Menuda consecuencia: no de cine de terror ni de horror, sino de buena vida en acción sin guerra económica inducida que lamentar y yo que creía que, en mi país se vivía mal, apoyado sin reserva por tantos venezolanos que ahora mismo deambulan por el mundo tratando de enderezar situaciones por no poder entrar como quisieran a los EEUU como recodo de no esclavitud con visa en mano sin sudar, feliz y contento, alejado de la Patria, pero con la somera ilusión que dentro de muy poco estará nadando con el sueño americano de trabajo hasta el cansancio y, libertad es libertad, quizás, sin sentir vergüenza, la que pesa sobre nosotros los desinformados por estar otros gozando del bien común retenido pues, tenía que estar preso allá en una cárcel de Tocorón, sin semáforo en rojo siempre en amarillo.
Claro que estoy molesto pues, tenía que estar preso, viviendo a millón, mejor que estando libre como lo estaba en mi isla, pero pelando por todas las situaciones habidas y por haber, sin luz, sin agua, sin gas y, tras de 20 lts de gasolina en largas colas que ahora hay que hacerlas fuera del pueblo cada ocho días y corriendo dos veces al día al supermercado Río a ver a comprar a otros lo que no podía por lo poco que recibo como jubilado y pensionado del Estado.
Solo me queda recordar la canción, yo era muy feliz, pero no preso en Tocorón, ni de vainas, que en Margarita años atrás en la cárcel de los cocos los presos tenían de todo sin envidiarle en nada a lo que sucedía en Tocorón, consecuencia inmediata de apreciación, quiere vivir mejor: vaya preso y deje de sufrir.
Los venezolanos no deberían quejarse y, saben por qué, porque tienen el mejor país el mundo, todo a su alcance, pero... hay que aprender a vivir con más por menos.
Acá en Barcelona-España, los chóferes de automóviles no hacen cola porque las bombas son automáticas, le meten euros y sale gasolina y ya.
En Venezuela se pudiera hacer lo mismo con el carné de la Patria, lo introduces en la bomba y marcas 20 o 40 lts y después aceptar y listo, y por qué no. Somos tan honestos como el que más en el mundo y eso de seis a nueve de la noche y sin nadie que vigile el servicio.
Acaso no existía un Tocorón libre, más fácil bombas libres, meta y saque, con un país en revolución y en democracia la vida es más precisa y, sobretodo honestidad que con honestidad se vive mejor.
Somos lo que queramos -reza el dicho.
¡Viva Venezuela!
Acá en Barcelona hay de todo, pero su gente es muy seria, acá no se saluda como allá. Ni buenos días. Ni buenas tardes. Ni buena noches. No sé si rezan. Pero se come mucho. Existe el intercambio de monedas lo que se perdió en nuestro país que, cuando nos deben dar vuelto nos dan cubitos o caramelos u otra cosa y, acá hay euros y su decimales en monedas, claro allá son modernos, acá es la vieja Europa donde se consigue yuca, tamarindo y, se respetan los semáforos
Y hay libertad para todo y, se vive y dejan vivir. Nadie te molesta.
Pero la verdad es que no sé si también tienen su Tocorón, pero lo más seguro que como el de Venezuela jamás y, menos mal que el gobierno de Maduro tiene los ojos abiertos y más ahora que estamos en la buena con los chinos.
Pero, se acabó Tocorón por bien de los presos que ahora como que les salió cárcel a la buena de dios.
Es decir se acabó el bienestar de los presos de Tocorón.
Mientras, la vida será otra para presos que eran de Tocorón.