El total fracaso del reformismo neoliberal madurista y su catastrófica consecuencia expresada en la dramática situación de crisis política, económica, social y en la degeneración cultural de principios y valores éticos de la moral pública, producida por el manejo entreguista de los bienes y recursos estratégicos del estado y la soberanía nacional, sumados a la aplicación del paquetazo neoliberal y el desconocimiento de la clase trabajadora sin la cuál no es posible el desarrollo de ningún motor de la economía, lo convirtieron en un gobierno caracterizado por algunos rasgos del autoritarismo, con una evidente incompetencia ante las exigencias y necesidades del pueblo, a la sazón de la escandalosa corrupción con total impunidad en la que estan involucrados familiares, la burocracia de la dirección pesuvista y muchos funcionarios y enchufados maduristas; pero aún cuando ésta amarga experiencia ha sido una terrible sobrevivencia para el pueblo venezolano la cuál no debe repetirse jamás, hay que asimilarla y aprender de ella lo que no se debe hacer en política, en un futuro gobierno revolucionario de los trabajadores.
Admitimos sin prejuicio la existencia de un conjunto de medidas coercitivas unilaterales externas dictadas por el gobierno de los EEUU llamadas "bloqueo", mientras que a lo interno de nuestro país el gobierno madurista también mantiene un bloqueo al pueblo trabajador venezolano; se trata de que éstos bloqueos impuestos por ambos gobiernos cayapean en patota la dignidad del noble pueblo venezolano en resistencia, y aún cuando el malabarismo madurista del gobierno trata de justificar con el bloqueo del imperio la negación de un salario digno y justo, sabemos que no tiene disposición política de aplicar el artículo 91 de la constitución bolivariana, de liberar los salarios y poner en libertad a los trabajadores(as) encarcelados por el bloqueo inducido del gobierno madurista.
Cuando Chávez, decidió escoger a Nicolás Maduro para presidente, no lo hizo desde una perspectiva obrerista ni con la idea de cambiar las relaciones sociales de producción, éso lo tenemos claro, porque él conocía las limitaciones académicas, culturales e ideológicas del outsider, simplemente activó un plan "B" de emergencia política que convirtió a Nicolás Maduro de aquel momento en el sujeto accidental de aquella emergencia coyuntural gracias a la indiscutible fortaleza del liderazgo del comandante Chávez a pensar de su dolorosa enfermedad.
Ahora, sin entrar a considerar si Chávez se equivocó o no, quizás pensó en dejar como relevo a alguien de su confianza y "lealtad" a los principios del socialismo, que le diera continuidad política al proyecto revolucionario bolivaiano iniciado por él sin pensar en la traición, de allí que escogiera al menos malo entre Nicolás y Diosdado.
Nos llama la atención que Chávez habiendo conocido a Alfredo Maneiro y leído sus escritos políticos, donde éste planteara claramente que la clase trabajadora sin descuidar las reivindicaciones sociales para la efectiva materialidad de la vida, la tarea estratégica más importante como clase social productiva en su relación con el poder era y sigue siendo hoy LA TOMA DEL PODER POLÍTICO para desde el gobierno producir el cambio sistemático necesario en las relaciones sociales de producción, que no es cualquier cosa ni lo hace cualquiera, claro Chávez también sabía que no tenía mucho que exigir a los más cercanos de su entorno político.
Maneiro en su narrativa hablaba de una utopía posible que no estaba en el horizonte sino que había que construir para crear las condiciones objetivas teniendo como exigencia indispensable lo que el llamo LA CLASE OBRERA ILUSTRADA, vanguardia de primera línea, con solidez ideológica políticamente formada, comprometida con su propia clase y suficiente calidad revolucionaria frente al chantaje antagónico de una burguesía que no come cuentos, que por cierto en el contexto actual la tesis de Maneiro no aplicó para Nicolás Maduro por su evidente giro ideológico de 180 grados y su catastrofe resultante.
Entonces el pueblo trabajador respondió ante aquella decisión de Chávez y cumplió sin reservas con las instrucciones del comandante, pero hasta allí fue la responsabilidad y el compromiso de Chávez y el pueblo para enfrentar una situación sobrevenida y al mismo tiempo evitar que la derecha volviera al poder, pero ahora la desastrosa situación actual del país es responsabilidad exclusiva de Nicolás Maduro y su entorno gobernante, que ellos asuman su peo, porque fueron ellos quienes desviaron el proyecto original entregándole el poder a la burguesía y a la derecha por lo que tendrán que responder en algún momento ante el pueblo y la historia.
Durante el gobierno de Chávez los trabajadores venezolanos experimentaron un salto cualitativo de gran magnitud en el mejoramiento de sus condiciones de vida y trabajo, y aún cuando Chávez no fue obrero ni obrerista contó con una inquebrantable conciencia revolucionaria de clase que lo plantó con firmeza frente la burguesía patronal y al estado burgués, fué totalmente contrario a Nicolás Maduro quién fue un "obrero obrerista" según él con callos en las manos, pero sin conciencia de clase y un alto déficit en su condición de "estadista" que lo hizo capaz de traicionar a su propia clase social rajandose ante la burguesía patronal y porque no ha "gobernado" escuchando y obedeciendo al pueblo como lo hizo Chávez.
Sí bien es cierto que los trabajadores en la presente coyuntura deben enfocarse con toda sus fuerzas por ahora en su principal objetivo como es el restablecimiento del poder adquisitivo integral a partir de salarios dignos, para una mejor calidad de vida como reivindicación social y económica a conquistar ante el bloqueo criminal del gobierno reformista neoliberal al artículo 91 de la constitución bolivariana.
La clase trabajadora venezolana en su totalidad y sus organizaciones clasistas y revolucionarias más allá de la burocracia sindical traidora y corrupta, sin el chuleo y la manipulación oportunista de los partidos políticos de la derecha burguesa colaboracionista, sin dejarse confundir con el llamado polo antipatriotico porque no ha salido todavía a defender la patria y sus trabajadores, ante las mentiras, el engaño y la traición del gobierno entreguista.
Visualizamos el rescate de venezuela desde la perspectiva de una clase trabajadora que ejerza su papel histórico como única clase social productiva de riquezas, que está llamada a defender la constitución y asumirla como proyecto político, administrar con criterio patriótico los recursos naturales para un desarrollo nacional coherente y sustentable, priorizar la soberanía nacional e integridad territorial de la patria deteniendo el entreguismo y el desastre medio ambiental.
Promover el derecho constitucional a la participación protagónica del pueblo trabajador, entre otras líneas estratégicas de la lucha revolucionaria del poder obrero clasista, de allí que los trabajadores y el movimiento popular tienen que aprovechar la oportunidad de éste extraordinario momento político para pensar, proponer, debatir y organizar su fuerza material legítima y disputarle el poder político a la burguesía representada hoy por el gobierno de Nicolás Maduro y su entorno gobernante quienes se rajaron ante el espejismo del capital abandonando a su suerte al pueblo trabajador venezolano.
Chávez, es el camino!