Llorarás

  1. ¿Por qué algunos connotados viudos lloran por ti Rafael Ramírez? ¿Por qué se desgarran con ardor extraño las pieles de su corazón de cebolla? ¿Por qué gemirán a grito tendido por ti, cuando allá en Roma no te hace falta nada, cuando tienes todo lo que has buscado y deseado en este mundo, forrado con las exquisiteces que sólo se consigue con el gran capital?

  2. De seguro que tú allá en Roma no te las pasas metido en una biblioteca investigando como lo hacía Carlos Marx. De seguro que tú no estás elaborando una nueva teoría del capital, ni mucho menos reescribiendo la historia de América Latina en versión bolivariana.

  3. De seguro que tú no estás huyendo de una dictadura para dirigir una editorial bolivariana, un centro de investigación socialista y chavista, más o menos al estilo de como lo hizo, por ejemplo, Rufino Blanco Fombona cuando le tocó vivir exiliado en España. Tú no te estás quemando las pestañas en esas faenas del espíritu, pero tienes aquí, sin embargo, quienes lloran a moco tendido por ti. Qué vainas…

  4. ¿Por qué lloran por ti, Rafael, si tú no están aherrojado en una mazamorra ni pasando hambre ni siendo perseguido por los terribles policías del imperio gringo? Ni te han bloqueado tus cuentas, ni se publican rewards multimillonarias desde el imperio solicitando tu captura. Y que cursilería, no obstante, lloran que lloran…

  5. En fin de cuentas, ¿cuál es esa grandiosa obra que tú hiciste para que aquí dos o tres individuos de poca monta te echen tanto de menos? Todo el mundo sabe que cuando estuviste al frente de PDVSA vivíamos épocas de poderosas vacas de gordas, y los dólares llegaban por borbotones, de modo que era poca la genialidad necesaria que requería PDVSA para que funcionara normalmente, sin tropiezos financieros, como de hecho funcionó. Nadie nos sancionaba ni nos bloqueaba entonces, a CITGO no la tocaba ni la amenazaba nadie. Monómeros era respetada como un bien nuestro que debía estar protegido por las reglas del comercio internacional.

  6. Ahora tú hablas de que te están montando una olla podrida, pero es una olla cuyo hedor no llega a tus narices porque viven en Jauja, protegido y con millones repartidos a muchos poderosos. Tú vales lo tuyo, Rafael, no eres cualquier ganapán que se llevó tres lochas. Vales lo que pesas en oro cochano o cochino.

  7. Y los mocos y las lágrimas de cocodrilo que por aquí se vierten por ti no tienen nada de ideológico, porque detrás de ti no existe, insisto, ningún pensamiento, ninguna gesta, ningún acto valeroso. Tú, sencillamente huiste, dejaste el pelero o la peluca, y te encuevaste en una mansión de los protervos europeos, protegido por abogados que cobran una fortuna. Tú sencillamente vales lo que te cobra un poderoso bufete (en ese estercolero que llaman del primer mundo). Esa es toda la verdad, tú, señor, de cara tan lavada.



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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