La lucha por las emociones y los sentimientos

Estos días previos a las elecciones, y cada vez con más fuerza, la guerra va ser por y con las emociones y los sentimientos. Eso que nos domina siempre, aunque no queramos e, incluso, creamos que tenemos entre paréntesis. A eso (Freud lo llamó "Ello") les han dedicado profundas reflexiones los filósofos, especialmente los estoicos, quienes centraron su doctrina en su control; y antes Aristóteles, con su doctrina del justo equilibrio. Hasta los estudios Disney le han dedicado específicamente películas animadas (claro: hablo de "Intensamente"). Toda la literatura, la narrativa, la poesía, se trata de ellas, igual que las artes en general. No es sorpresa entonces que se descubra que la política también es acerca de las emociones y los sentimientos, tanto individuales como masivas.

Y la ciencia. Desde la neurociencia, hasta los estudios del dolor vinculados a la anestesiología y, por supuesto, la psiquiatría. El psicoanálisis, con su conocida conseja "donde haya Ello, que haya yo", pretendía dar un curso racionalista (el "principio de la realidad" del Yo) a los poderosos impulsos e instintos que, según el amigo Sigmund se esquematizaban en dos, Eros y Thanatos, el Amor y la Muerte, pero que Nietzsche observaba como una multitud que adquiría muchísimas formas. No es de chiripa que la industria editorial consiguió un gran filón en la autoayuda, desde el "Control mental Silva", muy usado por mi cuñado, hasta Dyer, Bucay y las revelaciones de los Toltecas. Los psicólogos tienen un campo amplio para sus emprendimientos, que arrancan con la meditación trascendental y la terapia del grito, hasta cuasi sectas como el CRP. Por supuesto que los sentimientos y las emociones desbordadas son el negocio de las religiones. Sobre todo, el miedo (a la muerte, a la enfermedad, al desamor, al "Mal") y el desamparo infantil que nadie puede dejar de sentir en muchas circunstancias. Por eso, mucha gente se aferra a sus dioses y santos. Aunque Dios ha muerto, Friedrich, a muchos les horroriza su fantasma.

La sabiduría popular, frente a la ansiedad, la angustia y la desesperación (sí: es un bolero), inventó aquello de "ocuparse más que preocuparse". Así, todas esas emociones negativas que provoca la situación del país desde hace décadas, pueden ser afrontadas mejor si se busca qué hacer, cómo obtener algún ingreso, qué inventar. Por otra parte, para nosotros, gente de a pie, limpia, sin poder por no decir impotente, consciente de nuestras limitaciones de capacidad, es mejor disfrutar de esas guerras entre los poderosos, cuasi dioses con sus bombas y control institucional y comunicacional, como si fueran competencias deportivas. Que el fanatismo político-ideológico (acerca del cual, cada vez me convenzo más, de que es una muestra de estupidez) se transforme en fanatismo deportivo, podría ser la traducción del principio psicoanalista que mencionamos antes. Total: solo nos toca ser manager desde las gradas en el peor de los casos, que es cuando nos emocionamos mucho, y no logramos ser suficientemente estoicos.

Hasta con los que no quieren nada de la política, esta se les mete por todos los orificios de su cuerpo. Por todas partes (redes sociales, televisión, comentarios de la calle, etc.), nos llegan intentos de exacerbar y manipular las emociones, las pasiones y los sentimientos, sobre todo en esta recta final electoral.

Es un carnaval, en muchos sentidos, porque es la suspensión de todas las inhibiciones morales, porque se invierten las jerarquías y, sobre todo, por los disfraces. Maduro, por ejemplo, usa varios según la ocasión y el auditorio: el del perseguido por los sicarios y víctima de tenebrosos complots de oscuras fuerzas imperiales (¿quiere nuestra compasión?). El del superhéroe (¿será efectivo ese mensaje en los chamos? ¿Algún chamo se identificará con esos poderes que apagan la luz?). Bailarín (¿quiere empatía con los salseros?). Pastor o Profeta (los pentecostales y otras sectas de origen norteamericano, inducen histerias colectivas con tantos gritos y llantos. Por cierto ¿se dieron cuenta de la terrible historia de Abimelec, pasaje bíblico al que se refiere la estola que recientemente le obsequiaron al presidente en un rito por la TV? Pues se trata de un déspota que asesinó a sus 60 hermanos para quedarse con el poder. Interesante alusión). Motopiruetero (hasta sacaron una chama explicando que ahora los motorizados deben ir con una ambulancia atrás; sí, Luís - ¡jajajaja!-. Con tal de que mejoren las "zonas Bera" de las traumatologías de los hospitales). Jugador de futbol con unos niños (un tipo bonachón y alegre que mete gol siempre y cuando el árbitro esté con él y los adversarios sean condescendientes. Cualquier parecido con la realidad electoral es coincidencia). Ahora sus sacos son de color pastel, más juvenil y dinámico de lo que sugeriría sus ciento cincuenta kilos y pico. Hasta hay un programa de TV tipo concurso como el de "Fantástico" (se me cayó la cédula), lo cual evidencia el descarado ventajismo con estructura de show sabatino. Por cierto, hablando de pasiones, emociones y posesiones místicas ¿Este gobierno tiene alguna religión? ¿Y Sai Baba? ¿Y los santeros? Hay que recordar que el Estado venezolano, por Constitución, es laico, a pesar del desliz del poeta Pereira en la introducción.

