1. Aquella generación de la que formó Rómulo Gallegos no verá en el pensamiento bolivariano solución alguna al embrollo en que se debate nuestra América Latina. Para esta generación de intelectuales de principios de siglo veinte, no existe el sentido de la PATRIA GRANDE. El pensamiento bolivariano, en medio de la moda del positivismo es para esta generación más una traba que una solución, a menos que se interprete torcidamente como la planteaba don Laureano Vallenilla Lanz. Por eso, a través de toda la obra de Gallegos es casi nula la mención al pensamiento de Bolívar, algo que también impregnará a casi todos los más notables dirigentes políticos de partidos que surgirán a partir de 1936: Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Gonzalo Barrios.
2. En esto tuvo también mucho que ver la influencia del pensamiento marxista condicionado en gran medida por la política internacionalista de la Unión Soviética y las malogradas observaciones de Marx sobre Bolívar. En 1902, Gallegos va ser testigo del bloqueo de las Costas venezolanas por parte de las potencias europeas. A sus dieciocho años, se cruza con aquella proclama, del 9 de diciembre de 1902, que comienza: "¡Venezolanos!… La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria!". Cuando las bestias del terror de Inglaterra, Italia y Alemania asoman sus pelos y pezuñas en la Guaira, Puerto Cabello y Barcelona.
3. Para esos primeros días del siglo XX, la Gran Bestia del Stick, Teodoro Roosevelt, envía un Mensaje al Congreso de la Unión, diciendo que la Doctrina Monroe no se extiende a la protección de países insolventes. Desde entonces aquella gran bestia quedará en la mente de Gallegos, y será incluida como el personaje de Míster Danger en Doña Bárbara. En aquella América balcanizada, sólo Argentina y Perú apoyan la posición soberana del presidente Cipriano Castro.
4. Para la formación intelectual de Rómulo Gallegos, un Simón Bolívar no era lo que hacía falta en aquel momento, sino un jurista, un hombre de leyes, un pensador civil formado en el más estricto pensamiento positivista. De aquí va surgiendo la figura de Santos Luzardo. Nunca hemos visto una posición de Rómulo Gallegos en relación con el aquel otro "Hombre de las Leyes", de la Nueva Granada, Francisco de Paula Santander, el genio desintegrador de la Gran Colombia. Es muy probable que Gallegos no viese con malos ojos a este personaje que todavía para la época contaba con simpatía entre los llamados liberales venezolanos, seguidores de la filosofía sensualista y materialistas de Jeremías Bentham. Hay en todo esto matices conflictivos, plagados de confusos valores morales y políticos.
5. Rómulo Gallegos realizará la proeza de tomar una posición política y revolucionaria desde la creación literaria, pero marcará distancia con los que desafían radicalmente al imperialismo yanqui como, por ejemplo, el poeta José María Vargas Vila. Su alumno por excelencia en el plano del pensamiento crítico o sociológico será Rómulo Betancourt, quien desprecia y odia al poeta Vargas Vila.
6. Betancourt oye y sigue los consejos y enseñanzas de su maestro Rómulo Gallegos. Escucha y sigue también a Mariano Picón Salas, otra de las recias plumas criollas y de valor crítico no menos templado. Todos ellos con los prejuicios redentores de los que buscan "adecentar" y "civilizar" a Venezuela. Don Mariano habla de la "sagaz malicia indígena"1, habla con admiración de ese "Pedro el Grande del trópico que se llamaba el Ilustre Americano"2. Al referirse a Cipriano Castro dice don Mariano que desciende de bravos indios motilones, y habla de la aventura del tachirense con delicado prurito estilista. Gallegos, se evidencia, que tampoco quiso a Cipriano Castro, y es de los estudiantes idealistas que acabaron por apoyar en 1908, la traición ejecutada por Juan Vicente Gómez3.
7. De la traición de Juan Vicente Gómez a Castro, habla también con mucho orgullo Arturo Uslar Pietri. El abuelo materno de Arturo, Juan Pietri, fue un connotado servidor de Juan Vicente Gómez, que antes estuvo adulando con pasión a Cipriano Castro (Arturo Uslar Pietri fue ahijado de don Cipriano). Juan Pietri fue todo un político, con mucha uña de zorro, abuelo también de quien llegará a ser la esposa de Rafael Caldera, doña Alicia Pietri. Este Juan Pietri, dice Uslar, fue quien instó a Gómez, el 19 de noviembre de 1908, para que se decidiera a traicionar a Cipriano Castro; episodio que describe don Arturo con mucho orgullo4: "Gómez –dice Arturo Uslar Pietri- estaba indeciso y Pietri era uno de los que más lo empujaba a tomar una decisión. El 13 de diciembre de 1908, Gómez sale al balcón de la Casa Amarilla, a su lado Juan Pietri, abajo la muchedumbre. Mi abuelo agarra por el brazo a Gómez y gritó ¡Muera Castro! Dándole vivas al vicepresidente y mueras al presidente de la República. Se armó un escándalo tremendo. De modo que mi abuelo fue el catalizador del proceso. Eso precipitó la situación y cuando Gómez surgió al poder, el Dr. Pietri fue llamado a formar parte del Gabinete, y posteriormente, de un Consejo de Gobierno que creó Gómez, el famoso organismo que puso a figurar allí a unos 10 o 12 caudillos, entre los cuales estaba mi abuelo materno, que llegó a presidente del Consejo de Gobierno. Cuando murió, en 1911, tenía a su cargo la Vicepresidencia de la República: reemplazaba al presidente y hacía sus veces, por faltas temporales o absolutas". Estas son cosas que todos los venezolanos debemos saber, que deben ser enseñadas en nuestras escuelas.

1 Mariano Picón Salas, Comprensión de Venezuela, Monte Ávila Editores, Caracas, 1976, p. 32.

2 Ibídem, p. 32.

3 Harrison Sabin Howard, Rómulo Gallegos y la Revolución Burguesa en Venezuela, Monte Ávila Editores, Caracas (Venezuela), 1984, p. 43.

4 Alfredo Peña, Conversaciones con Uslar Pietri, Editorial Ateneo de Caracas

(Venezuela), 1978, p. 20-21.