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La última estrategia gringa en Venezuela es tratar de levantar la inhabilitación a María Corina Machado para luego tirarnos un chamorrazo. Y persisten en la jugada, y persistirán hasta el fin de los mundos. Hoy la prensa mundial publica a grandes titulares: ENTRE LAS EXIGENCIAS DE WASHINGTON ESTÁ LA LIBERACIÓN DE ESTADOUNIDENSES DETENIDOS EN VENEZUELA Y DE PRESOS POLÍTICOS VENEZOLANOS. "PARA NOSOTROS ES UNA CONDICIÓN SINE QUA NON PARA ESTE ACUERDO, Y HEMOS TRANSMITIDO CLARAMENTE NUESTRA EXPECTATIVA DE QUE ESO SERÁ UNA PARTE CLAVE DE LA APLICACIÓN DE ESTE PROCESO". ¿Y en el acuerdo dónde está firmado eso? ¿Es un acuerdo con la oposición o con EE UU?
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Para rematar en los poderosos medios: "Políticos opositores consultados, aunque manteniendo la inquietud, tienen la esperanza en que estas medidas le añadan al proceso de primaria un nivel adicional de motivación y una mayor participación ciudadana que permita al candidato ganador contar con la legitimidad necesaria. DEBE HABILITARSE A MARÍA CORINA MACHADO , líder de todas las encuestas…"
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Por esto mismo Simón Bolívar mando al CARAJO los gringos en 1817, y entendieron el mensaje. Encaró EL LIBERTADOR al agente gringo Bautista Irvine, quien estaba trabajando a favor de los realistas, y le dijo que si hasta Estados Unidos se aliaba con los españoles, nosotros estábamos dispuestos a luchar incluso contra el mundo entero a favor de la causa de nuestra libertad. El gringo se fue con el rabo entre las piernas.
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Los gringos históricamente siempre han sido muy arteros. Cuando se ven perdidos te dan la mano, te sonríen, dicen "sorry", pero siempre llevan un puñal encaletado para que al menor descuido clavártelo. Estos cerdos nunca olvidan una ofensa, siempre la cargan entre ceja y ceja, hasta que dan su estocada.
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Los gringos respetaron a Pancho Villa, hasta le vendieron armas, les daban abrazos y compartían copitas de tequila brindando por sus triunfos. Pero le fueron preparando la celada, hasta que lo cogieron y le metieron diez kilos de metralla. Así son.
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Anduvieron de besitos con Medina Angarita y Rómulo Gallegos, los pasearon en carros descapotados por Washington. Pero los gringos únicamente creían en tipos como el dictador Juan Vicente Gómez (a quien le pagana un dólar por cada barril de petróleo que sacaban). Halagaron, pues, a los pobres de Medina y Gallegos como grandiosos demócratas. Les hicieron homenajes fabulosos, a sabiendas de que no les servían para sus negocios petroleros, y los echaron a los perros dictadores por orden de Nelson Rockefeller (el íntimo amigo de Rómulo Betancourt). Hasta ahí.
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La monstruosa puñalada trapera a Gadafi, resume totalmente la catadura de estos coños de madre gringos y europeos. Cómo besaron en Francia y en Italia a Gadafi. Sarkozy y Berlusconi lo amaban con devoción catatónica. Cómo lo cargaron como el hombre más grandioso y progresista de África, hasta que todos a uno (la hiena de la Hillary y el Obama) luego le descargaron sus puñaladas hasta descuartizarlo. Sarkozy se cogió los 300 mil millones de dólares de la reserva que entonces tenía Libia. El resto lo mondaron los perros gringos.
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Así se cargaron a Jacobo Arbenz en Guatemala, a Sandino en Nicaragua, a Allende, a Bosh, Joao Goulart…
