El caso de Tarek El Aissami es el caso del madurismo. O quizás, evidencia al chavismo como "caso". No solo porque, como han insistido múltiples "análisis e interpretaciones", se trata de la típica purga donde se repiten (siempre como tragicomedia) unas circunstancias que ya los historiadores han estudiado en abundancia y que niegan los creyentes e ingenuos, desde las purgas estalinistas, hitlerianas y maoístas, hasta la frase que siempre sacan a relucir desde la Francia del siglo XVIII: "la revolución devora a sus hijos" (atribuida a Robespierre o a Dantón, es decir, los Lenin y Stalin de la revolución francesa). Para la conciencia de los críticos y opositores, se confirman, por ejemplo, muchos señalamientos de corrupción que ya tienen décadas de añejamiento, incluso aquellos "sonidos del río" de las acusaciones norteamericanas de la conexión del gobierno venezolano con el narcotráfico. Para la conciencia de los seguidores, los militantes honrados y fieles que todavía existen, viene siendo un horrendo ruido (vale la rrrrr), es decir, una inmensa disonancia cognoscitiva, y aún más: quizás un trauma de terapia urgente. Aunque siempre hay quienes dicen: creo porque hasta combaten la corrupción ¡Santa Simplicidad! Decía Bruno los beatos cuando lo maldecían camino a la hoguera.
Por ejemplo: de acuerdo a las palabras mismas del Fiscal estrella, el otro Tarek, cosas como la "guerra económica", la monstruosa devaluación del bolívar, el dominio del mercado paralelo del dólar, la caída del PIB desde el 13, la hiperinflación, todo eso que se llamó "guerra económica", para dar a entender que su causa única eran los Estados Unidos y sus aliados "terroristas" de aquí, todo eso se explica mejor con la milmillonaria manipulación de la "maffia" El Aissami. En otras palabras, la amiga Pascualina Curcio deberá revisar todos sus análisis econométricos. La cosa tenía una causa interna, incluso gubernamental: la inmensa y bestial corrupción; no sería exterior, el imperialismo. Claro, también pueden invitarla a meterse sus estudios "por donde le quepa". Ya se lo dijeron a Jefes de Estado de la importancia de Petro y Lula ¡Por favor!
Entonces ¿no hubo tal guerra económica? Pregunta el fiel y leal militante. Bueno: sí hubo sanciones económicas que afectaron a partir del momento de su decreto, es decir, 2016 más o menos. Pero la crisis había comenzado antes, si recordamos bien. Además, se profundizó por las operaciones de altas finanzas de estos "pranes" (¿o serían más bien simples "luceros"?). No, no hubo "guerra económica", estimado militante honrado. Al menos, no en la forma como la difundieron. Claro que hubo sanciones y sus efectos, pero parte importante de la crisis se debió a la corrupción desarrollada por los mismos jefes.
Sí, los mismos jefes. Porque El Aissami fue un jefe importante del madurismo y del chavismo. Solo veamos esos videos incómodos de cómo se deshacían Chávez y Maduro en elogios a la rectitud, la capacidad, la valentía (sobre todo) de Tarek. Y aquí se remueve la conciencia del militante leal y honrado ¿Cómo no se dio cuenta el Comandante? ¿Cómo no se dio cuenta el Presidente?
Y aquí la resistencia de la creencia trata de disolver la disonancia (se trata de poner en cuestión todas las capacidades extraordinarias que hemos atribuido al Líder: eso nunca. O quizás algunas veces. Solo cuando se dice "por algo será"), mediante un cuento, una nueva capa de ideología. "No pudieron no haberse dado cuenta", se dice, evidenciando que siempre les hemos atribuido una suerte de omnisciencia divina. "Sólo estaban esperando el momento oportuno para castigar a esos desgraciados". Este pensamiento va acompañado de una apreciación acerca de sí mismo: ¿quién soy yo para dudar? "Los jefes son los que saben. Hay que tener confianza y fe".
Esa justificación es un escudo al malestar, por ejemplo, que expresan Clodovaldo González y Ludibrio en artículos y twitter (o X, como quieran) ¿Por qué la censura de "arriba", esasa acusaciones de impertinentes, imprudentes, cuando preguntábamos dónde estaba El Aissami todo este tiempo? ¿Por qué nos mandan a meternos la pregunta "por donde nos quepa"? ¿Acaso ya han comprobado que nuestro orificio íntimo tiene tanta flexibilidad y holgura como los Petro y Lula? ¿Acaso esa operación introductoria, es placentera para quien insta a repetirla? ¿Sobre todo cuando no es propio el culo que duele?
Pero una nueva disonancia abruma el oído ético de la militancia ¿Y los actos represivos hacia los nuestros? No importa que metan presos a los "vendepatria" que llamaron a la invasión gringa. Pero ¿por qué desaparecen y hasta torturan a Alfredo y Aryenis por denunciar la corrupción en PDVSA? ¿Cómo resarcir el daño? ¿Dónde está Alcedo Mora desde el 2015? ¿Dónde, los cincuenta trabajadores acusados de "agentes de la CIA" no se sabe ante cuál tribunal? ¿Cómo explicar que ya van varios presidentes de PDVSA acusados de corrupción? ¿Y los casos viejos? ¿Los elefantes blancos de las vías férreas, de las instalaciones de la electricidad, de las refinerías de azúcar, donde desaparecieron igual miles de millones de dólares? Vamos poco a poco, a ver si nos cabe.
