Nunca he dejado de sorprenderme eso que llamamos la "sabiduría popular", que usualmente está resumida y concentrada, también muy sabiamente, en términos, dichos, refranes, valores, creencias y formas de pesar, que se han transmitido socialmente de generaciones en generaciones, lo que significa con claridad que les han sido útiles a las distintas sociedades que los han utilizado incluso por siglos. Han resistido entonces el criterio de la práctica social, de su enfrentamiento y contraste cotidiano con la realidad, quizás el escollo más difícil de enfrentar por cualquier propuesta de una sociedad. Me refiero concretamente al dicho utilizado por Ramón Guillermo Aveledo, un opositor considerado serio y que en general ha apoyado a María Corina Machado como candidata ganadora de las elecciones primarias opositoras.
En un mensaje de su red X, refiriéndose posiblemente a las discusiones existentes sobre la distancia que debería existir entre la actual lideresa opositora y el candidato presidencial inscrito por la PUD, de manera que éste no apareciera como una marioneta o como alguien presionado por la señora, dijo que le venía en estos días a la mente (https://x.com/aveledounidad/status/1784171854560633083) un dicho popular: "ni tan cerca que queme al santo ni tan lejos que no lo alumbre", con lo cual expresó sin meterse en honduras, lo que tenía que expresar, y que muchos otros, correligionarios y no, han venido advirtiéndole a María Corina y a González Urrutia desde hace ya cierto tiempo. Debo decir en este momento que ese refrán o dicho popular, utilizado exactamente con el mismo propósito, se lo escuché a Eduardo Fernández hace ya muchas semanas, en una reunión política privada tenida junto con otros amigos en su despacho. Me pareció muy ilustrativa entonces, tal y como lo es ahora.
Entiendo perfectamente que María Corina, luego de muchísimos años de trabajo político intenso, tenga que tratar de mantener e incrementar como sea la posición de liderazgo que actualmente tiene, que tanto le ha costado y que tan endeble puede ser, por lo que es fácil que pueda caer en ligerezas y en acciones un tanto desmedidas, como las que tuvo con su tocaya, a quien difícilmente la dejó abrir la boca en algún momento. Hoy, con ya un candidato presidencial inscrito, debe ser mucho más cuidadosa de manera de no quemarlo innecesariamente, ni facilitarle al gobierno tomar acciones contra el mismo, por lo que no debe, como las velas que se colocan a los santos, ni estar tan cerca que lo queme, ni tan lejos que no lo alumbren. Decir que Edmundo es candidato y que ella será también candidata y Presidente, no es algo que ayude mucho en el sentido de ganar, de cobrar y de gobernar. Pudiera interferirlo.
Pero no es sólo María Corina quien, por estar más fogueada y tener más experiencia política debería cuidar al candidato, sino que también el candidato debería cuidar su imagen y no estar tan pendiente de estar reconociendo permanentemente el liderazgo de la lideresa cada vez que habla de algo. No puede comportarse como lo hacen los funcionarios de Maduro: sus ministros, viceministros y directores, o sus generales, almirantes y coroneles, que luego de cada palabra sienten la obligación de afirmar que eso es idea genial de "mí Presidente", que actúan con su imagen por delante, en una suerte de fanatismo degradante que los hace aparecer como totalmente subyugados al "jefe".
Hay varios dichos que ilustran lo que señalo. Hablamos de una conducta aduladora: "jala pero no te guindes" (https://decualquiervaina.blogspot.com/2007/02/jala-pero-no-te-guindes.html), que alerta contra la adulación es exceso, que es hasta mal sentida por el adulado; "ni tan calvo ni con dos pelucas", que invita a que las cosas no se exageren, sino a mantener el equilibrio. Hay que recordar, además, que "el que tiene boca se equivoca", "primero es la obligación que la devoción", "el que no oye concejos no llega a viejo", "más vale prevenir que lamentar", "en boca cerrada no entran moscas", "guerra avisada no mata soldados", "el ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona", "el necio es atrevido, el sabio, comedido".
Edmundo González Urrutia, en algunos momentos ha tenido posiciones que lo hacen aparecer con la autonomía e independencia deseada en un jefe de Estado: habló de no vender PDVSA, rechazar las sanciones gringas, haber condenado el golpe de Carmona y considerar el Acuerdo de Ginebra como la base para nuestra reclamación del Esequibo, todo lo cual va en su favor; empero, ha sido ambiguo en otros temas en los que luce dependiente de la lideresa para sus posturas futura. Le recuerdo que quienes voten por él estarán votando por él y no por María Corina. Él es el candidato inscrito; no María Corina. Ojalá lo internalice pofundamente.