos

La materia y la energía es una sarta de absurdos. La certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la duda, lo visible y lo invisible, una sarta de absurdos, en equilibrio dinámico dialéctico difuso en la fe hebrea sanpabloiana profunda, puesto que para Alan Richardson, en La Biblia en la edad de la ciencia, la fe es la aceptación de la paradoja en todo sus absurdos, prácticamente un parafraseo similaricadente y en contrapunto tautológico con San Pablo y su fe hebrea, asina asín ansí así, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. La ciencia y la fe, el entendimiento y la espiritualidad, de la filosofía de las 4E de Maleo 2001, del entendimiento y la estética ética espiritual. La materia y la energía es una sarta de absurdos, tanto como la certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la duda, lo visible y lo invisible, la posición y la velocidad, la partícula y la onda, tanto como lo provisional y lo esencial, y, esta absurdidad fue lo que faltóle a Albert Einstein para completar su teoría del campo unificado. La materia y la energía es una sarta de absurdos, que han de tener equilibrio dinámico dialéctico difuso, tanto como lo planteara Heráclito, cuando dijera que la naturaleza se entiende con lo absurdo, con los contrarios, entre el ser y no ser, entre la nada y el algo, entre el ascendemos y el no descendemos, y, de ahí, surge la tensiva armonía simultánea contradictoria del ser y no ser, de ahí surge la tercera ley de la dialéctica de Hegel y Marx, la ley de la unidad de los contrarios y la lucha opositiva entre el ser y no ser, la guerra y la paz, el amor y el odio, la vida y la muerte, asina asín ansí así la materia y la energía es una sarta de absurdos.

Con digresión y sin digresión, la materia y la energía es una sarta de absurdos, que han de tener equilibrio dinámico dialéctico difuso, tanto como lo planteara Buda, cuando dijera que vivimos en un mundo plagado de contradicciones, y, se plantaba y se planteaba ante ellas, y, no expresaba sino seguir el sino destino comino camino medio ecléctico sincrético. Y, Albert Einstein, no se plantara como Heráclito y Buda, y margullera en la catedral catacresis y templo oxímoron cleuasmo quiasmo río heraclitoiano de Heráclito, que un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces. Esto faltóle Albert Einstein para la unificación de su teoría. Pese a que atocárale las nalgas a Heráclito, cuando Albert Einstein, dijera que en la medida en que las leyes de las matemática se refieran a la realidad no son ciertas y en la medida en que son ciertas no se refieren a la realidad, en que naciera el quiasmo río einsteiniano. Y, con todo esto el padre de la relatividad especial y la relatividad general, no unificó su tesis, la una refiérese a la materia y a la energía, y, la otra a los campos electromagnéticos y a los campos gravitatorios. Los campos electromagnéticos y los campos gravitatorios, tanto una sarta de absurdos como la materia y la energía.

Con divagancia y sin divagancia, la materia y la energía una sarta de absurdos, y, la naturaleza se entiende con los contrarios, con los absurdos, con los paradójicos, con los parabólicos, entre el ser y no ser, y, de ahí, surge la tensiva armonía simultánea contradictoria del ser y no ser de Heráclito. La materia y la energía es una sarta de absurdos, que han de tener equilibrio dinámico dialéctico difuso, tanto como lo planteara Buda, cuando dijera que vivimos en un mundo plagado de contradicciones, y, Buda, se plantaba ante ellas, y, Buda, no decía y no expresaba otra cosa que, sino seguir el sino destino comino camino medio ecléctico sincrético. Ahora agora hogaño, y no fuera sino Laozi, quien a la materia y la energía como una sarta de absurdos, representara en grafía grata gráfica gratificante en el lienzo pictórico blanquinegro del yin yang de la materia y la energía como una sarta de absurdos, a mas y a más, la grafía grata gráfica gratificante del cóncavo convexo contradictorio caliginoso concupiscente 69 cojedeño de Maleo 2001. Asina asín ansí así la tensiva armonía simultánea contradictoria del ser y no ser de Heráclito. Asina asín ansí así el equilibrio dinámico dialéctico difuso sino destino comino camino medio ecléctico sincrético de Buda en el punto crucial decisivo inflexivo topológico borroso de la línea curva de la lemniscata de Bernoulli y de la línea curva de la parábola cúbica de Picasso, que ha de corresponder a la materia y la energía como una sarta de absurdos.

