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Lo más destacado de la reunión de ayer en San Vicente y las Granadinas ha sido la presencia de la comunidad caribeña con el hermoso mestizaje, las todas las posibles combinaciones de negros, indios, mulatos o zambos. Es decir, no fue una reunión que estuvo dirigida y controlada por los supremacistas, racistas gringos o europeos. Eso es un gran triunfo, en el que no se metió la intriga de la OEA ni CIJ.
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En cambio, para la posición de María Corina Machado, un negro vale si está respaldado por un fuerte poder blanco, gringo o europeo. Por ejemplo, Collin Power apoyado por Bush en aquella guerra contra Irak era un portento de hombre respetable; Obama protegido por el grupo Bilderberg, junto con su mujer fueron los negros más bellos de la tierra. Es así como todos los antepasados de doña María Corina coincidían con Teodoro Roosevelt, en que Cipriano Castro era un horrible y asqueroso mono.
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Para ella, para doña María Corina, Irfaan Ali es bello, con ese tremendo candado que se gasta en su barbilla, con esos sólidas y abultadas gafas que le dan cierto aire intelectual; ese porte marcial ampuloso y ligero al andar en plan de dirigir sus huestes, sobre todo cuando en plena selva izó la bandera de su país en el terreno del Esequibo. Ella lo ha dicho: "Ese sí es un negro fino".
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Ciertamente, en la reunión de ayer jueves, en San Vicente y las Granadinas lo que había eran negros pa’lante. Allí no estaba un británico, un estadounidense bello como John Bolton, Antony John Blinken, John Kirby, Mike Pompeo, o Kissinger. Aquello de veras, para ella, fue un negraje de lo más cutre y burdo: Roosevelt Skerrit (negro); Dickon Mitchell (negro); Philip Joseph Pierre (negro); Mia Amor Mottley (negra), Philip Edward Davis (negro), Keith Rowley (negro), Ralph Everard Gonsalves (negro) y el más negro de todos Irfaan Alí.
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Eso para mí ha sido un verdadero triunfo para la diplomacia de paz de la república Bolivariana de Venezuela, ese encuentro en San Vicente y las Granadinas. Felicitaciones, pues, a nuestro pueblo, u OJO AVIZOR.