La sombra de una guerra civil en Venezuela pareciera solo un decir de voces agoreras y guerreristas, pero no es así del todo. A mí juicio no creo que se produzca una como tal, partiendo del hecho que el venezolano es una persona alegre, jodedora, costumbrista, echao palante y las realidades entre estados y pueblos difieren uno del otro, aunque hay que estar claro que la estanflación, la falta de gasolina, el peo del racionamiento eléctrico, la burocracia y hasta la guerra económica inducida nos afecta a todos por igual; en el llano dicen que hay que tener cuidado porque de cualquier gamelote salta el tigre, es decir que no podemos ignorar o desconocer los actos terroristas que han cometido la dirigencia opositora contra todo lo que huela, se parezca o pinte rojo rojito. Todavía está fresca en la mente de muchos la infausta idea -hecha realidad- de prenderle candela a un ser humano, como fue el caso de Orlando Figuera, que su único pecado ese día fue asistir a una marcha escuálida cuando su fenotipo alertaba a sus asesinos que era chavista por su color de piel, también está fresca en la memoria de muchos motoristas, popularmente llamados motorizados, el degollamiento de aquel compañero en días de la operación guarimbera: La Salida, liderada por Leopoldo López, Maria Corina Machado y tantos más.La oposición habla de reconciliación sí ganan las elecciones el próximo 28 de julio, de manera particular dudo que obtengan el triunfo, cuando el mensaje de odio que han enviado de forma permanente ha hecho mella en muchos compatriotas que piensan que la mejor manera de acabar con la revolución bolivariana es matando a todo aquel chavista.
Insisto en que no creo que vaya haber una guerra civil en nuestro país, pero si creo que se pueden dar episodios terribles como el de Figuera o escaramuzas como la de Macuto, más cuando los lideres opositores no han descartado del todo su inmundo deseo que fuerzas de ocupación de la Otan entren a nuestro suelo sagrado. No creo en verdad que se produzca una guerra civil en Venezuela, ya que muchos, pero muchos compatriotas que se fueron a otros países buscando mejor calidad de vida, entienden que el problema es netamente político, no económico, que para mala suerte esa situación afecta la economía, el presupuesto familiar, sueldos y salarios es otra cosa.
La época de la guerrilla en la selva de Yumare, la sierra de Falcón y los parajes andinos son recuerdos de los años 60; la tecnología telefónica y satelital, los drones, los Smart tv y hasta los motores de búsqueda de Google hacen que una guerra de guerrilla -de llevarse a cabo- pudiera cobrar forma y cuerpo distinto de las que tuvieron lugar hace más de medio siglo. Y no quisiera hablar de esta generación de jóvenes, que según los psicólogos denominan: generación de cristal, es decir que se rompe tan fácil por su fragilidad que no aguanta el rocío de la mañana. Ojo, no los estoy subestimando, pero imagínense a los chamos de hoy en el monte soportando la más feroz nube de zancudos, tomando agua de ríos o pozos, comiendo hongos y ratas de campo o durmiendo en los árboles y cobijados con una hoja de plátano o topocho. ¿Será? Cambiando el tema y para concluir, quiero felicitaciones a todos los que tienen que ver de manera directa o indirecta con la radiodifusión, ya que ayer se celebró su día.
Saludos a la gente Conatel: " Trabajamos para el pueblo".
Araure, 07 de mayo del 2024