Con concordancia y sin concordancia, la materia y la energía una sarta de absurdos, y lo dijeran cada uno en su estado, Friedrich Salomon Perls, Miguel Acosta Saignes, José Barbeito, Cirigliano y Villaverde, Hegel y Marx, que hablaban de campo, de holística, de contexto, de proposiciones, de opuestos, de especificidad, de síntesis, de acontecimiento, de natura, de persona, de resolutiva optimalidad pretendida, de valores comúnmente aceptados, de síntesis intelectual esencial ideal superior. La materia y la energía una sarta de absurdos, o sea, materia y movimiento, materia y dinámica, materia y oscilación, materia y vibración, materia y cinemática y la perturbación del continuo espacio tiempo, la perturbación del continuo natura persona, y, no obstante y sin embargo, ha habido equilibrio dinámico dialéctico difuso entre el ser y no ser, y, al través y en de por medio el medio maleoiano profundo de Maleo 2001, la perogrullada primera vez de Perogrullo en lo crucial decisivo inflexivo topológico borroso de la línea curva de la lemniscata de Bernoulli y de la línea curva de la parábola cúbica de Picasso, que ha de corresponder a la materia y la energía como una sarta de absurdos. Haga usted lo propio con la energía, y, ha de llegar a la titularidad presente de la materia y la energía una sarta de absurdos.

Con discordancia y sin discordancia, la materia y la energía una sarta de absurdos, tanto como lo concreto y lo abstracto de Luis Alberto Machado, del ser y no ser contra el ser o no ser del Hamlet de William Shakespeare. Y, asina asín ansí así ha de ser el Artículo 4° del Código Civil Venezolano, de la evidencia y la duda, una sarta de absurdos. Asina asín ansí así los imperativos legales kantianos, del imperativo hipotético y el imperativo categórico una sarta de absurdos. Asina asín ansí así el Derecho Usual Ordinario Romano frente al Derecho Inusual Extraordinario Norteamericano una sarta de absurdos, ya no la pirámides de Kelsen, agora ahora hogaño, las pirámides pareadas paradójicas kelsenianas de Kelsen, tanto como el teorema directo y el teorema indirecto de Pitágoras y Sócrates en el cuadrángulo rectángulo euclidiano de Euclides una sarta de absurdos. Tanto como el consciente y el inconsciente de Cirigliano y Villaverde. Tanto como el exceso y el defeco de Aristóteles. Tanto como la tesis y la antítesis de Hegel y Marx, tanto como la verdad y la mentira, asina asín ansí así la materia y a energía una sarta de absurdos.

Con etiqueta y sin etiqueta, con quizás y sin quizás, la materia y la energía una sarta de absurdos, que han de tener una optimalidad ortogonal pitagórica en la slash diagonal contrarrecíproca ad absurdum mayéutica socrática de Pitágoras y Sócrates. Que han de tener una resolutiva optimalidad pretendida, una mejor resolución esperada, un mejor resultado esperado entre lo consciente y lo inconsciente de Cirigliano y Villaverde del efluvio continuo difuminado espectral de la complementariedad de Niels Bohr y de la complementariedad de Antonio Machado en del huracán y torbellino de ideas, que es la síntesis intelectual esencial superior de Hegel y Marx entre la tesis y la antítesis, en el punto inflexivo topológico borroso crucial decisivo de la lemniscata de Bernoulli y la parábola cúbica de Picasso, líneas curvas solubles válidas tanto para la materia y la energía como una sarta de absurdos.

Si la materia y la energía son una sarta de absurdos. Entonces sea dicho que la materia y la energía han de ser una sarta de absurdo tanto como la certidumbre y la incertidumbre, la determinación y la indeterminación, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la duda, lo visible y lo invisible, la partícula y la onda, la posición y la velocidad. Ergo vergo sea dicho que en el punto inflexivo topológico crucial decisivo de la sustitución de los entes definidos por sus definiciones en el convite cuartel mílite del golpe feroz cesarvallejoiano de la tendencia y de la trascendencia, el punto inflexivo topológico crucial decisivo ha de ser de la síntesis intelectual esencial, ha de ser la optimalidad ortogonal pitagórica, la resolutiva optimalidad pretendida, el mejor resultado esperado, la mejor solución deseada entre lo consciente y lo inconsciente del torbellino de ideas como si fuera entre la materia y la energía una sarta de absurdos.

miguelbalza60@hotmail.com



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Miguel Homero Balza Lima


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