Simón Bolívar, Padre Libertador de Venezuela y las naciones andinas, visionario de trascendencia en el tiempo para alertarnos del peligro de nuestra libertad con el coloso del norte y los colonizadores del mundo. Genio del pensamiento, guía latente del sentir latinoamericano y de la lucha, espada que recorre los corazones del continente, de su gente y sus riquezas naturales, privilegiadas por la mano de Dios y apetecida por mil demonios. Reacción humana del hombre de las dificultades en el siglo XIX, enmarcada en los prejuicios de aquellos tiempos, en el que surge de lo más hondo de su sensibilidad como ser, y que coincide con la realidad calibrada ante una posible continuidad del cáncer de la esclavitud, sostenida no sólo en el hombre hasta el siglo XIX, y en merma en el siglo XX, sino que además y en sentido retrógrado, en la búsqueda de encadenar al hombre del siglo XXI. De allí, la necesidad de Bolívar de hacer su petición de un profundo cambio social, a la medida de las necesidades de los pueblos de América y de la libertad del hombre, así como de sus recursos naturales que abarcan trascendencia en el tiempo y el espacio: "reacción pasada, presente y futura..."
El Libertador decretó el fomento de la minería y su declaratoria ratificando el principio español de 1783 y en el que, las Ordenanzas del Rey Carlos III de España dictaminaba para la Nueva España (actual México), que la propiedad nacional sobre las minas le confieren la "Propiedad del Subsuelo al Estado", la misma fue extendida a Venezuela en 1784 por la Real Cédula y fue totalmente opuesta a la concepción de los países anglosajones que refieren lo siguiente: “el dueño de una propiedad debe ser poseedor también del bien del subsuelo que abarca”, pues bien, imaginemos esa teoría aplicada al espacio aéreo, los linderos de los mares, los ríos, el espacio radioeléctrico, así como las riquezas de una nación ubicada en determinado territorio y en poder de una sola persona. Por ello, no es casual que gran parte del territorio mejicano pertenezca hoy día a los EE.UU., justo donde se halla mas petróleo y que fue arrebatado a México de manera aberrante en el Tratado Guadalupe-Hidalgo en 1848, donde México hizo entrega de 2.000.000 km2 de su territorio por la cantidad de 15.000.000 de pesos que no fueron cancelados de manera inmediata. Hoy día, parte de este territorio Estadounidense comprende California, Nuevo México, Nevada, Utah, Arizona, parte de Colorado y otros más, y es en ese mismo grado de aberración, que quieren aplicarlo a nuestros pueblos de América en el presente a través de algunos tratados disfrazados, además se propone actualmente la construcción de un muro para evitar el paso de emigrantes mejicanos, que van en busca de trabajo y un mejor futuro hacia territorio norteamericano, cuando ya, los grandes muros que separaban a algunas naciones en el mundo han sido derrumbados. Hay muchos casos registrados en Latinoamérica de la mano Yanqui: Panamá tiene su experiencia en el canal que fue administrado por EEUU. durante años, así como la invasión a este hermano pueblo bolivariano de data mas o menos reciente, La Base Militar de Guantánamo en Cuba, donde se producen unas de las mayores violaciones de derechos humanos con los presos, por parte de militares estadounidenses y que insistentemente es denunciada a nivel mundial para su cierre definitivo, Las Malvinas Argentinas despojadas por ingleses, el caso de Venezuela que el 3 de octubre de 1899 en un Tribunal impuesto por EEUU. y Gran Bretaña, compuesto por 2 norteamericanos, 2 británicos y un ruso, emitió un laudo que Venezuela rechazó por ser una decisión irrita, la entrega de 159.500 kilómetros de territorio venezolano a Gran Bretaña, Venezuela, estaba representada por 2 abogados norteamericanos, ya que en aquel momento se desarrollaba una guerra civil, se perdió el Esequibo y casi también se pudo haber perdido el Orinoco (mayor reserva mundial de petróleo actual en su faja). La creación del Panamericanismo (hoy día la OEA “Organización de Estados Americanos”) es fruto de una teoría del norteamericano Monroe llamada “Monroista” que expresó: “América para los Americanos” pero intencionalmente de EEUU. (donde por cierto ellos ignoran que el resto de este continente también es Americano y ha sido impulsado hasta en el lenguaje coloquial).
