Cáscara Amarga 759

El pensamiento y el temperamento

El pensamiento y el temperamento. Y, fuera en el Quijote, en que aparece una sentencia contra los hombres que se vanaglorian alaban ufanan que conocen a las mujeres. Y, del, de él, del Quijote, que dice: "Quien hay en el mundo, que pueda alabarse, que ha penetrado y sabido del confuso pensamiento y condición mudable de una mujer: Ninguno, por cierto." Y, mas y más, se vanaglorian alaban ufanan en los botiquines. Usted se los encuentra, a esos señores caballeros casca ciruelas y casca nueces, hombres borrachos modulando mal las palabras, balanceándose, diciendo esas sandeces, que conocen y saben del pensamiento y del temperamento de las mujeres. Y, con el Quijote, yo os digo, que les diré, y sean quien se fueren, que no saben lo que dicen. En todo caso y a todo evento, la contradictoria razón averiguada quijotesca esencial húmedo radical, la contradictoria ironía quijotesca cervantina, que posesa poseen la mujer, toda la mujer y todas las mujeres, han de estar de entre, la ofensiva y la defensiva, de entre la razón y la sinrazón, de entre la cordura y la locura, de entre lo perturbable y lo imperturbable, de entre lo ordenado y lo desordenado, de entre lo claro y lo oscuro, de entre el blanco y el negro, de entre el pensamiento y el sentimiento, de entre la guerra y la paz, de entre el amor y el odio, de entre la rabia y la ternura, de entre la vida y la muerte, de entre el exceso y el defecto, de entre el consciente y el inconsciente, de entre lo concreto y lo abstracto, de entre el ser y no ser, de entre el algo y la nada, de entre el pensamiento y la condición. La contradictoria razón averiguada quijotesca esencial húmedo radical, la contradictoria ironía quijotesca cervantina, ha de estar de entre el pensamiento y el temperamento.

Con digresión y sin digresión, el pensamiento y el temperamento. Ahora agora hogaño, la mujer que sitúese párese eríjase en la contradictoria razón averiguada quijotesca esencial húmedo radical, en la contradictoria ironía quijotesca cervantina, en el contradictorio medio maleoiano profundo de Maleo 2001 en la perogrullada primera vez de Perogrullo de entre los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético, en el radiante ojo avizor de don Francisco, a la mujer que sitúese párese eríjase en la contradictoria razón averiguada quijotesca esencial húmedo radical, en la contradictoria ironía quijotesca cervantina, nadie y ninguno por cierto, hale ganar en las mesas misas musas, como como si fueran de entre el pensamiento y la condición de don Quijote, como si fuera, de entre lo de don Quijote, el pensamiento y el temperamento.

