Continuamos con la segunda parte de este artículo acerca de la campaña presidencial actual. Esta vez, aplicaremos la matriz FODA a las principales candidaturas, ya en la calle y en los medios, para identificar las más apreciables fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas.
Antes de entrar en materia, es bueno recordar algunas cifras de referencias, para ilustrar algunas tendencias históricas. En primer lugar, la tendencia decreciente de la votación del PSUV (con esto, de paso, corregimos un error en el primer artículo de este tema). En segundo lugar, la tendencia de que, cada vez que la oposición u otro factor decide abstenerse, ha favorecido al gobierno. Usaremos datos oficiales del CNE. Veamos:
En 2012, Hugo Chávez Frías obtuvo el 54,42% de los votos (8191132), mientras que su contendor por la oposición, Henrique Capriles sacó el 44,95% de los sufragios, es decir, 6591304. Al año siguiente (2013), ya muerto el líder del chavismo, su sucesor a la cabeza de su factor político, Nicolás Maduro, logró en las elecciones presidenciales el 50,61% (7587579), contra Capriles, con una votación del 49,12% (7363980). Nótese que Maduro superó a Capriles en poco más de 200.000 votos. En las elecciones parlamentarias de 2015, el Chavismo obtuvo el 32,93%, mientras que la Oposición se anota un triunfo al conseguir el 65,27% de la votación. En el 2017 se produjeron unas elecciones de gobernadores, que arrojaron los siguientes resultados: chavismo: 55,07%, la oposición, agrupada en la MUD, 44,31%. Recordar que se venía de dos años de gran agitación política, la elección de una Asamblea Nacional Constituyente convocada por el Presidente de la República, sin consulta, desviándose de la conducta de Chávez de consultar al pueblo. En las elecciones presidenciales de 2018, el grueso de la oposición decidió abstenerse, acusando de ilegítimos los comicios. Nicolás Maduro obtuvo 6190612 votos (67,82%) y Henri Falcón, candidato de un sector opositor que se apartó de la alianza MUD, 1917036, es decir, el 20,93% de los votos. La abstención y la división afectó evidentemente el ascenso político de la oposición. Aun así, es bueno advertir la caída electoral histórica del chavismo, de la votación de Chávez en el 12, a los 7587579 de Maduro en 2l 13, y los 6190612 de 2018.
Políticamente, hay que tomar en cuenta que el chavismo sufrió una mutación, tanto la evidente en sus políticas económicas y sociales, como en la composición de su elenco directivo. Se consolidó el esquema de corporativización de las Fuerzas Armadas y la integración de su Alto Mando en una dirección cívico-militar del factor político PSUV, partido que entró en una fase de fusión con el Estado. Así, se terminó de configurar una modalidad venezolana de bonapartismo, en que el sector militar se integra al burocrático, pero también se convierte en una corporación con intereses económicos particulares, al asumir la explotación de minas y sectores de la actividad petrolera. Eso también se nota en la toma por cuadros militares de importantes dependencias del Estado, en primer lugar, la presidencia y gerencia de PDVSA. Al mismo tiempo, los colaboradores más cercanos de Chávez son desplazados por un nuevo elenco de dirigentes, entre los que destacan los hermanos Rodríguez, Jorge y Delci, pero, sobre todo, Tarek El Aissami, un supuesto infiltrado que, en su momento, a partir de 2017, fue una especie de "consentido" del Presidente.
También hubo desprendimientos en el chavismo. Pequeños pero significativos grupos: ex ministros (por ejemplo, Giordani, Navarro, etc.), organizaciones como "Marea Socialista" y, desde el 19, el Partido Comunista, que termina asaltado judicialmente y sustituida su dirigencia natural por otra impuesta desde el Estado. Maduro introdujo en su discurso el despectivo de "izquierda trasnochada" para todos aquellos sectores que se movilizaron contra su política de eliminar el salario, pagar la deuda externa de cualquier manera y flexibilizar impuestos para el capital extranjero, quien fue invitada también a negociaciones que se han mantenido en secreto en virtud de la Ley Antibloqueo, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente.
Pero ya entremos en la Matriz FODA de las opciones principales:
Nicolás Maduro:
Fortaleza: tiene el control sobre las instituciones del Estado: especialmente, los tres poderes públicos y la Fiscalía. Esto también incluye los Cuerpos de Seguridad del Estado, lo cual se ha convertido en un uso arbitrario de la fuerza, como lo muestran los casos de desaparición forzada (desde Rocío San Miguel, pasando por dirigentes sindicales, periodistas y activistas de partidos de oposición señalados de "conspiradores") y arbitrariedades como el cierre del hotel donde se alojó MCM en el Zulia. Además, este control estatal se ha manifestado en ventajismo y peculado de uso de los recursos nacionales, utilizado para logística del Partido de gobierno. Cuestión inconstitucional, sea dicho de paso. También ha habido ventajismo de uso de medios del Estado y limitaciones de la libertad de expresión: cierre de 11 emisoras, 62 agresiones a periodistas y medios y control de agendas (fuente: CNP).