Específicamente el 24 de octubre de 1829, y un año antes de su muerte física, Bolívar emite desde Quito el Reglamento de Minas para Colombia La Grande y es en 1830, al separarse Venezuela de Colombia La Grande, que el Congreso de la República ratifica la resolución que fue alabada por muchos y que también tuvo bastantes detractores. Esta ordenanza española no fue casual por quienes durante la conquista ya exportaban nuestro asfalto a España, existen referencias documentadas que datan una primera exportación de petróleo ocurrida el 30 de abril de 1539, en respuesta a una orden de la Reina de España quien en 1536 había ordenado que se enviara la sustancia a España en todos los navíos que zarparan de la Isla de Cubagua, asimismo los conquistadores, colonizadores y piratas lo utilizaban para carenar sus naves, y descubrieron además que nuestros aborígenes le daban uso medicinal desde la época prehispánica (antes de la llegada de Colón), porque conocían la existencia del petróleo en los rezumaderos de Oriente y en el Lago de Maracaibo, al cual denominaban Mene.
Luego, pasarían un poco más de 3 siglos para otorgar las primeras concesiones de explotación de asfalto en 1854 y 1865 respectivamente a ciudadanos venezolanos y es en 1878 que se funda la primera compañía petrolera venezolana "Petrolia del Táchira" propiedad de Manuel Antonio Pulido. La primera explotación se inicia en 1878 con el pozo Eureka, yacimiento que brotó en la hacienda "La Alquitrana" luego del terremoto de 1875 en Táchira. En 1914 la Caribbean Petroleum Company, propiedad de la británica-holandesa Shell, descubre Mene Grande, primer campo comercial del país y donde se perforó el pozo Zumaque I, pero es en 1922 donde nace el hito en la historia petrolera venezolana cuando ocurrió el reventón del pozo Los Barrosos 2 arrojando 100.000 barriles diarios de petróleo durante 9 días, lo que demostró la gran capacidad productiva de Venezuela y atrajo la atención mundial hacia esta tierra. Durante años Venezuela ha sido uno de los grandes productores mundiales de petróleo, grandes intereses se pasean a la intervención de nuestra industria petrolera, que por más de 100 años ha sido tocada por la mano extranjera. La mayoría de las guerras del siglo XX estuvieron vinculadas de una u otra manera al petróleo y al dominio de las fuentes de energía. Ahora, a modo de ocupar los grandes yacimientos y asegurarse reservas a futuro debido al gran consumo de los países industrializados, renacen en el nuevo milenio las ocupaciones e intervenciones militares, el aniquilamiento de poblados y hasta el saqueo histórico de naciones como Irak (de data milenaria), estos colonizadores intervienen además en el factor político, social y cultural de países energéticos y juegan en la conformación de la inestabilidad de los precios del crudo.
Actualmente y entrado el siglo XXI encontramos que las guerras no solo se pasean a la intervención del petróleo sino también del agua. En el decreto de Chuquisaca, del 19 de diciembre de 1825 sobre reforestación en gran escala en las cabeceras de los ríos, Simón Bolívar, demuestra su preocupación e importancia anticipándose a los tiempos modernos, le atribuía la defensa de los recursos naturales renovables, a los bosques y el agua como insustituible elementos vitales. Si tomamos en cuenta que el 97% del agua del planeta está en forma de océanos y mares, el 2.3% en forma de glaciares y apenas el 0.7% en agua dulce siendo un alto porcentaje de ella contaminada; entonces, es bien claro que el mundo entrará en una crisis mundial de escasez de agua en un tiempo no mayor a 20 años, debido estadísticamente al crecimiento acelerado de la población mundial que indican que desde 1950 se ha triplicado el consumo de agua. Hay ejemplos demostrados como el volumen de las aguas del Lago Chad en África, las cuales disminuyeron en un 90% desde 1960, en Europa se consumen 300 litros por habitante al día, dos veces menos que en EEUU y Japón, pero 20 veces más que en el África Subsahariana, una cuarta parte de la población de América Latina y el Caribe vive en zonas donde la demanda de agua es mayor que la capacidad de recuperación de este recurso, existen cifras que calculan la muerte de 3,1 millones de personas en el 2002 por enfermedades relacionadas con el agua como la diarrea y la malaria, por lo menos 6.000 niños mueren diariamente en el mundo por falta de acceso al vital líquido, unas 2.600 millones de personas carecen de instalaciones de saneamientos básicos, en las zonas que mantienen guerras existen las bombas de tiempo, porque durante los conflictos se dañan las redes de agua aumentando consigo enfermedades como el cólera y la diarrea, así que el agua potable salva más vidas que todas las instituciones médicas juntas del mundo.
