Nota: Este trabajo forma parte de uno de mis libros sin publicar, cuyo título hasta ahora es "Facetas de historia regional". Lo escribí asociado a un viejo sueño y proyecto, que en la escuela se estudie la historia de la región correspondiente. Es esta una de las tantas maneras de combatir el colonialismo, dado que el modelo capitalista impuesto entre nosotros, se fundamenta en un centralismo exacerbado, donde el capital, pese en gran medida haberse originado en una propiedad del común, como lo es la renta petrolera se invierte determinantemente en las áreas que ha convenido al capital externo y el inherente a los poderes de determinadas regiones. Y esto no es más que una herencia del colonialismo en la era del capitalismo. Y como verá el lector, es esta la VI y última parte de este tema, "La Guerra Federal en oriente". Las anteriores pueden leer siguiendo los enlaces abajo colocados:
Parte I: https://www.aporrea.org/actualidad/a327645.html
Parte II: https://www.aporrea.org/actualidad/a327784.html
Parte III: https://www.aporrea.org/actualidad/a327981.html
Parte IV: https://www.aporrea.org/actualidad/a327981.html
Parte V : https://www.aporrea.org/actualidad/a328314.html
La desconfianza entre los jefes del movimiento federalista era tal que Ezequiel Zamora, según versión de uno de sus oficiales, recomendaba a sus hombres de confianza, entre quienes estaba el testigo citado, irse del país, marginarse de la guerra y la política en caso que él muriese porque los demás jefes liberales no le merecían confianza. Esta declaración, sirve también para entender que Falcón se preguntase, de aquella manera al saber que el General Sotillo, Julio Monagas y Miguel Sotillo, arribaron al Baúl.
Es importante también, para comprender las dudas de Falcón, que según González Guinán, en esos días, "se dijo, no sabemos si con fundamento, que el General Miguel Sotillo, hijo y jefe del Estado Mayor del General Juan Sotillo, aspiró a ocupar el puesto que en el ejército federal había dejado vacío la muerte de Zamora, pero la aspiración, si la hubo, no se hizo trascendental".
De modo que la interrogante de Falcón sobre Sotillo, ya mencionada antes, es definitivamente importante para interpretar el movimiento contrario al avance sobre Valencia. Pero también es cierto, como ya hemos señalado con pruebas en las palabras mismas de Falcón y como veremos más adelante, no disponía de los medios para garantizar la victoria sobre las fuerzas de Cordero, atacándole en aquella ciudad.
Pero hay unos antecedentes importantes. El General Sotillo, había enviado a Ezequiel Zamora, a su cuartel general, una carta confidencial en la cual señaló lo siguiente:
1.- El Ejército Federal de oriente reconocía al General Ezequiel Zamora como único Comandante de los Ejércitos Federales de la República.
2.- Que este ejército oriental contaba con 6.000 lanceros de a caballo, de los cuales 3.500 marchaban hacia los llanos occidentales para auxiliarle. En la nota se le califica a Zamora como "jefe de los verdaderos liberales revolucionarios". Y esa calificación la consideramos como muy sugerente de la conflictividad en el movimiento liberal. También se dice que 2.500 lanceros de caballería permanecerán en oriente para invadir Caracas en el momento oportuno, penetrando por la Cortada del Guayabo.
3.- Que el General Zamora, no se deje "embelecar" por los señoritos patiquines que perdieron al General José Tadeo Monagas.
Esta última condición, es relevante; significa una toma de posición del General Sotillo contra quien fue, durante muchos años de combate, desde los inicios de la guerra de independencia, su comandante, compadre y hombre al cual había profesado gran amistad y lealtad; es decir hace alusión al General José Tadeo Monagas..
No obstante, Falcón y Sotillo se pusieron de acuerdo en apariencia, sin mayores dificultades y se prepararon para entrar juntos en combate frente a las fuerzas de León Febres Cordero. "Falcón y Sotillo, dánse en este lugar (El Tinaco) un abrazo fraternal y ofrécele el segundo al primero su constancia y fe a los principios revolucionarios y directamente a su persona". (Emilio Navarro, obra citada, Pág. 108.)
Según el mismo autor mencionado antes, el ejército federal se puso en movimiento, llegó a los alrededores de Valencia, pero Falcón no atacó a esa ciudad "por causa, según el general en jefe, de pertrechos insuficientes".(Pág. 109)
Este mismo autor, testigo presencial, señala que "al levantar el campamento cercano a Valencia, se hizo en el más completo desorden. Lo que aprovechó el general León Febres Cordero para cortarles en la sabana de Coplé" y agrega "Falcón y Sotillo, tropiezan con este obstáculo insuperable". (Pág. 110)
Es más, el mismo Emilio Navarro afirmó que ante aquel escenario, aquellas dificultades que había creado al dejarse atrapar en un espacio donde era imposible que su mayor ventaja, la caballería no podía maniobrar y menos combatir, optó (Falcón) por deponer el mando y entregarlo "a un general Díaz que se hallaba entre nosotros, para que diese a Cordero en sus propias posiciones una batalla decisiva".
