Me voy de Venezuela

El otro día, le estaba diciendo a mi esposa que lo que más me hace falta, aparte de ella, lo que más me hace falta aquí en Venezuela (ella tuvo que salir del país a trabajar), desde hace unos ocho años ya, es de estar cómodamente y regularmente rodeado de gente buena, pero de verdad gente buena, o sea, no hablo de estar rodeado de personas que quieren ser mis amigos porque yo soy un extranjero con dólares (que no tengo), o porque tengo muchas herramientas muy bien mantenidas que les podría prestar (que ellos intentan jamás devolverme), o porque yo les podría resolver sus problemas de los bonos del sistema Patria, ya que yo tengo una computadora y ellos no (pero ellos sí tienen un televisor, y yo no), o estar rodeado por gente que hipócritamente, por necesidad, o desespero, pretenden ser felices con su vasito de ron barato en mano, cuando no lo son, por nada, o drogados debido a su incesante apatía, burlándose de los demás cuando son ellos mismos los verdaderos miserables, las víctimas de una clase dominante desalmada, malvada, cruel, y cosas así, sino que me hace mucha falta estar rodeado de gente sana de mente, cuerpo, y alma, gente que brilla, gente sincera y auténticamente buena en el sentido de no ser personas interesadas, oportunistas, ni abusadoras, personas, familiares, conocidos, y vecinos que no abusarían de mi confianza, ni de la de los demás.

Eso me hace falta.

Mucha falta.

Uno puede aguantar algunos días, o semanas, y aun meses, aguantando por un tiempo a personas tóxicas, aguantando una larga visita de un familiar que sería un tremendo miserable y mala gente, o aguantando a personas mentirosas, embusteros, hipócritas, ladronas, ¿verdad?, pero, pasar años así, ya van ocho, aguantando, aguantando, aguantando, bueno, eso daña, hace mucho daño, desgasta, aporrea, aplasta, quiebra, y enferma.

¿No es así?

Creo que sí.

Esta es la primera vez en mi vida que me he sentido así, primera vez.

Y eso que soy un viejo con mucha experiencia de vida, muchísima (34 países, aventurero, inventor, compositor, artista, matemático, etc.), soy un anciano decrépito, cayéndome a pedazos como debe ser después de haberme caído a coñazos toda la vida, casi muerto, he vivido mucho, muchas vidas simultaneas en una, y esta la primera vez que me siento así, como si estuviera siempre rodeado únicamente de gente en quien yo jamás podría confiar, por nada, gente que miente, engaña, y oculta, solo para sobrevivir, como en las películas de zombis y el fin del mundo, donde la mentira y todas sus facetas y consecuencias, como el robo, la corrupción, y la maldad generalizada, la violencia, el oportunismo, y la miseria, no solo se han hecho costumbre aquí en Venezuela (el mejor ejemplo para mí es el actual jefe de Estado venezolano), sino que para muchos hoy es una necesidad, una obligación, una no-hay-otra-opción, si quisieran sobrevivir en este infierno terrestre llamado Venezuela.

Bueno …

Es muy feo …

Y ahora se fue la luz otra vez …

Trece (13) veces en menos de una semana …

Recién volvió la luz …

Once (11) horas más tarde …

Estoy terminando este artículo el día siguiente (hoy 17 de agosto) …

De todas maneras …

Jamás había sentido (ni vivido) este nivel de desconfianza fundamental en el ser humano, jamás, ni en las guerras, ni en los golpes de Estado que he vivido (Kuwait, Sudan, Haití), ni en las calles donde he vivido (Canadá y Venezuela), ni en ningún otro lugar sobre este planeta de los 34 países que he conocido.

Jamás.

Es algo terrible.

Por eso se han ido de este país alrededor de 7 millones de habitantes, y siguen yéndose, o sea, casi una de cada cuatro venezolanos y venezolanas se han escapado de este infierno terrestre, o sea, casi 25% de la población, sí señor, y eso, no es por nada.

