Los inventores de ficciones, cuentistas y novelistas, acostumbramos referirnos a lo que observamos a nuestro alrededor, alguna cosa leída o contada por un conocido, para elaborar nuestros libros. Hay autores que lo han hecho con la meticulosidad propia de un científico. Escritores relevantes como Truman Capote o Flaubert, partían de recortes de prensa para realizar sus conocidas obras "A sangre fría" o "Madame Bovary". En todo caso, la libertad propia de los escritores tiene que ver con la conciencia de que sus creaciones son consideradas algo así como un juego, es decir, una actividad que, aunque potencia ciertos sentimientos y actitudes auténticas, está truncada en sus fines últimos; simula alguna realidad. Es tan solo un "como si" que constituye otro mundo posible, con el único defecto (¿defecto?) de que no existe.
Esa imaginación es la que se usa en muchas serias herramientas de las ciencias sociales. Por ejemplo, la construcción de escenarios, original del marketing y la gerencia, ya ha sido vulgarizada por los "analistas políticos" en las redes sociales. Así, una circunstancia, como la que se va configurando para la fecha de las elecciones presidenciales, se le intenta atrapar, a falta de bolas de cristal o disposición de las cartas del tarot, las cuales tampoco son muy precisas que se diga, mediante ejercicios de construcción de escenarios, de los cuales se evalúa los más o menos posibles.
En este caso, habría que empezar por la fecha. Efectivamente, es la que fijó el CNE para las elecciones presidenciales, pero ya muchos comentaristas han especulado que puede ser suspendida por algún evento de grandes consecuencias, como podría ser una situación de guerra con Guyana. Se refiere esa posibilidad a una "revelación" de un alto mando militar en desgracia. También se han referido a decisiones pendientes de la TSJ, como la relacionada con la tarjeta de la MUD, que anularía la postulación del candidato que encabeza casi todas las encuestas: Edmundo González. Directores de empresas encuestadoras, como Luís Vicente León, han resaltado que esa ventaja en las exploraciones de opinión pública, no garantiza nada, si no se despejan esas incertidumbres, vinculadas a la fortaleza del gobierno de controlar la institucionalidad, comenzando por el CNE, siguiendo con el TSJ y culminando con las Fuerzas Armadas. Cabría pensarse ¿por qué no usar ese poderío? Bueno, aquí entran los que sacan cuentas de costos y beneficios. Que si costos de la transición o de "mantenimiento".
Antes del 28J pueden pasar muchísimas cosas, efectivamente. Diosdado Cabello ha mencionado una supuesta dolencia de la próstata del candidato opositor, además de las limitaciones propias de su edad. Bien ¿qué tal si especular acerca de un yeyo o patatús del abanderado opositor, justo cuando, para sacarse la joda de que es un muñeco en las rodillas agraciadas de la señora Machado, ha decidido sumergirse en esas masas que el diputado Cabello (uno de los míster Hyde del gobierno) marca como un futbolista, siguiendo los recorridos de MCM? ¿Acaso no tuvimos ya un Comandante enfermo de muerte haciendo campaña, al que pusieron a dar discursos en la lluvia y hasta firmando a distancia decisiones delicadas?
Ya la Asamblea Nacional de mayoría oficialista rechazó airadamente la observación electoral de la Unión Europea. Los insultos no han faltado frente a la decisión, que después se echó para atrás según tengo entendido, de levantarle las sanciones personales a Amoroso, apellido que se presta a muchos chistes tontos dadas las circunstancias. Rodríguez, que suele invitar a meterse por donde les quepa cualquier cosa, a los que tocan con el pétalo de una rosa al proceso político venezolano, tampoco ha mostrado mucho amor a los europeos. De modo que ya se han colocado obstáculos para que el 28J sea una fiesta cívica con el reconocimiento internacional. Otro raspón.
Una actividad importante que debe hacer la oposición en todas sus expresiones, es la capacitación o preparación de los testigos y miembros de mesa en los centros de votación. Se ha hablado de tomar fotos de las actas. Disponer de salas situacionales. Eso es un esfuerzo de organización y entrenamiento importante. Sobre todo, porque ya está anunciada la continuación de los ventajismos usuales, incluidos el uso de recursos estatales a todo nivel, e, incluso, algunos nuevos: instalación de puntos rojos cerca de los centros de votación para controlar la movilización, generalización del voto asistido, uso de los recursos del estado para garantizar la maquinaria, cierre de los procesos de escrutinios al público por pura arbitrariedad, acciones amedrentadoras de las bandas armadas oficialistas, etc. En fin, no se trata únicamente de explicar el procedimiento de votar, lo de las colas, la ubicación en los cuadernos, sino de lineamientos políticos convenientes en una situación ciertamente muy tensa.