Veamos como describe Juan Vicente González en "Venezuela y los Monagas", de Monte Ávila, el área de Coplé.
"El tortuoso caño del Caracol, que forma la laguna de Coplé, corta del norte al este la célebre sabana de ese nombre; en su centro, otro caño, pequeño y atascoso y que parece dirigirse al sur, cambia su curso al este en busca de la misma laguna. Las cabeceras del pequeño caño y el grande en toda su extensión, están rodeadas de monte, más alto que el del Caracol y más tupido, desde las palmeras hasta las cercanías de la laguna. El punto en que confluyen los dos caños, estrechan la sabaneta conocida bajo el nombre de Rincón de Coplé, fue el teatro de la batalla. Limitan al oeste la sabaneta, el espeso palmar, que se extiende al sur, camino de San Fernando. Y que continúa al naciente, hasta dar con el Caracol en su curso al Apure"; y agrega, quien fuese un contumaz adversario de Sotillo, "Formó Falcón su ejército entre el caño, el bosque y la laguna".(Pág. 96)
Carlos Destruge, en su libro "Biografía del General León Febres Cordero", Imprenta Nacional, Guayaquil, informa que el paecista "Después de algunas escaramuzas, convencido que Falcón esquivaba el combate, operó en el sentido de cortarle la retirada, obligándole a la lucha en las Sabanas de Coplé". Agrega "Al divisar en descubierta al enemigo, situado entre la laguna y un espeso bosque, ordenó Febres Cordero que la vanguardia se dirigiera al trote sobre el paso del Caracol, mientras el resto del ejército se movía ocultado por la propia vanguardia".(Pág. 43).
Es obvio que este autor reitera como Febres Cordero, condujo premeditadamente a Falcón hacia aquel espacio estrecho, entre la laguna y el espeso bosque. O lo que es lo mismo, Falcón, comandante en jefe, no impidió que su contrincante le condujese a donde su mayor ventaja quedaba paralizada y anulada, la caballería del General Sotillo.
Pero leamos lo que sigue; el General J. Villasmil, envió una carta al General León Febres Cordero, devolviéndole a éste su diario de campaña, en la cual le habla de Coplé. En aquella carta hizo Villasmil el siguiente comentario que corrobora lo que señaló Destruge: "El hecho es que el enemigo creyó que la vanguardia del Ejército de UD., vista y contada por uno de sus Generales, era toda la fuerza que lo amenazaba, y contando con la superioridad se animó a aceptar la batalla, que no habría aceptado si UD. no le hubiese ocultado su fuerza con su oportuno cambio de dirección".
Antes, en la misma carta, Villasmil afirma que el enemigo (Falcón), no debió retirarse del frente de Valencia, "si hubiese descubierto, como debió descubrir a todo costo, la nueva dirección dada por Vd. a su ejército". Se refiere a la maniobra para llevarse a Falcón hacia el escenario de Coplé. En lugar, agrega Villasmil, de "al amanecer le hubiese echado encima toda su caballería sostenida por algunos cuerpos de infantería".(Pág. 59-60).
Según Federico Brito Figueroa, en "Tiempos de Zamora", quien se apoya en los testimonios de los oficiales zamoristas Emilio Navarro, Francisco Pulido y Joaquín Rodríguez; jefes veteranos como Pedro Aranguren, Jesús María Hernández, Benito Urdaneta y hasta el propio Juan Sotillo, recomendaron insistentemente amenazar a Valencia y obligar a Febres Cordero a salir de esa ciudad para enfrentarlo en la Sabana de Arao o en el Campo de Carabobo, donde la amplitud y condiciones generales del terreno, permitirían hacerlo, sólo con la caballería. Siendo esto así, la carencia de municiones, tantas veces alegada por Falcón y sus partidarios y portavoces, sería suplida por la supremacía federalista en cuanto a hombres de a caballo.
Febres Cordero poseía una infantería de unos 5000 hombres bien armados y descansados. En tanto que la caballería federalista era ostensiblemente superior en número, con probada combatividad y al mando de una oficialidad experta. Al frente de ella estaba un hombre que venía combatiendo con éxito desde 1814, en las filas independentistas de las llanuras orientales, Juan Antonio Sotillo.