Uno no puede vivir así mucho tiempo sin destruirse o ser destruido.

Y esa es la verdad.

Pregúntenle a cualquier venezolano o venezolana honesto u honesta que no vive de contactos, favores, oportunismo, corrupción, tráfico de gasolina o medicamentos, contrabando, buhonerismo (reventa de productos, a menudo hoy adulterados), etc., y ellos todos les contarán que aquí en Venezuela es casi imposible sobrevivir, y menos todavía, vivir dignamente, a menos de incurrir en algún tipo de actividad delincuencial, criminal, o inmoral.

Así es, y el que lo niegue, miente, o le faltarían bastante cuerdas en el cerebro, pienso yo.

Saben, hace demasiado tiempo que no me siento bien aquí en Venezuela, un país que conozco íntimamente desde hace casi 50 años, digamos que, no me siento bien aquí en Venezuela desde el 2015 cuando fui muy violentamente secuestrado, torturado, y casi matado, debido a rumores, sí señor, debido a rumores de dólares, solo porque esos cobardes --- seis jóvenes armados contra un viejo discapacitado y desarmado en muletas --- creyeron que por yo ser un extranjero, yo tendría miles de dólares que ellos me podrían quitar para ellos prosperar, o sea, querían quitarme mis dólares, dólares que en primer lugar yo no tenía, y por eso me iban a matar, para ellos tener mis dólares invisibles, pero significativos para su prosperidad, para cumplir con esa repetida-como-un-loro prosperidad que el actual jefe de Estado venezolano promulga de manera casi obsesiva desde el 2013 --- paz y prosperidad, paz y prosperidad, paz y prosperidad --- como si la prosperidad fuera algo positivo para el ser humano, o bueno para nuestra sociedad, cuando la profunda verdad es que esa es una de las PEORES cosas que un ser humano podría promulgar en una población (o en su entorno), especialmente como jefe de Estado que será copiado, imitado, y peor todavía en una sociedad retrograda colonial, oportunista, corrupta, racista, clasista, y sin leyes como la nuestra, ya que la prosperidad de uno, en todos los casos, y aun peor en este tipo de sociedad, implica el empobrecimiento de otros, o sea, si alguien tiene más, entonces, automáticamente, otros tienen menos, y eso es así.

Eso es así de sencillo, eso siempre fue así, y siempre será así.

No se dejen engañar.

Ni por el actual jefe de Estado venezolano y su porquería de prosperidad, no señor, no, no, no, a menos que ustedes quisieran participar en la destrucción de su propio Pueblo, de Venezuela.

Uno jamás puede enriquecerse sin que alguien más se empobrezca.

Y esa es la verdad.

100%.

Esa es una regla Universal.

¿Así quisieran enriquecerse ustedes?

¿A costilla de los demás … como hace la inmensa mayoría de nuestros gobernantes y sus colaboradores y familiares y socios, los banqueros y los comerciantes de nuestro país?

¿Ah?

¿Eso es lo que ustedes quieren?

Bueno …

Eso es lo que tenemos ahora con el actual jefe de Estado venezolano al mando.

Cuando Chávez mandaba, era normal, aceptable, y aun era bien visto de ser bueno, honrado, y de cumplir con su palabra, de ejercer la bondad sin ser calificado de pendejo, imbécil, o inocente, sin ser burlado, de ayudar al vecino sin interés personal oculto, o sin tener que pensar que el vecino se aprovecharía para robarte, de ser buena gente, en general, de confiar en el próximo, y cosas así, de no mentir, de no engañar, de no tergiversas, de no manipular, o sea, de vivir sanamente, humanamente, y con amor en vez de con esa constante paranoia de que todos tus conocidos, tus amigos, tus vecinos, los comerciantes, los funcionarios públicos, y aun tus familiares, te van a joder.

