Fíjense que digo "la más reciente de…" y no la otra frase que también se usa: "la última de…", para denominar lo ocurrido recientemente con el líder político de Voluntad Popular. Y lo hago por una razón, decir "la última" tiene también el significado de postrera, terminal, póstuma, y en política los finales de los liderazgos sólo se determinan a posteriori, luego de la desaparición física del actor. Betancourt, en esa "bonhomía" que no lo caracterizaba, llamó a Jóvito Villalba "cadáver insepulto", y casi inmediatamente el partido de Jóvito, Unión Republicana Democrática, contribuía al triunfo presidencial de Luis Herrera sobre Luis Piñerúa Ordaz, candidato de Betancourt, y años después, el insepulto demostró tener suficiente vida como para ir al entierro de Rómulo, donde incluso se permitió comentar con humor la frase que hemos señalado.
Guaidó abandona Venezuela por los caminos verdes, los cuales había transitado ya con anterioridad, incluso protegido por delincuentes colombianos. En esta ocasión lo hace con el acuerdo del gobierno de Maduro, que obligado le había permitido por varios años transitar sin problemas por la geografía nacional. Repite Guaidó lo sucedido con Leopoldo López, Ledezma, Simonovis y varios otros. Se presenta en Colombia, lo anuncia públicamente y hace saber sus intenciones; la embajada gringa en ese país delata su paradero, por lo que las autoridades migratorias lo encuentran y trasladan al aeropuerto acompañado siempre de funcionarios estadounidenses. Su pasaje para viajar a Miami fue aportado por el gobierno de Biden. Debo resaltar que, aunque era un ilegal en Colombia, no es deportado a Venezuela por el gobierno de Petro.
Los hechos sugieren fuertemente que el gobierno colombiano actuó para facilitar salidas ya concertadas entre el gobierno de Maduro, el Departamento de Estado y la oposición de la PUD, que entiendo es la que está hoy presente en Colombia. La llegada de Guaidó anunciaba una política opuesta a los objetivos de la conferencia convocada por Petro con participación de varios países y respaldada por EEUU, a la cual no había sido invitado el líder del triste interinato. El extremismo opositor, tanto de grupos políticos como de individualidades, varios pseudo periodistas entre ellos, y con Guaidó a la cabeza, intentarán distorsionar lo ocurrido para justificarse y tratar de sostener posiciones, que han demostrado un fracaso descomunal.
La soledad de Guaidó, a su llegada al aeropuerto de Miami, es terriblemente demostrativa de un liderazgo de una política que llega a su fin, y que sin piedad ninguna se lleva por delante a su máximo exponente público, abandonado en tan aciago momento hasta por su jefe político. Las derrotas generalmente no tienen padres, ni siquiera familiares ni amigos; sólo detractores, lo que no significa que no reaparecerán fórmulas parecidas, pese a su actual agotamiento, enarboladas por parte de quienes las sustentaron o por otros. El animal político parece ser dado a tropezar muchas veces con la misma piedra.
Por el momento, pareciera más importante prestarle atención a las últimas declaraciones del gobierno, las cuales parecen dinamitar la posibilidad de que la conferencia en Colombia logre avances en relación a la situación venezolana. Exigir que la Corte Penal Internacional deje de lado la investigación abierta al gobierno de Maduro, para simplemente volver a reunirse es un exabrupto que no creen posible ni sus mismos proponentes. Para lograr eso, que sí pienso se pueda lograr, pues no creo en esos cuentos de la justicia internacional representada por la CPI, el gobierno tendría que dar muchísimo más, quizás hasta entregar el poder. No sé si es a eso a lo que algunos quieren aproximarse con esta petición o si son las bravuconadas altisonantes a que nos tienen acostumbrado el gobierno de Maduro.
Sobre la petición de que liberen a Alex Saab no voy a hacer comentarios, porque me parece bochornosa. Pero, volviendo a Guaidó, al igual que lo ocurrido con muchos otros líderes, aquí y en el mundo entero, no es malo recordar que actuando en política no existen cadáveres insepultos.