Ando realengo y como en el aire pese a yo ser un pataenelsuelo. A lo corto de estas líneas -eso sí, dictadas-, sin sentido quizá, hago esfuerzo truncado para profundizar acerca del camino histórico de mi patria bolivariana pero hoy, insisto, no he podido vincular el presente con sus raíces ni con el devenir, por lo que en vez de discurrir al respecto, detengo la perola y me voy a que el "Club de los pobres" (social y deportivo) a echarme un trancazo de ron lavagallo mientras mis superiores de esa entidad gestionan cocuy, que es la mar de sabroso y del que con yo ingerir sólo un cc de ese bicho se me abre la inteligencia (no artificial que ojalá) como un paraguas.
Bueno, a decir por todo el cañón y sin periquitos ni modestia aérea, me es ajeno el estéril ejercicio académico del que los blabis -+blebloblúes- hacen gala sobre el mapamundi de los mass media, que no sobre el terreno, para echarle ¡plooomooo parejo a Maduro!, pero tampoco es que lo empírico me lleva a ciegas de su mano de manera exclusiva ajuro y porque sí.
Sé que la práctica rompe la gramática pero, ... ¡un momentico, un "taime"!..., ¿qué fue primero, la práctica o la teoría?
Todo eso es importante, por lo que desestimo lo que fue primero o lo subsecuente; mas, lo que más importa -a mi modo de ver- es que la teoría carece de objetivo si no está relacionada con la práctica.
Por re o por fa es la mar admirable que la inteligencia natural pueda desarrollar la inteligencia artificial. Y es el caso, así que, al hueso.
Desde el viernes pasado me puse en antecedente de esa cuestión de las muchachas de Telesur y de VTV sendas IA una Sara y la otra Sira pero no pude constatarlo ese día.
_Pícale ojito y si notas que no te para bola y no te revira los ojos, es decir, te ignora es porque sea inteligencia artificial; pero si se disloca, se ruboriza al menos, esa es una inteligencia natural -me dijo la cotilla-; y yo, que sigo instrucciones al pie de la orden oral (no de la letra, obvio porque yo no sé leer pero me escriben), propuse y dispuse y he acá resultados:
Sara y Sira son IA; las exploré el sábado en una grabación que los compinches del Club me propusieron y efectivamente, oh, asombroso, ambas son IA y, más, hasta parecen hermanas o al menos primas.
Reconozco que yo soy poco inteligente y tengo cara de bobo pero esta vez me la comí de veras.