Pero, desde finales del 2013 cuando nosotros los chavistas (soy chavista opositor a Maduro) empezamos a repetirnos:

"A Maduro le quedó grande el cargo de presidente,"

… en esa misma época cuando me parece que todos los venezolanos y las venezolanas empezamos a darnos cuenta que ahora Venezuela iba a transformarse en lo que Venezuela era antes de Chávez, donde solo el más vivo (deshonesto) sobreviviría, donde cada quien tendría que defenderse solo, de rebuscarse, de inventar para sobrevivir, de no confiar en nadie, de tener contactos dentro del aparato del Estado para sobrevivir y no ser encarcelado o desaparecido, para no ser jodidos por los demás, y cosa así, bueno, todo lo bueno empezó a desaparecerse en el 2013.

Y en eso estamos hoy aquí en Venezuela.

Vivimos hoy en el resultado de una decadencia social continuada que todavía está en plena marcha, por eso la gente sigue yéndose de este país.

¿Cuántos seremos en 7 o 10 años?

A este ritmo, es posible que la población de Venezuela sea de solo 20 millones en el año 2030, dentro de poco.

Esto les convendría (les conviene) perfectamente a las clases dominantes corruptas de Venezuela, de tener un país con:

- una muy pequeña minoría súper rica (ellos), con todos los activos del país en sus manos, acumulados poco a poco desde el 2013, comprando a precio barato las quiebras y las casas y fábricas (los activos) de las mayorías honestas incapaces de involucrarse en la maldad para sobrevivir,

- y una inmensa mayoría, más honesta, más inocente, pero más servil, incluso de las clases media, con pocos activos, pocos recursos, y poco acceso a los servicios básicos de calidad, esclavizados, besándoles el trasero a la minoría clase dominante corrupta, así como estamos haciendo hoy.

Como era Cuba antes de Fidel Castro.

En eso estamos.

Pero pareciera que nadie quiere aceptarlo, y menos todavía, enfrentarlo con valentía y honor, como que todos prefieren mirar hacia otro lado, negarlo, o insultarse cuando alguien le dice la verdad.

Sí señor.

Esto es patético.

Es como un náufrago gritando, "¡Déjame tranquilo! ¡NO me estoy ahogando!"

Hoy estaba viendo a unos niños jugando afuera, no sé qué edad tienen, tal vez entre 3 y 6 años de edad, son muy pequeños, gozando, riéndose, corriendo por las calles con los perros callejeros y montándose en árboles espinosos como si nada, y me decía en mi cabeza, qué inocencia tan bonita, tan humanos que son, tan buenos que son, hoy, en este momento, y tan malos y enfermos que serán, dentro de poco, cuando vean que tendrán que imitar a sus padres los zombis, desesperados, decepcionados de la vida, decepcionados de Venezuela, de su gente, de sus vecinos, confiando en nadie, mintiendo para protegerse, no saliendo de noche por miedo de ser atracados, secuestrados, o asesinados, limitando sus salidas de día para minimizar el matraqueo por parte de la policía y la guardia nacional del profundamente corrupto Estado venezolano, andando siempre con el miedo de ser robados a mano armada en las busetas, ¿dónde coño está la policía?, con el miedo constante de que le roben el único teléfono que tienen …

… o que algún comerciante le venda un producto adulterado, estafándolo a uno, a todos, como siempre, ¿dónde coño está el Estado para controlar esto, y la ley para castigarlo?, nosotros, impotentes, sin poder decirles un coño a los comerciantes, o que se vayan al coño del Diablo y que me devuelvan mi coño de dinero ¡ya! …

… porque ese comerciante sería una amigo del alcalde o del gobernador

… o amigo o amante del representante local del PSUV (partido de gobierno)

… o amigo de las bandas delincuenciales locales asociadas a la policía y a los políticos y gobernantes locales, a los narcotraficantes que los financian, y cosas así.