Las circunstancias han llevado también a una situación bastante esquizofrénica a la oposición EGU-MCM. Toda la situación es una alegoría del Mister Hyde y el doctor Jekill, como ya hemos dicho en otros artículos. La señora tiene a sus espaldas un pasado atroz; pero por delante, las expectativas de cambio de mucha gente. Bastantes años pidiendo intervención extranjera o respaldando planes cuasi insurreccionales de derrocamiento violento del gobierno. Agitar ese espanto le sirve a la propaganda contraria para devolver a sus dudosos y hacerles tragar su decepción. El señor EGU, de la tercera edad, pausado, sabio por su edad, trata de enviar mensajes de sensatez, reconciliación y diálogo; aunque ha tenido también que reclamar las detenciones a los activistas de su campaña, acusados de "odiar" (estoy pensando elaborar una escala de odio de los mensajes, como las escalas que usan las enfermeras para diagnosticar los pacientes a su cargo, ya que la Ley es suficientemente ambigua como para permitir cualquier arbitrariedad). Las manifestaciones masivas que se han verificado por todo el país, le han servido a algunos inspirados para sacar (¡otra vez!) aquello de la "fuerza espiritual". Es fácil traer a colación los arquetipos femeninos que agitan a las masas y ocasionan en algunos individuos verdaderas crisis de devoción extática: la Madre, la Heroína (en sus versiones de Juana de Arco y Mujer Maravilla). Se vuelve a hablar de "carisma" y se menciona a Weber. Pues sí: puede que esté ocurriendo un proceso de enamoramiento de la lider por parte las masas. La psique humana es así y ya muchas veces ha ocurrido. Incluso, he constatado procesos de "conversión con sobrecompensación", es decir, el comecandela izquierdista que ahora es ultraderechista mileísta.

La manipulación de las emociones y sentimiento tiene una ayuda inesperada en las altas tecnologías actual. La Inteligencia Artificial puede elaborar y dirigir mensajes focalizados y hasta personalizados a partir del análisis de tu identidad virtual, constituida por tus gustos, preferencias y actitudes, evidenciadas en tus likes y consumo cultural en general en redes. Eso se logra con el minado en el Big Data. Estamos en la era del Deep Fake: falsedades montadas por la IA, videos, voces y fotos que remedan con ventaja la realidad, y pueden cumplir, con perfeccionamiento técnico, las viejas reglas básicas de la propaganda moderna, sistematizada por Goebbels y Lenin: repite la mentira hasta que se haga verdad, orquesta el mismo mensaje por varias vías y formas, construye la maldad única de tu enemigo, vincula cualquier cosa con las maldades del contrario, etc.

Por supuesto, no todo ha sido propaganda. Efectivamente, hay una ola represiva, desapariciones forzadas de activistas y sindicalistas. Aplicación a diestra y siniestra (más bien, dirigida a un solo sector) de la Ley del Odio (de nuevo, la emoción y el sentimiento). Es decir, además del markedting con su mezcla de cuatro elementos (producto, precio, punto, promoción), hay uso intensivo y abusivo de los recursos del Poder. El chantaje y el doble rasero y discurso es el tipo de comunicación dominante. Pero esos son asuntos que debiéramos tratar en otro texto, porque es cosa diaria y, demás, ya se ha constituido en sistema, una "superestructura" de la dominación bonapartista actual.

A los impotentes estoicos, pueblo de a pie, sin real y sin poder, nos toca buscar la serenidad. Tomar una decisión serenamente y demostrar que, con todo y nuestra insignificancia, todavía nos queda el poder del voto para tratar de cambiar las cosas.



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Jesús Puerta


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