Cáscara Amarga 723

El sexo borroso caliginoso

El sexo borroso caliginoso. De antuvión, de antavión y de entuvión, acepto lo de Apeles, zapatero a sus zapatos, corro correo corriendo esa suerte en la voz pintoresca de la retina pictórica de Apeles, el hijo de Colofón. Y, a mas y a más, he de manifestar una vez más, que este cura ignaro raro cleuasmo quiasmo asno, sin fecha sin ficha ni horario querentorio escritorio mundano calendario, fervoroso hacedor del rehacer y reescribir al universo mundo espacio tiempo natura persona a su modo y a su forma significativa conmovedora de amontonadoras palabras que mi salvación labran por lo de la falta de memoria, que he padecido de la pluralidad de trancazos que he recibido en la infanta mollera testa, contra la portentosa memoria del poeta argentino de Ficciones en Funes el memorioso, y, contra lo que diga Jorge Luis Borges, que su memoria la adquirió de una septicemia de una propagada herida infestada de un portentoso portazo coñazo que recibiera en la cabeza, y, a según, él mismo, que decía que era enemigo de amontonar palabras, y lo de formar un pilón, que es lo que hace este cura ignaro raro desmemoriado, llevado por la transportación, de la considerable curiosidad y el aventurado discernimiento, ansias innatas profundas, porque y para la transformación del entendimiento y la estética ética espiritual, la filosofía de las cuatro "E" de Maleo 2001 engastada con su correlativa tesis y teoría inédita innovadora novedosa avanzada cojedeña TINACO de los correlativos casos límite contradictorios caliginosos de equilibrio dinámico dialéctico difuso en el contradictorio medio maleoiano profundo de entre el ser y no ser, de entre el algo y la nada, de Maleo 2001 en la perogrullada primera vez de Perogrullo. El sexo es sabroso el sexo es borroso caliginoso. Y, con el poeta Walt Whitman, del, de él: El sexo todo lo contiene los cuerpos y las almas, las significaciones y las no significaciones, las pruebas y las no pruebas, los métodos y los resultados, la maternidad y la leche seminal, las esperanzas y las desesperanzas, la salud y la enfermedad, la soberbia y la sobria, los amores y los odios, las negruras y las blancuras, las rabias y las ternuras, las guerras y las paces, las vidas y las muertes, los comienzos y los fines, lo humano y lo divino, lo justo y lo injusto, lo sexual y lo espiritual, lo sibarita y lo espiritual, lo correcto y lo incorrecto, el exceso y el defecto , lo consciente y lo inconsciente, la tesis y la antítesis, lo concreto y lo abstracto el ser y el no ser, la luz y las tinieblas, la mortalidad y la inmortalidad, el pensamiento verdadero y el pensamiento correcto, las verdades y los errores, las convicciones y las dudas, las certidumbres y las incertidumbres, lo visible y lo invisible, las esperanzas y las desesperanzas, las razones y las fes, las generosidades y las avaricias, las solidaridades y los egoísmos, las comprensiones y las compasiones, los apasionamientos y los consentimientos, lo hermoso y lo horrible. De Whitman, se sigue que ha de haber dos elementos contradictorios, el hombre y la mujer, el hombre y el hombre, la mujer y la mujer. Y, a mas y a más, se fijan, las escuelas, las sextas, las religiones, las espiritualidades, las ciencias, las moralidades, las literaturas, las enciclopedias, las bibliotecas, las poesías, las plegarias, los cantos, los himnos, los sermones, lienzos pictóricos, esculturas, y táctiles instrumentos, composiciones musicales, y pare de contar tantas visiones del mundo, se fijan en una forma y desdeñan a las otras, y, asina, el sexo tiene sus distintas particularidades. El sexo tiene distintas definiciones, distintas explicaciones, mas y más, aun y aún, asina sea la mano y el falo, asina sea la mano y la vulva, asina sea la almohada y la vagina, referente a los seres humanos, ha de haber dos elementos, al menos, y, asina, se le envista y se meta el teodolito sexual de entre la consciencia y la inconsciencia, de entre el exceso y el defecto, ha de haber al menos dos elementos, que conducen al fin, al través y en de por medio por la calle de en medio de un medio, y, asina, se le envista y se meta el teodolito sexual de entre lo consciente y lo inconsciente, de entre el exceso y el defecto, al través y en de por medio por la calle de en medio de un medio, de entre el método y el resultado, ha de estar el contradictorio clímax orgásmico maleoiano profundo de Maleo 2001. Y, no ha de haber complejos, si ha de haber el equilibrio dinámico dialéctico difuso, sin preponderancias de las partes, y con preeminencia de entre las partes, en la borrosa medianía ecléctica sincrética budaiana de Buda, en la grisura sombría penumbra whitmaniana de entre el yin y el yang de Laozi y de Walt Whitman, de entre el seis y el nueve, de entre el concupiscente 69 cojedeño de Maleo 2001, de entre la bacinilla de Rosa María la mitad llena de miao y la mitad vacía. Y, manque de entre el método y el resultado ha de estar el contradictorio clímax orgásmico maleoiano profundo de Maleo 2001, y, asina, como si fuera de entre lo consciente y lo inconsciente. Y, mas y más, el contradictorio clímax orgásmico maleoiano profundo de Maleo 2001, ha de ser un orgasmo bien situado y bien equilibrado, de entre lo consciente y lo inconsciente, como asina fuera de entre todos los apasionamientos y consentimientos del Kama Sutra. Y, una cosa es predicar y otra cosa es dar trigo, como dijera el hijo de Colofón. Y, agora ahora hogaño, trastrigo, la escuela y la antiescuela, con sus formalismos y sus informalismos, no han logrado un orgasmo bien situado y bien equilibrado, un equilibrio de lo sexual, y, eso debido a lo de la mercancía de la sociedad capitalista, y, por sus agalludas dolencias de prenda. Si la mercancía sexual desaparece, cosa que la escuela no ha podido superar, remanente barbecho trecho estrecho arrecho, por la falta de la escuela sexual. Y, asina, están muchas de las veces a la vista, y, botones de muestra los remanentes barbechos trechos estrechos arrechos, los hechos contra el Derecho. Botones de muestra los hay y con la Ley en cárceles y Tribunales. Botones de muestra los hay y con los frascos, en las barras de los botiquines, de los bares, de los patios de bola y sinfonolas gramolas rocolas y dolores de bola y del guayabo que te amo. Botones de muestra los hay y con experienciales formas sexuales del mecate de la pistola del veneno, que es la reyerta de la escuela y la antiescuela. Y, la mercadotecnia del sexo de la antiescuela. Y, que, bueno, que el sexo fuera sabroso que el sexo fuera borroso, y, como tiénese dicho y detentase mentado, el concupiscente 69 cojedeño de Maleo 2001 acentuado y asentado, como del beso negro odioso, el sexo borroso caliginoso sabroso.

