Para Washington llegó la hora de frenar en seco la penetración china en la región. Venezuela, el mayor exponente de la misma, se transforma así en el aquí y ahora de la determinación estadounidense de confrontar a esa presencia. A ello se une el centro de poder de: Moscú, que nada tiene que buscar en un país situado a tres horas de vuelo de Miami. Más allá de la especificidad de sus problemas, Venezuela es el escenario de un forcejeo geopolítico mayor. De otro lado, la posición de Estados Unidos hacia China ha dado un viraje de 180 grados. En palabras de The Economist: “La convergencia murió. Estados Unidos ve hoy a China como un rival estratégico, malevolente y no confiable Demócratas y Republicanos compiten en sus ataques a China. Desde finales de 1940 no se veía un cambio tan rápido entre sus élites en torno a la idea de que el país confronta a un nuevo rival ideológico y estratégico”.
Iniciamos el año 2024, con un mundo impactado por los conflictos de Ucrania y de Gaza, dos guerras que la paga el pueblo estadounidense. En la actualidad la agresión de EE.UU, en contra del pueblo venezolano, continua Las noticias se han acelerado e incluso precipitado estas últimas semanas en Caracas, que ha regresado a la primera plana de los grandes medios internacionales. Como víctima de la Casa Blanca. Después de los inesperados acuerdos entre el Chavismo y la Casa Blanca, representada en la mesa de negociación por la oposición extraparlamentaria en Barbados, en octubre pasado, y la suspensión, por parte de Washington, de algunas medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela, Es bueno aclarar no hay suspensión de sanciones, solo hay licencias de operación para algunas operación. EE.UU, ha constituido a Venezuela en una colonia que solo puede hacer lo que el colonizador indique, con la complicidad de sus aliados y a solicitud de la oposición venezolana.
En la confrontación de Venezuela, con Guyana, por la recuperación de la Guayana Esequiba, se intensificaron las tensiones, debido que en dicha trama enfrentamos a: EE.UU, al Reino Unido, Israel, Canada, ONU y la OEA. Esta realidad coloca a Venezuela, en el centro de la confrontación mundial. Guyana, con la complicidad de sus aliados multiplicaron las provocaciones, en alianza con la empresa Exxon Mobil y la Armada de Estados Unidos, en la región reclamada por Venezuela, desde hace más dos siglos de la Guyana Esequiba.
La insatisfacción de Washington, con Caracas, no son nuevas. Así durante el gobierno del Presidente Barak Obama, sanciones focalizadas y personales, el inicio de una política más punitiva, la conformación de una coalición anti Maduro. EE.UU, ha insistido en la internacionalización de la crisis venezolana, con el propósito de colocar sobre la mesa la cuestión de la intervención externa en sus diversas variantes. Cuando se observan otras experiencias internacionales ajustadas a esta realidad, se identifican argumentaciones que intentan ser legitimadoras de este accionar. La primera, la de mayor capacidad de convocatoria, se apoya en un sentido de urgencia para aliviar a amplios segmentos de la población local de una severa debacle humanitaria. En medio de estas turbulencias, Venezuela, consiguió, el pasado 20 de diciembre, un gran éxito diplomático al obtener la liberación de Alex Saab injustamente raptado y secuestrado por Estados Unidos desde hacía casi cuatro años.
Después de la liberación de Alex Saab, este diplomático se ha transformado en un fenómeno mediático mundial, ha permitido al mundo reconocer parte de la realidad del pueblo venezolano, producto de las agresiones de la Casa Blanca y sus aliados, en contra del pueblo venezolano.