Le tenemos miedo al Estado, y yo personalmente le tengo terror al actual jefe de Estado venezolano, quien considero ser una de las personas más peligrosos del planeta (ver el video más abajo), miedo, porque si uno reclama, si uno se atreve a hablar, si uno se atreve a demandar o a imponer la justicia, como debería ser, a uno lo mandan preso, además, tal vez uno sería extorsionado, como ocurre a menudo, por ese combo o cadena narco-político-policía-fiscal-juez del, repito, actual profundamente corrupto Estado venezolano, o tal vez uno sería torturado, o asesinado, así, arbitrariamente, porque a algún CDM que se cree Dios le dio la gana, sin razón, sin ley, solo por reclamar sus derechos, por reclamar la justicia en un país sin justicia, donde NO existe la justicia a menos que uno la pague con DÓLARES.

Sí señor.

Así es.

Esa es la Venezuela de hoy, una tremenda vergüenza para la humanidad.

Tal vez sería uno de los mejores ejemplos, al estilo de Hollywood (y en la vida real), de la maldad zombi vacunada ambulante colectiva que ya se está creando sobre este planeta, como si Venezuela fuera el preludio al Apocalipsis, como si Venezuela fuera la principal prueba llevada a cabo por "el Diablo" en preparación para lo que nos viene encima a toda la humanidad dentro de las próximas décadas.

NOTA: Aquí pueden ver un video de 22:47 donde hablan sobre estas cosas, pero desde sus propios puntos de vista. Aunque yo todavía no estoy seguro de las cosas que ellos mencionan en este video --- ya que requiere mucha investigación y mi internet no sirve casi para nada ---, es posible que este video les sea útil e interesante. Se nota también, en este video, a partir del tiempo 8:25, que Chávez me leía, donde entre otras cosas él describe casi palabra por palabra lo que yo escribí en julio del 2011 sobre su inminente muerte y sobre cómo él se habría enfermado (un día se sabrá la verdad). Otra cosa, sería muy bueno que vean este video hasta el final, después de que pareciera haber terminado, hay un espacio negro, vacío, pero sigan viendo, el video retoma y agrega otras informaciones muy importantes sobre el actual jefe de Estado venezolano.

Bueno …

Me hace falta la gente buena, y de esas hoy aquí en Venezuela, hay muy pocas, no porque no quisieran ser buenas, no, sino porque no tienen ninguna otra opción más práctica y más adecuada bajo las circunstancias actuales, dentro de la actual maldad social, dentro del zombiísmo comunal actual, si quisieran sobrevivir, en este país que se encuentra en plena decadencia social, económica, y moral, un país totalmente y salvajemente capitalista, cruel, y destructivo … donde solo los más fuertes, los más malvados, y los más hipócritas sobreviven, donde la bondad es ridiculizada, aplastada, y condenada, donde la expresión pública a favor del bien comunal y humanista es completamente y constantemente censurada y bloqueada (como Aporrea), criminalizada, o erradicada vía la represión y la violencia Estatal, donde es considerado vergonzoso ser honesto y humilde, sincero, empático, porque si uno confía demasiado en los demás, uno no solamente cae uno por pendejo, sino que toda la familia, y todo el vecindario, y todos los amigos también.

Nadie quiere verse con un pendejo.

Bueno …

Yo soy un pendejo, porque soy buena gente, porque no miento, no robo, y no engaño, no trato de ser alguien que no soy, no aparento, no manipulo las mentes ni los corazones ni los bolsillos de los demás, soy inocente, y así decidí de serlo a los 15 años de edad, y así he vivido casi toda mi vida, y quiero seguir siendo así, no importa las circunstancias.

No es porque todos cambien (por las razones que sean), que yo cambiaré mis principios de vida, no señor, no, no, no, prefiero morir inocente y pendejo que irme de esta vida sabiendo que jodí a los inocentes como yo.