Con divagancia y sin divagancia, el sexo borroso, el sexo sabroso, y, dejaría de ser una mercancía, y, ya no serían objeto del deseo de la propaganda, y, sería el sexo como el de los animales, en que la hembra no se movería por fuera y se movería por dentro, y, el músculo de la vagina lo haría todo lo que vemos por lo invisible y es el movimiento del macho lo visible. Y, si esto se hubiera logrado, el capitalismo estaría quebrado, y, un socialismo humanista chavista estaría en la muscular cangrejera vagina invisible de las féminas. Y, los movimientos han de ser de los masculinos falos paraos como el palo paro de la población sancarleña de Cojedes de El Mapuey, siempre recordado. Esto fuera una gran verdad folclórica, el mito de don Hermito, de un palo duro con gruesas raíces y sin ramas caído en la vera del camino a la escuela de la población de Mapuey. Y, cuando lo insólito y misterioso y sensorio contra la clásica gravedad de Isaac Newton y la moderna teoría general de la relatividad einsteiniana de Albert Einstein, le callera, al palo duro y sin ramas, varios palos de agua caídos de los días de pleno invierno septembrino, lo suficiente en las raíces impregnadas de enormes terrones y pegadas piedras. Y, aquella agua bendita milagrosa, parara al palo de don Hermito, y, erecto repentino como el de don Rufino, aquello, fuera tan espirituoso y tan religioso que la peregrinación nacional fuera densa y densa como decía don Miguel de Unamuno, que hasta velas le prendían y rogaban por algún milagro al Palo Parao de Mapuey de Cojedes, fundado, Mapuey, por don Crisanto, el papá de María Jiménez, que atendía a turistas admirados por lo del Palo Parao. Y, que endenates, al Erecto Palo Parao, lo controlara y administrara don Roso. Y, endespués, la Iglesia Católica, entonces, rompiera con aquella situación de natura y persona del Libertador. Y, como tiénese dicho y como deténtense mentado, del falo erecto y del palo parao al sexo sabroso al sexo borroso.

Si el sexo borroso caliginoso, todo lo contiene, cuerpos y almas, significaciones y no significaciones, pruebas y no pruebas, purezas y no purezas, métodos y resultados, la maternidad y la leche seminal, las esperanzas y la desesperanzas, salud y enfermedad, soberbia y sobria, amores y odios, cuerpos y almas, corazones y sexos, rabias y ternuras, apasionamiento y consentimiento, lo hermoso y lo horrible. Entonces sea dicho que el sexo borroso caliginoso ha de estar de entre lo consciente y lo inconsciente, de entre el exceso y el defecto, de entre la locura y la cordura, de entre la razón y la sinrazón. Ergo vergo sea dicho que en el cleuasmo quiasmo río heraclitoiano de las palabras pareadas paradójicas de la forma ser y no ser de Heráclito es continente que contiene los contenidos del sexo borroso caliginoso.

 



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Miguel Homero Balza Lima


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