En Venezuela no existe oposición sino posiciones interesadas, y son miles. Entre ese mar de posiciones, no puede forjarse un acuerdo de trabajo con el gobierno, ni entre ellos mismos, mucho menos un plan de acuerdo nacional. Por lo que se puede predecir, que se tendrá un nuevo fracaso en esa convocatoria del Presidente Petro a la Plataforma Unitaria (para discutir sobre un posible acuerdo entre nuestro gobierno y la oposición venezolana).

Lo más grave entre esas distintas corrientes dentro de la oposición es que ellas convergen, como ríos envenenados, hacia un gran mar de lodo y de guerras a cuchillo sin control. Están en esas corrientes envenenadas, los despedazados partidos AD y COPEI, cuyos cuadros se desintegraron y sus jefes huyeron como mujerzuelas al provocarse las primeras grandes debacles de principios del siglo XXI. Esas cursis huestes tratan de recomponerse. Están entre ellos, los reagrupados de los grandes naufragios que buscan desesperadamente una tabla para seguir tirando: de fracaso en fracaso, de traiciones en traiciones a sus seguidores, de engaño en engaño pero a la final descreídos de todo, así como también los del grupo que ayer estuvieron en la ultra-izquierda y que luego, sorprendentemente, migraron hacia la derecha (Proyecto Venezuela), que después nadaron hacia al centro, que luego se replegaron buscando aire, pero siempre de chapoteo en chapoteo...

Desde el lado del Comandante Chávez, siempre hemos luchado a brazo partido contra quienes degradaron todas nuestras instituciones, destrozaron nuestra bandera en todos los escenarios del mundo Occidental, y dejaron en la bancarrota al país, pero ahora, en este cambiante panorama en el que juega un papel crucial las redes sociales, tenemos que afinar, graníticamente, nuestra conciencia revolucionaria.

Así, pues, vemos que irán a Bogotá los apapuchados por el viejo Frente Militar, los hijos adoptivos de Ramos Allup, es decir, los fenecidos restos de Lusinchi y CAP. También, los rábulas de Salas Römer, los saltimbanquis de la entumecida "Sociedad anónima civil" dirigida por aquel empleaducho de "El Nacional", don Elías Santana…, de aquellos "Queremos Elegir", (¡pues, que elijan y qué!)…

En esos tantos naufragios, resurgen los fellows travel de la eterna embajada gringa, ahora bajo la dirección de míster James Story. ¿Volverán en estos rebusques, Pablo Medina, los edulcorados pequeños burgueses de los Big Boys de Primera Justicia, cuya obra suprema fue la de haber puesto a chillar un cerdo en plena Asamblea Nacional, siendo el jefe mayor de esa bancada quien huyó del país después de asesinar un niño?

Hay en estos revulsivos naufragios, una eterna comparsa de impotentes junto a esperpentos como William Dávila Barrios o Pérez Vivas. Por su lado andan la Sayona María Corina Machado, por el otro el redomado Majunche. Bajo cuerda se mueven el Falsón y Manuel Rosales. Quiere ahora el Guiadó jugar bajo cuerda y a cuatro bandas para ver si pega una, con toda la millonada que se ha robado.

¡Qué desbandada, Señor! ¡Qué despelote y qué amasijo de componendas ocultas y de cuchillos encaletados al por mayor! En medio de estas desgracias de la oposición están vigilantes los gringos y los europeos, siempre a la caza de alguna debilidad nuestra para meter sus cucharas. Saben que la oposición no tiene vida, que no podrán ir a unas primarias, y en los palacios de Occidente buscan a un fulano OUTSIDER que los puedas reordenar en sus pérfidos propósitos. Lo trágico es que nunca hemos tenido una oposición desde 1998. Y es una oposición (lo que existe) tan aberrante, tan asquerosa, tan disminuida, que pese a todos los horrores que hemos vivido en los últimos diez años aún pretende que sus líneas y estrategias se las sigan dictando los organismos internacionales: el Departamento de Estado, la OEA, la ONU... Son unos pervertidos inválidos, en eternas lloronas por muletas ajenas. Un tétrico cuadro sin salida que ha provocado entre los suyos la mayor desilusión, el más espantoso y delirante de los caos que se conozca en los anales de los pueblos…