Presto mis herramientas, mi computadora, y mi tiempo, ¿y que hacen para pagarme?, mienten sobre mí para propagar rumores de que yo tendría miles de dólares (que no tengo y jamás tuve), para que me jodan, o inventan estupideces sobre mí para protegerse ellos de sus propios malditos crímenes, como cuando ellos le roban a otro vecino pero me acusan a mí, para joderme, por envidia, por vagabundería, por esa desesperación de sentirse como mierda en un país de mierda, como dice mi amiga, y cosas así … o simplemente se meten en mi taller para robarme, como ocurrió hace poco otra vez, porque ellos (yo no), sí siguen y copian [a la letra] al actual jefe de Estado venezolano y su porquería de noción de prosperidad, porque ellos (yo no), sí quieren ser como él, quieren ser importantísimos, bellos y bonitos, como él, y otras fachadas así, aunque sean malos o se comporten con maldad, con el fin único de prosperar, de aparentar, sí señor

(En mi apreciación, el actual jefe de Estado venezolano es el mejor ejemplo.)

Además, ya que ellos (yo no) son unos oportunistas y vivos como él, bueno, siempre buscan el facilismo y buscan principalmente prosperar a expensas del más débil, a expensas de personas como yo, en sus ojos un impotente viejo discapacitado, un inocente, un pendejo de primer rango que no necesita vivir en paz ya que se está muriendo de todas maneras, esa misma paz que el actual jefe de Estado venezolano tanto repite tergiversadamente y de manera obsesiva:

"Paz y prosperidad, paz y prosperidad, paz y prosperidad."

La profunda verdad es que, la prosperidad es siempre y casi únicamente para el más fuerte, y casi siempre es adquirida a expensas de la paz del más débil.

Así es.

Sí señor.

Y así lo siento.

¡Cobardes!

Cobardes copiando a cobardes, así lo percibo.

Así me tratan ahora, desde hace unos ocho años, aquí en Venezuela, en casi cualquier parte de Venezuela, no todos me tratan así, pero la mayoría, sí. Desde el 2013, mis vecinos me han robado en los estados Táchira, Sucre, y la Guaira, en los tres estados donde he vivido desde entonces.

Antes no era así.

Hoy soy simplemente un banco extranjero ambulante, un cajero automático de dólares para los zombis de la prosperidad promocionada por el actual jefe de Estado venezolano, una prosperidad interpretada como sea por quienes sean, cada quién a su manera, sin ley, sin consideración por los demás, sin morales, sin principios, sin límites, sin entendimiento, sin alma, al mejor estilo del más feroz capitalismo salvaje, y aquí no hablo de política (soy anti-político), hablo de los principios fundamentales del capitalismo y de su arbitraria interpretación, no hablo de la política, ese animal es peor todavía ya que en manos de las personas más peligrosos del planeta, la política puede transformar el peor mal comunal en el mayor bien para las minorías privilegiadas.

Por primera vez en mi vida, me tratan así, como un cajero automático extranjero ambulante que escupe dólares que no tengo, ni jamás tuve (tampoco escupo).