Falcón prefirió trasladar el escenario a otro sitio y llevó sus tropas hasta donde le acorraló Febres Cordero. Algún autor parece sugerir que la inusitada responsabilidad de aquella marcha fue de Sotillo, quien hacia allá condujo la caballería. Guzmán Blanco, años más tarde en la tranquilidad de París, por proteger a Falcón, fue uno de quienes hizo aquella acusación, agregando lo de la falta de pertrechos. Pero tal argumento queda perfectamente desechado, cuando consideramos que la máxima autoridad del Ejército Federalista, en aquel momento, reposaba en las manos de Falcón.
Brito Figueroa, en la obra que antes mencionamos, atribuye a una simple bravuconada de Falcón, a "quien siempre se le escucharon expresiones mediante las cuales exaltaba su condición de macho" (Pág. 148), el haber aceptado el reto de Febres Cordero en aquellas condiciones. Y dice eso el historiador citado porque hay evidencias que muestran que Falcón, inició el combate con ataques de infantería, pese a su alegato de no poseer municiones y como en pocos minutos, el ejército de a pie de Febres Cordero, derrotó y puso en el más completo desorden a las fuerzas de su adversario.
Su fuerza, que descansaba en la caballería, quedó anulada, al ser encerrada entre aquellos barrizales, caños de agua y espesa vegetación. Por lo que Sotillo quedó paralizado, sin espacio para maniobrar ni lanzar ataques a la abundante infantería enemiga. Por esto, Lisandro Alvarado, en su obra antes citada (Pág. 238) afirma "Sotillo parecía más proteger la retirada que acometer formalmente".
El propio Falcón, según se extrae de los "Documentos Políticos y Actos Ejecutivos de la Revolución Federal", Compilación de Joaquín Gabaldón Márquez, expresó que "Derrotada completamente el ala izquierda del enemigo y desorganizada dos veces la derecha, el centro no pudo dar un solo paso adelante. Tan vigoroso y parejo fue el ataque, que si tengo diez cartuchos más entierro la oligarquía bajo los escombros de su postrer ejército. Pero todavía conservo la expresión del rostro de los soldados, cuando violentados por mí para siguieran cargando levantaban la cartuchera y abierta, me la mostraban completamente vacía". (Pág. 96)
No obstante, el historiador venezolano J.A. Armas Chitty, en su obra "Vida Política de Caracas del Siglo XIX", alega que Coplé "es un buen ejemplo de cómo Falcón no aglutinaba aspiraciones", tanto que según el autor mencionado, diversos cuerpos de tropa, sobre todo de caballería se negaron a combatir. Y explica aquella actitud porque en ello "influyó, sin duda, la muerte de Zamora". Pero agrega, que pese a todo, incluso a la incapacidad de Falcón, tampoco Cordero "supo aprovechar el triunfo". (Pág. 137).
Alega además, para sustentar su criterio que jefes importantes como Pedro Aranguren y Calderón, se negaron a acompañar a Falcón a Coplé, precisamente por las desavenencias con éste y que solamente se mantenían en la guerra por ser zamoristas. Menciona que el primero de los nombrados, después de Coplé "A poco ataca a Barquisimeto y gasta inútilmente el parque que no quiso poner a la orden de Falcón". (Pág. 115).
Mientras los defensores de Falcón, atribuyen la derrota al General Sotillo, a quien señalan de haberse quedado paralizado y como dispuesto sólo a cuidar la retirada, lo que coincide con el hecho que Febres Cordero no pudo consolidar su victoria y sus adversarios pudieron salir de aquel atolladero aparentemente en las mejores condiciones posibles, otras voces muy respetables, como las que hemos utilizado antes, culpan a Falcón, quien por descuido, desconocimiento o falta de control de las fuerzas bajo su mando, más que audacia del comandante enemigo, permitió que la caballería, que era su punto fuerte, fuese encerrada en un espacio donde no pudo moverse y entrar en combate en el momento oportuno.
Entonces cabe preguntarse, como tantos lo han hecho, si las fuerzas de Falcón carecían de municiones y pertrechos, tanto que al parecer estuvo tentado de dirigirse a Colombia en procura de los mismos, dato que él mismo confirmó de manera reiterada, ¿por qué condujo sus tropas hasta Coplé, donde menos le convenía combatir a Febres Cordero?
Hay evidencias, hasta dadas por él mismo, que muestran que Falcón, inició el combate con ataques de infantería, pese a su alegato de no poseer municiones y como en pocos minutos, el ejército a pie de Cordero, derrotó y puso en desbandada a las de su adversario. El mismo Falcón, ya leímos arriba, dijo que si hubiese tenido diez cartuchos más hubiese hundido al enemigo y como sus hombres le mostraban las cartucheras vacías.
La caballería, es cierto, casi no pudo combatir. Estaba inmóvil, atrapada en un espacio que le impedía desplegarse en combate.