Todo esto pudiera implicar el dominio de las reservas de agua y energía en el mundo por las superpotencias, para asegurarse así, la administración de los ríos y las reservas del subsuelo, y no estaría lejos de desencadenarse una posible tercera guerra mundial, al creerse los dueños del planeta, ya de hecho, científicos en el mundo alertan sobre el deshielo del Artico, el recalentamiento de la tierra, y el deterioro de la capa de ozono que ha traído como consecuencia, el desorden mundial climatológico del planeta, advirtiendo que con la disminución de los polos y su posible desaparición junto a la de especies animales como los osos polares, habrá una reducción de agua dulce y el aumento de los mares como una situación dramática que desaparecería en principio algunas islas, grandes olas de calor, aumento de la temperatura del planeta tierra y que en la proporción que lleva podría desaparecer aproximadamente en unos 100 años a la especie humana por completo. Quizás los países desarrollados trabajen aceleradamente en el dominio del espacio exterior y la potencial sustitución de la tierra en proyectos espaciales hacia nuevos destinos y planetas.
Debemos recordar que el Amazonas fue decretado “Patrimonio de la Humanidad”, y está conformado por varias naciones suramericanas como Brasil, Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, territorios vírgenes algunos y otros preservados por milenios a través de nuestros aborígenes. Por ser pulmón del mundo, ya la preocupación se centra en las escuelas de Norteamérica donde se les dice a sus niños que deben cuidar y proteger estos espacios para bien de la humanidad, ya que ellos le dan mas valor que sus propios habitantes, por esa razón no he de extrañar el famoso “Plan Colombia” como vía de penetración de estos territorios, precisamente impulsado por países que aportan la mayor contaminación e indiscriminado uso de la energía en el mundo y que tampoco han querido ratificar el Protocolo de Kyoto referido a planes para reducir la emisión de dióxido de carbono.
Actualmente se extienden a lo largo y ancho de los territorios de América y el mundo, cadenas de comidas rápidas (sintéticas), ubicadas en zonas y lugares privilegiados o estratégicos e igualmente abarcan amplios espacio exclusivos denominados “ferias de comida”, este tipo de negocios de comida, venden en concepción a un tiempo determinado, el uso de la marca o franquicia y exclusividad del producto pero, el punto físico o espacio territorial les pertenece, es decir, su negocio rentable va más allá de la comida rápida y se afianza en el de bienes raíces ya que durante ese tiempo se revalorizan estos espacios ocupando de alguna manera territorios en el mundo entero.
El despertar de la historia obliga a reflexionar sobre los tratados comerciales que buscan apoderarse de nuestras riquezas, qué papel deben jugar naciones como Venezuela, poseedor de una de las mayores reservas de agua en el suelo y el subsuelo del mundo, entre los primeros en garantizar gas para los próximos 100 años y primero en reserva mundial de petróleo comprobado, lo que le convierte en gran abastecedor energético en el mundo, parte importante del pulmón mundial del planeta y punto estratégico del orbe, además de conocida como una nación de tradición de libertad en su historia con un ejemplo en el tiempo de dignidad, en el siglo XIX con la lucha libertadora en América, en el siglo XX con los grandes cambios como la creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y país impulsor para defender los precios justos y la soberanía del mismo (teoría que en la actualidad se está llevando verdaderamente a la práctica con la llamada siembra del petróleo) y en el siglo XXI, por una patria digna que lucha contra tratados de libre comercio y de iniquidades como el ALCA (Alternativa de Libre Comercio para las Américas) o los TLC (tratados de libre comercio) que ponen sus ojos para el dominio de nuestros pueblos y sus riquezas naturales, por eso, como contraposición nace el Alba (Alternativa Bolivariana para América) que marcará la pauta de una nueva América Latina que nos fortalecerá desde nuestras propias raíces y pensamientos arraigados en nuestros aborígenes y padres libertadores, afianzando desde el sur la puesta en marcha y la unificación de los pueblos latinoamericanos para ser siempre tierras soberanas y libres, incluyendo el desarrollo del hombre en lo económico, lo político y lo social, que vive atrapado en la tecnología como esquema de globalización, porque nos corresponderá inventar también la Organización de Países Exportadores de Agua, la Organización Amazónica de Oxígeno al Planeta y la Comunidad Económica del Agua y la Energía, para el bien del mundo nuevo desde un punto de vista del derecho humano más que de una razón mercantilista, ahora, el alerta de Bolívar recorre la América para su unión, la defensa de sus recursos y el sueño de la justicia y la equidad. El nuevo modelo de democracia protagónica y participativa sustentada en el desarrollo endógeno, vuelve de nuevo las miradas del mundo hacia esta tierra llamada Venezuela, que invoca el pensamiento bolivariano como la realidad práctica que invita a los pueblos de la América Latina a la unión y fortaleza de nuestras soberanías.
"La naturaleza se embellece es para decirle al mundo que vuelva cara a la paz"
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