¿Por qué, por ejemplo, expulsaron de VTV y prácticamente del país a punta de amenazas de muerte, a Alberto Nolia, justo después de haber señalado, con "hechos puros y contundentes" la vinculación de El Aissami con aquel narcotraficante y familiar suyo, Mackled, que repartía neveras y cocinas en el sur de Valencia, usando una camisa roja y levantando el puño, en el gesto típico de los héroes revolucionarios? Esos señalamientos, con documentos incluso, hechos por Nolia, ¿acaso no dan un aire de verosimilitud (es decir, algo parecido a la verdad) a las acciones jurídicas en Estados Unidos contra las actividades de narcotráfico de altos funcionarios y militares venezolanos a las órdenes del Comandante Supremo? ¿Clíver Alcalá no ha afirmado bajo juramento (ante un tribunal gringo, es verdad) que actuaba cumpliendo las órdenes de Chávez mismo? Claro, aquí la disonancia impide escuchar ya.
Escudriñemos un poco más en esas resistencias del creyente. "El Jefe siempre sabe lo que hace. Estaba esperando el momento oportuno. Correlación de fuerzas ¿entiendes?". ¿Qué se evidencia aquí? Pues otro fragmento de ideología, de mentalidad de seguidor leal, creyente, "santa simplicidad". Se trata de que todas esas formalidades judiciales del "debido proceso", de los "jueces naturales", de "aplicación de las leyes", de la "institucionalidad democrática", son guevonadas de la "democracia burguesa", como dicen que decía el camarada Lenin. Y por eso mismo deleznables, ante la realidad de las fuerzas (sobre todo físicas) que se enfrentan en el campo de batalla. La política (mejor, la policía política) está por encima del Derecho y hasta de la Justicia. Por eso le dicen a Clodovaldo y Ludibrio que son impertinentes, imprudentes, y que hasta "le hacen el juego al enemigo", cuando preguntan ¿dónde estuvo Tarek todo este tiempo? ¿cuáles fueron las circunstancias de su detención? ¿se cumplieron con las normas? Por eso eran agentes de la CIA los que hicieron algunas preguntas y hasta exigieron explicaciones (¡válgame! ¡qué insolencia!) ante las inconsistencias de la película de terror del asesinato de Carlos Lanz, por ejemplo. Más disonancias. La única manera de resolverla es recayendo en la fe: El Comandante todo lo sabe, incluso lo que hace. El perdón, en todo caso, no tiene que ver con "no saber lo que se hace". Sino en que todo lo que hace está bien. Viejísima discusión teológica: Dios no hace cosas buenas, sino que las cosas que hace son buenas porque son hechas por Dios ¡Ufff!
Okey. Vamos a otros temas relacionados, ya no tanto con El Aissami, aunque sí, también con él. Imposible que salga liso, siendo como fue, Gobernador de Aragua cuando tuvo su momento de mayor esplendor el hotel cinco estrellas que tenía el Tren de Aragua en Tocorón ¿Por qué nunca se investigó cómo se desarrolló ese emporio del crimen organizado? ¿Por qué llegar hasta el nivel de conflicto diplomático con Chile (que tiene un gobierno "de izquierda", aunque, según Rodríguez, "cobarde", con un orificio tan grande y flexible como para alojar también sus comentarios) en una discusión acerca de la existencia misma de una organización criminal de alcance continental, internacional? ¿Acaso no demuestran múltiples estudios que, desde mediados de la segunda década de este siglo, este tipo de actividades en el continente llegó a su clímax, extendiéndose más allá de México y Colombia, sus nidos originales? ¿Son falsos los delitos que los señalan en varios países: Chile, Perú, Estados Unidos? ¿Para qué esa discusión ontológica, de si existe o es una ficción, el "Tren de Aragua", asumida hasta por el Fiscal estrella y nada menos que por el canciller de la República?
¿Nos permiten una suspicacia? Esa discusión ontológica sobre el "Tren" ¿acaso no es una forma de desviar la sospecha de que esos delincuentes tenían vínculos orgánicos con el mismo gobierno que elevó hasta la Vicepresidencia de la República y presidente de la principal industria del país a un señor "Pran", de traje y porte impecable?
Por supuesto toda esa ideología, colindante con la teología, con el autoengaño, con la neurosis obsesiva, con el duelo por el muerto en fase de negación, es funcional con una concepción patrimonialista del Estado (es decir, que el Estado es propiedad de los dirigentes), disfrazado de un leninismo "pret a porter", que ofrece frases para desestimar la institucionalidad, el respeto a las reglas, el debido proceso y demás cosas que no son sino "ideología del estado como aparato de clase y de la democracia como burguesa". Igual que esa pendejada (que igual, pueden ver cómo se lo meten…por donde les quepa) de denunciar el ventajismo de usar la televisora del Estado para seleccionar el tema de la campaña de uno de los candidatos, por más que sea el Presidente.
Chico, tenemos de Presidente un tipo que habla con Dios directamente, y hasta discute de teología con uno de los guías espirituales evangélicos más importantes del planeta ¿Vas a venir a ponerte a dudar de la capacidad de tu orificio para soportar tantas dudas? ¡Vamos! ¡Aleluya!