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He aquí, cómo europeos y gringos, en dos siglos, lograron hacernos ver que lo nuestro es feo y que, en definitiva, nunca hemos servido ni serviremos para nada… Nos meten todos los días el HOLOCAUSTO JUDIO como lo más horrible que sufrido por la humanidad, cuando en realidad lo que ha pasado y aún sucede entre nosotros los latinoamericanos, a causa de la injerencia gringa y europea ha sido y es mil veces peor…
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Nos hicieron ver, y nos lo creímos, que todo lo indio, negro o mulato es feo (por esta razón llegaron a exterminar millones de indios, negros y mulatos, pues, además para ellos carecíamos de alma). Dictaminaron que somos incapaces de entender lo justo y lo necesario para nuestros países. Que en todo momento requerimos de ser guiados (como niños o atrasados mentales) en todo aquello que intentemos emprender. De modo, que a la postre acabaron por imponernos que lo poco que "sabemos" o "hacemos" ha sido y es gracias a los gringos o europeos. Que no merecemos siquiera vivir, y que desde el punto de vista práctico somos una carga y una desgracia para el planeta. Y nos inculcaron tan hondamente toda esta inmundicia, toda esta gangrena y miseria intelectual, que una vez implantados en nuestras almas y cerebros, nosotros mismo luego nos encargamos de imponerlos en nuestra educación y cultura, y somos los primeros en vocearlo por doquier, y en salir a difundirlo por el mundo de esta manera: ¡REALMENTE NO SERVIMOS PARA NADA!
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Millones de mayameros lo proclaman todos los días de mil maneras diferentes por las redes: "LOS LATINOS SOMOS UNA MIERDA". Y es tétrico e increíble como estos pobres miserables se ofenden cuando de alguna manera se critica los crímenes que comete Estados Unidos en el mundo. Eso para ellos, es peor que mentarles la madre.
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Y por eso a principios de siglo XX, el dictador que nos reprimía y asesinaba a mansalva (Juan Vicente Gómez), decidió que como nosotros no sabíamos nada de petróleo lo mejor que podíamos hacer era regalárselo a los gringos. Cuando la canalla intelectual de los positivistas (José Gil Fortoul, Laureano Vallenilla Lanz, Pedro Manuel Arcaya…), que adulaba al dictador, le rogó a este imbécil de que era hora de montar el parapeto de una Ley de Hidrocarburos, el tirano sentenció: "-Como los yanquis son los que saben de petróleo, entonces que sean ellos quienes la hagan".
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Nuestra "CULTURA", esa que nos impusieron CIERTOS sesudos de la intelectualidad positivista, como Laureano Vallenilla Lanz, Rufino Blanco Fombona y Rómulo Gallegos nos hicieron ver que el indio y el llanero representan lo peor del venezolano, una plaga y una maldición, la esencia de nuestra "flojera", de nuestra "dejadez" e "indolencia". El que sepa leer entre líneas verá que todo eso está plasmado (¡como una gran cosa!) en la novela "Doña Bárbara", cuando Gallegos plantea la tesis de que para "desarrollarnos", para "progresar" debemos ante todo matar en cada uno de nosotros al "centauro" que llevamos dentro. Siendo ese CENTAURO en definitiva el propio Simón Bolívar, la esencia de lo que nos dio la libertad.