Oportunidades: El control oficial del CNE y de organizaciones de base, como los CLAP y muchos consejos comunales, permite un control efectivo de los votantes, como puede evidenciarse en la reciente de cisión de crear muchos centros de una sola mesa. La posible nueva flexibilización de sanciones por parte de los EEUU, podría permitir obtener recursos.
Debilidades: La principal es la impopularidad (o rechazo popular) registrada por todas las encuestas. Por otra parte, se aprecia falta de ofertas electorales. Ni promesas, ni proyectos para los próximos años. Clientelismo del más pedestre en organizaciones nuevas como el partido FUTURO de Héctor Rodríguez. Se prometen más de lo mismo. Continuismo. Aparece como debilidad también todas las implicaciones del caso TEA. Y eso no lo contrarresta la imagen de comiquita de "Super bigote", personaje creado presuntamente para llegar a los más jóvenes.
Amenazas: El rechazo popular se intensifica por la deplorable situación laboral y económica de la generalidad de la población. Todo es una amenaza al apoyo al gobierno: apagones; la situación de la salud, la educación y los servicios en general. Las actitudes autoritarias también pueden intensificar la alienación de apoyos internacionales. Aparece, la fragmentación del PSUV y la insatisfacción por las implicaciones del caso TEA: los "infiltrados" se evidencian como protegidos del momento de Maduro. Este aparece como engañado, "cornudo", ante la militancia. Trata de echarle la culpa de todo. También está la amenaza del crecimiento de la popularidad de MCM y en general la oposición. La polarización pareciera no beneficiar al gobierno.
Edmundo González Urrutia
Fortalezas: El candidato sustituto, al parecer definitivo de MCM, se beneficia de los últimos aciertos de la oposición: inscripción de candidatura por varios partidos, apariencia de unidad de los opositores en la Plataforma, popularidad transferida por MCM, asunción de la vía electoral contra el abstencionismo. Incluso, el hecho dado de la Polarización política, que ya es parte de la cultura política del venezolano. La oferta propiamente electoral es atractiva: diálogo y transición concertada, retorno de vigencia de la Constitución. Imagen moderada y de "viejo sabio".
Oportunidad: El crecimiento de la candidatura es el crecimiento de la opción del cambio político, más allá del representante. Se trata de un voto castigo y el descontento es generalizado.
Debilidades: Hay que anotar la división de los opositores, aunque amortiguada, pero que se nota en las disputas por la organización y maquinaria electoral por parte de los diferentes partidos y factores. Se nota que falta un aparato electoral eficaz. Hay quienes anotan en esta categoría la peculiaridad del candidato: su carácter de sustituto o delegado de MCM. Esto lleva a la confusión de algunos activistas que presentan como candidato a MCM. Además, se trata de candidato que adrede no tendrá presencia de masas.
Amenazas: Además de la intensificación de la represión sistemática por parte del gobierno, e incluso la posibilidad de un zarpazo contra la tarjeta de las opciones que lo apoyan. Habrá más detenidos y desapariciones.
El espacio no nos alcanza para aplicar la matriz FODA a las otras candidaturas. Cerraremos sintéticamente considerando la de Ecarri, quien tiene como fortaleza un discurso contra los dos polos que puede llamar la atención a los ni-ni o quienes quieran reconstruir una opción diferente desde la izquierda. Pero se anota como debilidad la falta de estructura de base en todo el país y, en general, ausencia de un aparato electoral que defienda el voto en las mesas.
En próxima entrega, consideraremos otros factores de contexto como la situación internacional y otros desarrollos concretos. Todavía falta que ocurran muchas cosas en esta campaña de consecuencias muy profundas en la historia del país. En estas elecciones, se juega un nuevo acomodo entre las élites políticas y los intereses de las fracciones del capital. Tal vez presenciemos una transición, sí, pero del bonapartismo madurista a otros bonapartismos. La importancia del petróleo venezolano y otras riquezas en perspectivas en medio de la Guerra Fría actual, también influirá.
En todo caso, hay que destacar de nuevo la importancia de la Constitución como programa mínimo y mediano plazo para todas las fuerzas populares.