Sobran ejemplos de propaganda en el mundo y no podemos desmoralizarnos si nuestras manifestaciones de inconformidad no aparecen en la televisión gubernamental o en los portales de desinformación y propaganda del gobierno, los modelos totalitarios desde los del antiguo este europeo y desde Francisco Franco, hasta Fidel Castro o Pinochet tienen a los medios como parte de la política de seguridad nacional. Una censura nada sutil y absolutamente real y a veces vulgar.
En la antigua Polonia los trabajadores agrupados en el sindicato Solidaridad tenían que ingeniárselas y ser muy astutos a la hora de enfrentar la maquinaria demoledora de la comunicación de el régimen totalitario que sufrió Polonia durante casi medio siglo, desde pequeñas obras de teatro en el transporte público, hasta actos en el atrio de las iglesias donde se manifestaban.
La marcha o la manifestación no termina al ausentarse el público, debe quedar un testimonio físico de que se marchó, las cartulinas que se lleven al acto deberán fijarse y pegar en el camino, algún responsable de hacer engrudo con almidón pega de papel tapiz o harina de trigo, debemos dejar testimonio de nuestra lucha y nuestra protesta.
La manifestación o movilización no importa su tamaño deberá permanecer en la calle con pintas, murales, octavillas, esténciles que se estamparon en el fondo negro que da el asfalto o en el fondo blanco que dan los pasos peatonales, sellos mojados y estampar en las etiquetas autoadheribles o en papel también autoadherible para pegar en las salidas de transporte público, en baños, en puertas, en postes, en pequeñas tiendas, etc.
En algunos países ocurrió que se utilizaron los billetes fuera de circulación para con serigrafia imprimir algún mensaje, ante la falta de papel ocurrió esto en algunos países del mundo donde un billete de banco era más barato que una hoja de papel bond.
Los centros educativos en las aceras que dan a la puerta de entrada sin manchar las paredes y si en las aceras se puede utilizar como fondo para pintar slogan y con un pedazo de carbón vegetal se pueden escribir mensajes donde con frases cortas se le dé carnadura propagandística a nuestras movilizaciones, Se deberán tener los teléfonos preparados y en redes sociales que van desde Facebook hasta Tiktok se deberá reseñar el carácter de las movilizaciones, su búsqueda, las necesidades de quienes se movilizan, pequeñas entrevistas a dirigentes y a participantes y al público que se acerque. Una especie de televisora del magisterio digno, algo así como TVMAGISTERIO u otro nombre que sirva como plataforma publica para demandar y exigir, para denunciar y aclarar, la televisión abierta venezolana es de las menos vistas del mundo. Un informativo creado con celulares.
La batalla por la opinión pública se deberá dar con mucha imaginación y la lluvia de ideas, pequeños grupos independientes y sectorizar las áreas de agitación y propaganda. Las redes sociales marcan hoy la diferencia, pero no son suficientes, las personas deberán ver las exigencias en cada calle, en cada esquina, en cada vehículo, en cada escuela.
La propaganda hoy más que nunca es imaginación contra dinero, contra un Estado omnipresente, pero no omnipotente y donde solo el dinero le permite lubricar sus esfuerzos para intentar convencer a la opinión pública.
Desde los atrios de la iglesia, hasta el terminal de pasajeros de cada pueblo o ciudad debe enterarse que la batalla de los maestros no es solo por salarios justos, también lo es por el mejoramiento de escuelas, por mejoramiento de la calidad de vida de miles, una batalla contra el hambre y en contra de los expedientes administrativos.
Ni un minuto de silencio.
EL MAESTRO LUCHANDO TAMBIÉN ESTÁ ENSEÑANDO.
Notas a pie de página: valdría la pena que imprimieran este poema de nuestro Miguel Otero Silva, donde enfrenta a los esquiroles o rompehuelgas: https://lasletrasdelquilmero.blogspot.com/2017/03/las-manos-del-rompehuelga-de-miguel.html