Quien desde las bases haya militado en la revolución que Chávez lidero y al día de hoy no sienta malestar, descontento y dosis importantes de apatía, decepción y desengaño político o no está siendo del todo sincero consigo mismo o dejo de ser un "simple militante de base" y lo mueven intereses de otra naturaleza.
Intentando no condenar a los que aun apuestan sinceramente a que el Presidente Maduro, y quienes lo acompañan en la titánica tarea, continúe lo que Chávez comenzó, confieso que yo personalmente perdí casi cualquier esperanza en esa posibilidad. Para mi basta ver las cosas que ocurren, a diario en el país, el tratamiento que se le da y contrastarla con las cosas que ocurrieron y el tratamiento de las situaciones en los tiempos de Chávez.
Aclaro de antemano que no me ubico entre quienes, viniendo de la militancia de base del chavismo, comenzaron a creer que la solución política al país esta en manos de MCM y que hoy la encarna el candidato de la plataforma Edmundo González Urrutia. Sentí pesar, ver a un exministro de Chávez, a quien llegué a admirar, declarar recientemente su adhesión al candidato de la plataforma.
Meses atrás leyendo a un intelectual que otrora destaco como "reconocido intelectual", salvando las diferencias con quien tuvo y tiene méritos intelectuales y académicos propios y que le valieron el reconocimiento y las relevantes posiciones que ocupó y desempeñó, me identifico con el, cuando entre otras cosas dice, "Me he convertido en un independiente radical, mas bien en un escéptico".
No faltaran los que me acusen de ser un nostálgico del pasado y de estar entre quienes no superamos la partida física de Chávez, y según ellos, el fin de un proyecto político. Quizás tengan mucha razón, aunque en mi defensa diré que a pesar de los 11 años que han transcurrido de la partida del Comandante, es en los últimos meses cuando parece estarme ganando la partida la decepción y el sentimiento de fracaso político. Pero tampoco tendría problemas en admitir que si soy un nostálgico y que ahora cuando se conmemoraban los 22 años de abril de 2002, me convencí de que es cierto que fue mejor la revolución que vivimos en tiempos de Chávez. Fue todo mejor especialmente en el terreno de los sueños, de las utopías y de las esperanzas de redención de un pueblo y de una sociedad.
Mis saludos y respetos, especialmente a quienes desde las bases apoyaron y hoy día con todas sus contradicciones siguen apoyando lo que Chávez dejo inconcluso.