Con divagancia y sin divagancia, es el pensamiento y la condición de don Quijote, como también lo es de don Quijote, el pensamiento y el temperamento. Y, en verdad, de estos casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo 2001, están llenas y plagadas cada mujer, toda la mujer y todas las mujeres del universo mundo espacio tiempo natura persona. Y, eso no lo saben los hombres, ninguno, por cierto. Y las mujeres tampoco lo saben que poseen de tan grande poderío, por la sublime temeridad del hombre. Y, la mujer justifícase en Sherezada, la astuta joven burladora entre el anochecer y la aurora, es el personaje central y la narradora principal de la recopilación de los cuentos en farsi y lengua persa, intitulada Las mil y una noches. Sherezada entre el anochecer y la aurora, era inundada por la astucia y la impotencia. Sherezada, entre el anochecer y la aurora, de los cuentos de Las mil una noches buscaba el equilibrio dinámico dialéctico difuso de entre la gramática parda y la impericia, entre la habilidad y la incapacidad. Y, de cómo Sherezada entre el anochecer y la aurora, burlaba al celoso y vengativo rey Schariar, después de haber sido engañado por su esposa. El rey se casa cada noche con una virgen, duerme con ella y luego la mata. El vengativo rey Schariar, hubo de asesinar a una mujer tras otra endespués de la noche de bodas y que solo es engañado por la astucia de Sherezada entre el anochecer y la aurora, ella, Sherezada, le cuenta una historia que siempre interrumpe al amanecer, así que el rey quiere escuchar la continuación y deja vivir a la joven. La astucia de Sherezada entre el anochecer y la aurora, era su plan para salvarse y, asina, que no asesinara a otras muchachas y mujeres del harén. Sherezada, de paso buscaba, la salvación del resto de encantadoras damas del serrallo y de las mujeres del gineceo reino del vengativo rey Schariar tras ser la elegida por el sultán para ser su siguiente víctima. La doncella Sherezada quiere acabar con los asesinatos. Sobrevive contándole historias al rey durante 1.001 noches. Al final, Sherezada le dio tres hijos al rey y lo curó de su ira de su rabia de su bravata cachuda. Y, el vengativo rey Schariar, jura que no matará a más mujeres. Agora ahora hogaño, y, ya don Quijote lo decía categórico, el pensamiento y el temperamento, están asentados y acentuados en la mujer, en toda la mujer y en todas las mujeres. Y, pensamiento y temperamento, no lo han desarrollado y demostrado, por dominancia, la mujer, toda la mujer y todas las mujeres, aun y aún, quizás y sin quizás, por lo del miedo abismal machista, incrustado, en ella, en toda ella y en todas ellas, mas y más allá de entre lo consciente y lo inconsciente, de un vengativo rey Schariar machista, temeroso de ser desplazado por la mujer, o sea, por el pensamiento y la condición, que es propiedad espiritual consciente racional de reconocerse a sí misma, cada mujer, toda mujer y todas las mujeres. Tremendo poder femenino, que gravitara existente sobre la guerra de Ucrania y Rusia entre nalgas en las mesas misas musas de las mujeres de Ucrania y Rusia. Mas y más, el reinado subliminal del hombre existe en cada mujer, en toda mujer y en todas las mujeres. Y, el hombre, él, persiste, temeroso, cual el sultán vengativo rey Schariar. Y, la mujer, tiene el poder, en el pensamiento y en la condición de don Quijote. La mujer, tiene el poder en don Quijote, en el pensamiento y el temperamento.

Con concordancia y sin concordancia, el pensamiento y el temperamento. Cuando la mujer tome ese poder, al carajo la guerra y al carajo la paz, porque la mujer ha de estar, en el radiante ojo avizor de don Francisco y don Quijote. La mujer, de entre el pensamiento y el temperamento, de entre el pensamiento y la condición, en la contradictoria ironía profunda quijotesca cervantina, la mujer justificándose en Sherezada, la astuta joven burladora de entre el anochecer y la aurora, en la sombría penumbra whitmaniana del yin y del yang, gobernando el mundo de entre la verdad y la falsedad, en la contradictoria verdad socrática profunda, de entre el exceso y el defecto en el contradictorio medio aristotélico abisal. La mujer de nalgas gobernado el mundo de entre Ucrania y Rusia. Adiós al calentamiento global y al cambio climático, adiós a las malditas guerras y cabronas verdades, adiós a los asedios bloqueos cercos medidas coercitivas unilaterales criminales, adiós a las persecuciones y sanciones, económicos comerciales financieros, adiós al puto infernal dólar gringo go home con el reinado de la mujer entre hermosas nalgas abultadas. Si y solo si, la mujer gobernado con don Francisco y don Quijote, de entre el pensamiento y el temperamento.

Si pensamiento y temperamento, es decir pensamiento y condición, inteligencia y objeto, símbolo y objeto, es decir casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo 2001. Entonces sea dicho que decir pensamiento y temperamento, es decir que de entre pensamiento y temperamento, ha de estar el equilibrio dinámico dialéctico difuso en la mujer cervantina quijotesca de don Quijotes y de don Francisco. Ergo vergo sea dicho que la mujer, toda la mujer y todas las mujeres, del universo mundo espacio tiempo natura persona, están llenas y plagadas de casos correlativos límite contradictorios caliginosos de Maleo 2001. Que la mujer tiene el poder, a mas y más, pero y empero, del vientre, tiene el poder en la contradictoria razón averiguada quijotesca esencial húmedo radical, en la contradictoria ironía quijotesca cervantina de entre el pensamiento y el temperamento.



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Miguel Homero Balza Lima


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