Ya están las experiencias de las primarias de la oposición, del referendum sobre el Esequibo y las "consultas" sobre obras que hizo el oficialismo. Ya sabemos que la mentira es lo más usado en esos casos. El manejo frente a los "fake news" debe ser también muy eficiente. Así mismo, hay que tener respuestas preparadas frente a posibles arbitrariedades de las fuerzas de seguridad del Estado. Igual de importante es el acceso y relación por los observadores internacionales, si es que estos por fin van a ser permitidos.
Aquí cualquiera puede imaginar mil narraciones. Durante el 28 de julio pueden surgir o acabar mil amores. Pueden suscitarse cualquier cantidad de altercados, riñas, enfrentamientos entre grupos adversarios, con heridos y hasta muertos. Cambios de última hora. Rumores de movimientos de tropa y golpes de Estado. Denuncias tempranas de fraude. Denuncias tempranas de magnicidios. Más pleitos internacionales a cargo de los carritos chocones amorosos Rodríguez y Cabello.
En todo caso, en esas situaciones encontrará su verificación la existencia o el avance de las negociaciones que hoy siguen su curso. Algunas propuestas de estos pactos (desde el de Eduardo Fernández, Víctor Álvarez o Luís Fuenmayor) se basan en un conductismo básico (incentivos y/o castigos) y en un individualismo metodológico propio de la microeconomía (incentivos positivos y negativos). Las ciencias sociales ofrecen cualquier cantidad de explicaciones para el comportamiento humano, algunas basadas en inferencias a partir de intereses; otras, considerando verdaderos "cálculos" de costos y beneficios de cada "actor". Popper recomienda hacer un modelo de situación suponiendo, en teoría, la máxima racionalidad (inteligencia) de los actores, para contrastarlo con lo que efectivamente sucede, y darle entrada a la explicación, a esos factores poco racionales, emotivos o, simplemente, locos. Incluso, hay autores (Elster, por ejemplo) que recurre a dichos de la sabiduría tradicional para dar explicaciones. Los proponentes de esos pactos o acuerdos, llenos de incentivos para el madurismo para que este entregue la banda presidencial y se dé la famosa "transición" (palabra maldita para los amorosos peleones Rodríguez y Cabello) sin sobresaltos de las dimensiones de una guerra civil, en caso de la victoria arrolladora de EGU.
Mientras tanto, en este "antes del 28J" que vivimos hoy, lo único patente es el interés de los Estados Unidos por nuestro petróleo, patente en la multiplicación de las autorizaciones a las compañías; la agresividad verbal y de la otra por parte de los amorosos; las ofertas de diálogo y reconciliación, amnistía general y negociación, de EGU; el ataque a ambas cabezas de la polarización por parte de Antonio Ecarri, buscando ganarse a los que le da asco votar por alguno de los dos extremos; la búsqueda de expresión propia de una izquierda que, como siempre, luce fragmentada en, por lo menos, cinco toletes; el apabullante ventajismo oficialista, la negación de la libertad de expresión, la continuación de las desapariciones forzadas, y la conversión de los evangélicos en activistas del gobierno. Los propagandistas, twitteros y cuadros de base del gobierno usan el miedo, un terrorismo sui generis, para advertir de presuntas persecuciones y actos de odio en caso de victoria opositora, sin parar mientes, o no hacerle disonancia, que ya esas persecuciones y odios están en curso, incluso contra sectores honestos de la base chavista. Seguirán los apagones diarios de 7 horas por concepto de racionamiento para evitar reconocer que el Sistema Eléctrico está colapsado. Y así, por el estilo, seguirá esta terrible cotidianidad de urgencias de los venezolanos.
Todo eso ya da para una novela, o por lo menos, un "ejercicio narrativo" como los que propone José Balza, y que espera al laborioso escritor que convierta todo eso en una serie de Netflix.