Me imagino que este fenómeno ha ocurrido porque yo no quiero participar alegremente, ni de ninguna manera, en la decadencia social en la cual ellos se encuentran viviendo desde el 2013, forzadamente, de manera denigrante, inhumana, e indigna, robando, mintiendo, copiando a los gobernantes, y engañando solo para sobrevivir, inventando excusas y justificaciones para todo, para justificar su bajo comportamiento humano, lo cual yo no comparto, ni apruebo, es que hoy aquí en Venezuela, básicamente, si uno no roba, uno no come, es una vida impregnada de maldad, de falsedades, de ilusiones, de fantasías, de envidia, de habladera de paja, de sobrevivencia sin barreras, una maldad colectiva (o casi colectiva) en la cual ellos participan todos los días, porque tienen que, solo para poder sobrevivir, para no morir como pendejos, como yo --- ¿cómo puede ese CDM extranjero vivir así?, debe ser que él tiene miles de dólares escondido por allí --- porque ellos no tienen otra opción, pero yo sí, porque yo decidí a los 15 años de edad de vivir mi vida sin televisor, sin cable, si carro, sin casa, sin ir al cine, sin ir a restaurantes, si malgastar ni un centavo en Navidad, en fiestas, en cumpleaños, etc., etc., etc., de vivir de manera excepcionalmente minimalista … la poca gente que me conoce, sabe cómo vivo, en un pequeño taller, y he vivido así desde los 11 años de edad … por eso yo (no ellos) puedo sobrevivir con mucho menos que ellos, con casi nada, no porque yo sea mejor que ellos, no, sino porque así lo decidí a los 15 años de edad, y así vivo, me entrené precisamente para poder hacerlo, pero eso no les gusta a ellos, por nada, no les gusta que yo me rehúso de participar en ese tipo de vida, eso les insulta, no lo entienden, ni quieren entenderlo, no pueden creer que yo no veo televisión, que yo no voy al cine, ni voy a fiestas, que no gasto ni un solo centavo en regalos para Navidad, cumpleaños, etc.

Debido a sus obligaciones familiares, ellos, mis vecinos, mis familiares, y la enorme mayoría de los venezolanos y las venezolanas hoy, tienen ahora (digamos a partir de finales del 2013) que ejercer la maldad o algún grado de maldad o falta de honestidad y honradez si quieren sobrevivir, así es, pregúntenle a cualquier venezolano o venezolana honesto.

Bueno …

Estaba viendo a esos niños, y estaba pensando:

¿Por qué carrizo los venezolanos y las venezolanas siguen cojiéndose tanto sin usar condones?

¿Por qué siguen trayendo más almas buenas es esta tierra de desgracia?

¿Para qué?

¿Para matarlos de insuficiencia, de hambre, de desnutrición, de ignorancia, de miseria, de pena, de vergüenza, de desespero, de angustia, de autodestrucción, de mierda, como dice mi amiga?

¿Para que aprendan a ser malos, aunque no quisieran?

NOTA: La inmensa mayoría de los seres humanos son fundamentalmente buenos, nacemos buenos, inocentes, auténticos, alegres, curiosos, confiados, honestos, interesantes, energéticos, imaginativos, colaborativos, empáticos, queriendo amar, no queriendo odiar, ni queriendo hacer guerra. Somos nosotros mismos quienes contaminamos a nuestros propios hijos al nosotros mismos permitir que las malvadas clases dominantes de siempre sigan gobernándonos, no solo aquí en Venezuela, sino a nivel casi mundial. Si queremos vivir en paz real como seres humanos reales, bueno, entonces es nuestra obligación como adultos de impedir que esas clases dominantes dominen, pero no lo hacemos, seguimos votando dentro del mismos sistema que ellos inventaron para dominarnos. Por eso soy anti-político.

Entonces …

¿Para qué carrizo hacemos más niños?

¿Para que aprendan a mentir, a robar, y a ser corruptos?

¿Por qué engañarlos?

¿Para qué traerlos a este infierno terrestre, para después decirles, ¡ahora te vamos a joder!?

¿Ah?

Me hace falta estar rodeado de gente buena, de gente sana de mente y de alma, de seres humanos de verdad, reales, no zombis, de gente que no va a traer al mundo de manera indiscriminada, solo porque tienen muchas ganas de cojer (lo cual no es nada malo pero con algún método contraceptivo por lo menos), para después crear desde nuestras imaginaciones sexuales, pensando solo con la cabeza del pipí, a un montón más de seres humanos fundamentalmente buenos que se transformarán en Diablos terrestres en este infierno terrestre.

Me voy de Venezuela.

Chao, chao.

No puedo más, por ahora.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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